Casi un tercio de la población peruana tiene menos de 18 años y no votará en las próximas elecciones generales, pero las decisiones de quienes salgan elegidos los impactará directamente. Por ello, El Comercio y Unicef se unen para impulsar ¡Vota por Mí!, una campaña orientada a difundir y posicionar las demandas de los niños, niñas y adolescentes para que los candidatos incorporen en sus planes de gobierno una agenda que los escuche y, sobre todo, actúe por ellos.

En los talleres participaron estudiantes de colegios que forman parte del programa Corresponsales Escolares de El Comercio, así como jóvenes convocados por la Secretaría Nacional de la Juventud (Senaju) y el Consejo Consultivo de Niñas, Niños y Adolescentes (Coonna)
En los talleres participaron estudiantes de colegios que forman parte del programa Corresponsales Escolares de El Comercio, así como jóvenes convocados por la Secretaría Nacional de la Juventud (Senaju) y el Consejo Consultivo de Niñas, Niños y Adolescentes (Coonna)
/ Unicef

El decálogo de ¡Vota por Mí! ha sido elaborado por alrededor de 200 adolescentes que participaron en cuatro talleres descentralizados. Además de estudiantes de los Corresponsales Escolares, participaron miembros de los consejos consultivos de niños, niñas y adolescentes, Senaju y Sinfonía por el Perú, entre otras organizaciones.

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Carlos Salas Abusada

“Los talleres han evidenciado cuáles son los temas claves para los niños, niñas y adolescentes. La salud mental, por ejemplo, que no suele ser tocado por los políticos y partidos aunque es clave para el desarrollo del país. Y es un tema que los jóvenes han puesto en agenda”, explicó Juan Aurelio Arévalo Miró Quesada, director periodístico de El Comercio.

El cuarto taller de El Comercio y Unicef fue posible gracias a una alianza en favor de la niñez y adolescencia del país. Esta vez. fueron casi 40 menores reunidos en ESAN.
El cuarto taller de El Comercio y Unicef fue posible gracias a una alianza en favor de la niñez y adolescencia del país. Esta vez. fueron casi 40 menores reunidos en ESAN.
/ Antonio Melgarejo

La campaña también busca que la ciudadanía tenga como factor decisivo de su voto la inclusión de propuestas a favor de la infancia. “¡Vota por Mí! es el llamado que nos hacen las diversas infancias que conviven en el Perú a quienes aspiran a ser elegidos y también a quienes ya podemos acudir a las urnas para elegir a las futuras autoridades. Es una campaña que nos recuerda que hay una responsabilidad compartida de construir un Perú en el que niñas, niños y adolescentes de costa, sierra y selva tengan la oportunidad y las condiciones necesarias para desarrollarse plenamente”, añadió Alejandra Arispe, especialista en Comunicación de Unicef en el Perú.

La campaña se extenderá hasta julio del 2026, cuando asuman sus funciones las próximas autoridades. El decálogo también está disponible en quechua y shipibo .

Decálogo ¡Vota por mí!: los diez pedidos de los niños peruanos a las próximas autoridades

  1. Crecer sanos

Necesitamos crecer comiendo saludable, con alimentos nutritivos y nativos de nuestras zonas, y que luz, agua, desagüe y recojo de basura sean servicios que lleguen a todas nuestras casas sin importar si vivimos en la ciudad o en el campo.

Pedimos que existan programas en nuestras comunidades, barrios y escuelas que aseguren que ningún niño, niña o adolescente sufra desnutrición, anemia o sobrepeso.

Ilustración: Víctor Aguilar
Ilustración: Víctor Aguilar
  1. Tener salud física y mental

Niños, niñas y adolescentes necesitamos atendernos de forma gratuita y sin demoras en postas y hospitales. Necesitamos que estos espacios tengan buenas instalaciones, consultorios especiales para nosotros y nosotras, medicamentos y equipos médicos disponibles. Queremos que los médicos nos escuchen, nos traten con respeto y nos orienten en nuestra lengua materna. Nadie se debe quedar sin atención por no tener seguro o por vivir en una zona alejada a la ciudad.

Pedimos que la salud mental sea una preocupación igual de grande que la salud física. Necesitamos ayuda para entender nuestras emociones, ser acompañados y que nuestras familias participen en el proceso.

Pedimos que se respete nuestro derecho al juego, que todos los barrios y comunidades tengan parques y espacios seguros para jugar y practicar deporte

Ilustración: Víctor Aguilar
Ilustración: Víctor Aguilar
  1. Asistir a la escuela, aprender y terminar la secundaria

Pedimos escuelas con docentes preparados; con materiales suficientes para todas y todos y en nuestra lengua materna y con infraestructura segura. Necesitamos estudiar en ambientes que tengan agua, luz, internet, servicios higiénicos en buen estado y patios en buenas condiciones. Debemos sentirnos seguros en caso de emergencias.

Ir a estudiar no debe poner en peligro a nadie. Debemos tener caminos, botes y puentes seguros para dirigirnos a la escuela sin miedo; y que en los salones no haya violencia ni de parte de los docentes, ni de otros estudiantes. Necesitamos más psicólogos en nuestros colegios para que acompañen a profesores, niñas, niños, adolescentes, padres y madres de familia.

Nadie debería dejar el colegio por tener que trabajar, por no tener comida, o por vivir lejos. Necesitamos programas que garanticen alimentación escolar saludable, y apoyo económico para nuestras familias,

Ilustración: Víctor Aguilar
Ilustración: Víctor Aguilar

4. Acceder al mundo digital

Las escuelas deben estar equipadas con computadoras e internet suficiente para que todas y todos podamos aprender.

Nuestros docentes deben estar capacitados para usar esta tecnología al enseñarnos. Queremos aprender a programar, crear apps, usar recursos educativos, y aprender sobre los riesgos que hay en internet para poder prevenirlos

Queremos que tomen en cuenta nuestra opinión para el uso del celular como herramienta de apoyo pedagógico.

Ilustración: Víctor Aguilar
Ilustración: Víctor Aguilar
  1. Prevenir la violencia y el embarazo adolescente

Tenemos derecho a crecer libres de toda forma de violencia: acoso, violencia sexual, psicológica, física y digital.

La violencia sexual que se da mayormente contra niñas y adolescentes mujeres debe terminar.

Necesitamos que en nuestras casas, barrios, comunidades y escuelas se nos enseñe cómo identificar y prevenir la violencia en todas sus formas. Todos los docentes, padres, madres y personas que nos cuidan deben recibir orientación para detectar y detener situaciones de violencia.

Las líneas de ayuda como la Línea 100, Línea ANNA, SISEVE, DEMUNA y Línea 105 deben difundirse para que todos y todas los conozcamos. Todos debemos saber a dónde acudir si algo nos pasa, y quienes atienden casos de violencia deben atender a las víctimas con respeto y preocuparse por su seguridad.

Para prevenir los embarazos adolescentes pedimos que en las postas médicas nos den información sobre salud sexual para tomar decisiones informadas y responsables, y que las personas que nos atienden estén capacitadas y nos atiendan con respeto.

  1. Crecer protegidos del crimen y la inseguridad

El Estado, nuestras familias y comunidades deben protegernos del crimen organizado. Queremos caminar tranquilos, jugar y estudiar sin amenazas.

Niños, niñas y adolescentes en pobreza, que fueron víctimas de violencia, que son explotados o no tuvieron oportunidad de terminar la escuela corren más riesgo de ser reclutados por bandas criminales.

Necesitamos que se les dé la oportunidad de crecer protegidos y rescatados de estas organizaciones.

Pedimos más vigilancia, fortalecer las brigadas escolares como los BAPES (Brigadas de Autoprotección Escolar), y que se fortalezca el trabajo con la policía, familias y líderes sociales.

Ilustración: Víctor Aguilar
Ilustración: Víctor Aguilar
  1. Superar la pobreza

La pobreza no puede impedir nuestro desarrollo. Necesitamos programas de alimentación en las escuelas con productos de la zona y crecer sin tener que trabajar en el campo, en negocios informales o viajar a otras regiones para ser explotados en lugares como los campamentos mineros ilegales.

Queremos que nuestros papás y mamás accedan a empleos formales donde se respeten sus derechos para que nosotros no tengamos que abandonar la escuela.

Pedimos oportunidades en nuestras comunidades y barrios: talleres productivos, becas o que se nos enseñe oficios. Finalmente, tenemos derecho a una casa segura donde los niños, niñas y adolescentes puedan tener luz, agua, desagüe y recojo de basura, para evitar enfermedades.

Ilustración: Víctor Aguilar
Ilustración: Víctor Aguilar
  1. Escuchar las propuestas y opiniones de la infancia

No somos solo el futuro, también somos el presente. Queremos que se nos escuche y tener mayor participación en consultas públicas oficiales y que los medios de comunicación puedan tomar en cuenta nuestra participación.

Pedimos que se haga visible la labor de los municipios escolares, juntas estudiantiles, asambleas de adolescentes y se impulsen encuentros culturales y plataformas digitales donde podamos expresar nuestras ideas sin discriminación y con respeto.

Las niñas y las mujeres adolescentes necesitan espacio diferenciados para visibilizar los desafíos que enfrentan y que persisten para ellas.

Necesitamos que los CCONNAS reciban mayor apoyo del Estado y su participación sea real en todos los espacios de toma de decisión: Municipios, Gobiernos Regionales, Congreso y Ministerios.

  1.  Aprender y participar en el cuidado del medio ambiente

Nos preocupa la contaminación, la destrucción de los ríos y los bosques, y la falta de educación ambiental. Pedimos que todos los colegios tengan actividades de reciclaje, brigadas estudiantiles ambientales, áreas verdes y se nos enseñe a valorar el vínculo con nuestra tierra desde nuestras tradiciones y costumbres.

Proponemos que se creen leyes para proteger la biodiversidad y que se creen Brigadas de Protección del medioambiente conformadas por líderes locales, adolescentes, Policía y otras autoridades para sancionar a quienes atentan contra la naturaleza.

Se debe fomentar la agricultura sostenible en las comunidades rurales y construcción de ciudades que respeten las zonas naturales.

  1.  Ser prioridad durante las emergencias

Pedimos que cuando haya inundaciones, incendios, huaicos o emergencias el Estado nos reubique rápido y garantice servicios básicos y lugares seguros para no tener que regresar a las zonas de desastres. Además, necesitamos que nuestras escuelas no se cierren cada vez que hay una emergencia porque esto detiene nuestra educación. Pedimos que sea una prioridad en los planes de respuesta a las emergencias el que todos los niños, niñas y adolescentes puedan contar con alimentos, medicinas, vacunas, atención médica y psicológica, y materiales de estudios de forma inmediata. También necesitamos talleres en los colegios, barrios y comunidades para aprender cómo actuar en desastres y cómo cuidarnos durante las emergencias.

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