
La noticia del fallecimiento del Papa Francisco, a los 88 años, ha generado una profunda conmoción en todo el mundo. Y el Perú, tierra fervorosamente católica, no ha sido la excepción. Desde primeras horas del día, miles de ciudadanos han expresado su tristeza y respeto por el pontífice argentino, compartiendo recuerdos, reflexiones y anécdotas sobre su legado espiritual. Uno de ellos es Kurth Mendoza, periodista especializado en temas de la Iglesia Católica, quien, en una entrevista con El Comercio, relató con emoción los detalles de los dos encuentros que tuvo con el Papa en la ciudad de Roma.
La partida del pontífice ha tocado especialmente a Kurth, quien lo recuerda con afecto y admiración. “Francisco enfrentó bastantes problemas serios en la Iglesia Católica. Por ejemplo, puso la cara ante los abusos sexuales que se venían percibiendo. En el 2019, durante la Primera Cumbre Mundial sobre el abuso a menores, expuso todas las injusticias. Ese año, durante casi un mes, abordó el tema con profundidad. Fue muy valiente. Era algo único en la historia de la Iglesia”, expresó.
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Kurth resaltó que la comunidad católica está profundamente agradecida con él por haber resuelto conflictos complejos con una actitud serena, apostando por la paz y el diálogo. “El Papa era una persona muy carismática, así te conociera o no, siempre estaba con una sonrisa. La Iglesia Católica avanzó mucho con él”, dijo.

En conversación con El Comercio, reveló que tuvo la oportunidad de conversar y mantener una cercanía personal con el Papa en dos ocasiones. “Yo lo he visto en Roma dos veces. La primera fue en diciembre del 2018, en el marco de una conferencia episcopal a la que fui a cubrir como parte de la comitiva peruana”, contó.
Ese primer encuentro tuvo lugar en la Casa Santa Marta, residencia papal. Kurth esperaba una reunión formal y protocolar, pero su sorpresa fue mayúscula al ver llegar a Francisco de manera sencilla: solo con su alba —el hábito que lleva antes de ponerse la sotana blanca— y sin el solideo, ese pequeño sombrero blanco que solía usar. Una imagen insólita, desprovista de todo artificio.
Resaltó que lo saludó de una forma muy especial, cercana y desarmante. “Me di cuenta de inmediato que era un hombre muy sencillo, muy cercano a la gente. Me preguntó cómo estaba, si me habían tratado bien al llegar. Fue muy amable, y hasta me hizo bromas para romper el hielo. Nada de frialdad, todo lo contrario”, recordó con una sonrisa.
Lo que más lo marcó de aquella cita fue el gesto final. Tras la conferencia, el Papa le regaló un rosario y, para su asombro, lo acompañó personalmente hasta el ascensor, bajando junto a él desde el quinto piso hasta el primero. “Fue como si un amigo te abrazara y te acompañara hasta la puerta de su casa. Realmente me sentí muy a gusto”, dijo, todavía conmovido.

Kurth comentó también sobre un segundo encuentro, igual de significativo, que tuvo con el Papa un año después, en 2019, nuevamente en Roma. “Francisco dio una conferencia episcopal y yo iba a cubrirla. Sin embargo, esta vez había una especie de barrera entre él y la prensa”, recordó.
Indicó que, así como él, había varios periodistas acreditados dentro del Vaticano para esa conferencia. Y sin que nadie lo esperara, de pronto se rompió el protocolo: el Papa se acercó, apartó las barreras y se dirigió directamente a los reporteros. “Cada uno pudo intercambiar unas palabras con él y tomarse una foto. Se sintió una vibra hospitalaria y cercana. Todos nos fuimos muy felices. No parecía un líder distante, sino uno con los pies en la tierra”, relató.
Kurth reveló que el Papa estaba muy bien informado sobre la realidad peruana. “Sabía que el Perú era un territorio muy complejo, con muchas corrientes de opinión que a veces dividían a la ciudadanía. Pero no solo eso, también conocía bien lo que pasaba en otros continentes, como Asia y África. Era un hombre que sabía del mundo entero. Me llamó mucho la atención que supiera de las movidas en Lima, y que supiera que Perú era un país hermoso, pero también muy polarizado”, compartió.
Sobre sus últimos días, el periodista mencionó que, a pesar del delicado estado de salud, Francisco hizo un esfuerzo sobrehumano por mantenerse cerca de la gente. “En dos oportunidades casi se va. Quienes hemos estado observando de cerca lo que ocurría en el Vaticano, sabíamos que era una situación impredecible. Había una sensación de que algo podía pasar en cualquier momento”, confesó.

Contó también que le llamó mucho la atención el aspecto físico del Papa en sus últimos días. “Se le veía muy afectado. Ya no podía hablar. Su rostro nos preocupaba. Pero, pese a todo, él no quería perder ese contacto con los fieles. Menos de 24 horas antes de su partida, nos deseó felices Pascuas, casi como una despedida. Fue algo muy simbólico”, dijo conmovido.
El futuro de la Iglesia
Respecto al futuro, Kurth expresó que se vienen días intensos de deliberación en el cónclave, tanto entre los cardenales electores como los que no votan, pero que influyen en la reflexión. “En menos de una semana, por lo menos, se podrá tener un panorama claro del perfil del próximo Papa que se está buscando. Más que el nombre, lo importante es saber qué tipo de liderazgo asumirá. Yo creo, y sostengo, que la Iglesia ha avanzado tanto en estos 12 años que será imposible retroceder. El cónclave podría durar un promedio de tres días, como ocurrió la vez pasada”, opinó.
Finalmente, sobre la Nunciatura Apostólica —la residencia oficial del Papa en cada país que visita—, surgió la pregunta de qué ocurrió con la sede peruana tras la visita de Francisco en 2018. “Todas las nunciaturas, por protocolo, tienen un cuarto reservado para el pontífice. Aunque no tenga un viaje programado, ese cuarto se conserva hasta hoy”, explicó.
“Quiero expresar mi más sentido pésame a los miembros de la Compañía de Jesús, a los obispos y a todos los laicos. Francisco nos recordaba que la Iglesia somos todos. Todo el pueblo de Dios ha perdido a Francisco; ha partido a la casa del Padre. Es un motivo de profundo duelo para todo el mundo católico”, concluyó.










