Paro de transportistas del 18 de junio: quién la promueve, qué impacto tendrá y qué zonas serán afectadas

Este miércoles 18 de junio se ha convocado un nuevo paro de transportistas en Lima y otras ciudades del país. Sin embargo, no todos los gremios respaldan la medida. En esta nota de El Comercio, resolvemos las principales preguntas sobre el paro: quién lo promueve, qué impacto podría tener, cómo se han posicionado los diferentes sectores del transporte formal e informal y qué zonas podrían verse más afectadas.

El paro de este miércoles ha sido convocado por la Asociación de Transportistas Nacional e Internacional (Asotrani) y la Federación Nacional de Transportistas, dos grupos que integran tanto operadores formales como modalidades informales de transporte.

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Si bien el llamado a la paralización se presenta bajo la consigna de exigir “mayor seguridad frente al creciente clima de extorsión y violencia que afecta al sector”, sus opositores creen que hay otros intereses en juego. Estos gremios no formales también reclaman la legalización del servicio de taxi colectivo en Lima, y algunos de sus líderes están involucrados en un proceso de formación de un partido político propio, basado precisamente en este segmento de transporte.

Según los gremios formales, que no acatarán la protesta, la marcha tiene un trasfondo político y podría terminar tergiversando el pedido de mayor seguridad. De acuerdo con sus voceros, se estaría utilizando la problemática real de la inseguridad para promover otras demandas que no son compartidas por todo el sector.

No. Los principales gremios del transporte formal han rechazado la convocatoria y anunciado que sus unidades operarán con normalidad este miércoles.

“El transporte formal de carga pesada, urbano e interprovincial no va a este paro. Es político y sigue siendo manejado por los ilegales”, señaló a El Comercio Martín Ojeda, director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte y vocero del sistema formal.

Otras fuentes del sector formal reforzaron este deslinde: “Está siendo promovido por un sector que agrupa, entre sus miembros, a operadores informales que tienen demandas que no son compartidas por el sector formal”.

Por ese motivo, los operadores formales informaron que sus unidades saldrán a operar como cualquier día. “Saldrán las unidades a operar, evitando que se tergiverse el pedido contra la inseguridad por demandas que son diferentes”, añadieron.

Aunque es necesario ser cautos al anticipar el impacto del paro, la experiencia de movilizaciones anteriores organizadas por grupos informales muestra que cuando el transporte formal no se suma, el impacto en la oferta de buses no suele ser representativa.

Aunque en estos escenarios la mayor parte de los servicios de buses urbanos funciona normalmente, sí suelen registrarse algunas incidencias: en ocasiones se presentan actos de coacción e intimidación por parte de sujetos que buscan presionar a los conductores para que no circulen. Luego de que el sector formal haya anunciado que no participará, la mayor parte de los buses urbanos e interprovinciales circularían con normalidad.

En contraste, sí se ha observado un fuerte impacto en jornadas donde el paro fue convocado por el sector formal, como ocurrió en abril pasado. En esa oportunidad, la protesta –centrada en los ataques y extorsiones que sufre el transporte formal– sí logró paralizar gran parte de la oferta de buses, generando una alta demanda insatisfecha de transporte.

De acuerdo con experiencias previas y la información disponible, las zonas que serían más afectadas por una posible reducción de oferta vehicular o por la presencia de manifestantes son las siguientes:

Lima Norte:

• San Martín de Porres
• Puente Piedra
• Independencia
• Los Olivos
• Comas
• Carabayllo

Lima Este:

• San Juan de Lurigancho
• Puente Nuevo (Vía de Evitamiento)
• Avenida Fernando Wiesse

Lima Sur:

• Villa El Salvador
• Pachacámac
• Puente Atocongo (Panamericana Sur)

Centro de Lima y alrededores:

• Cercado de Lima
• Breña
• La Victoria
• Av. Argentina
• Plaza Dos de Mayo
• Congreso
• Emporio comercial de Gamarra
• Emporio comercial de Mesa Redonda

Además, debido al paro, no se descarta que algunos mercados no abran sus puertas, sumándose a la protesta para exigir mayor seguridad ante los cobros extorsivos que sufren día a día. Este fue el escenario, por ejemplo, en el mercado Huamantanga de Puente Piedra durante la anterior paralización.

Al cierre de esta nota, solo tres universidades privadas en Lima han confirmado la suspensión de clases presenciales para este miércoles 18 de junio: la Universidad Peruana Cayetano Heredia, la Universidad de Lima y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Estas instituciones optarán por la modalidad virtual por precaución.

En cuanto a los colegios, no se ha emitido aún una disposición oficial de la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM) ni del Callao que establezca la virtualización de las clases en instituciones públicas.

El principal pedido de los manifestantes es que el Gobierno tome medidas efectivas contra la delincuencia y la extorsión que afecta cada vez más a transportistas y comerciantes.

Pese a que rige un estado de emergencia en 14 distritos de Lima, las cifras de criminalidad no se han reducido, y los gremios acusan que las extorsiones persisten.

Otro de los pedidos de los grupos convocantes es al Congreso: la derogación de la Ley N.º 32108 y el archivo de proyectos legislativos sobre “terrorismo urbano”, que –según los manifestantes– podrían facilitar la criminalización de los transportistas en lugar de protegerlos frente al crimen organizado.

En los últimos meses se ha registrado un incremento alarmante de casos de extorsión y violencia contra transportistas: asesinatos de choferes, ataques con explosivos a vehículos, amenazas contra empresarios y operadores.

Ante este escenario, distintos sectores del transporte han expresado su preocupación. Sin embargo, las diferencias entre el transporte formal y los operadores informales marcan líneas divisorias sobre cómo enfrentar el problema.

El paro de abril pasado, convocado por el transporte formal, sí logró un fuerte impacto y llamó la atención de las autoridades. Los gremios formales están ahora en una posición más cautelosa, pues consideran que la actual convocatoria de Asotrani y la Federación Nacional tiene un sesgo político que podría diluir el verdadero reclamo por seguridad.