Cada mañana, los limeños observan en las pantallas de sus televisores y celulares la noticia de un nuevo fallecido tras un accidente de tránsito en la capital. A las 7:30 de la mañana del domingo, el conductor de una moto lineal falleció en la carretera Ramiro Prialé luego de que una camioneta embistió su vehículo. En los últimos cinco años, se evidencia un preocupante aumento de los siniestros en las calles y avenidas de Lima.
De acuerdo con estadísticas de la División de Prevención e Investigación de Accidentes de Tránsito (Divpiat) de la Policía Nacional (PNP), en lo que va del año se han registrado 163 accidentes de tránsito fatales en Lima, que ocasionaron la muerte de 170 personas. En promedio, 8 personas mueren cada semana en Lima a causa de los accidentes de tránsito.
Los principales tipos de siniestros en el 2024 son los atropellos a peatones (en 61 ocasiones) y los choques entre vehículos (en 60 oportunidades).
Las cifras reflejan que la cantidad de fallecidos por accidentes en las calles y avenidas de la capital viene incrementándose peligrosamente en los últimos cinco años: en el 2023, hubo 478, 14% más que en el 2022 (418), 29% más que en el 2021 (368) y 39% más que en el 2020 (344).
Además, en el 2023 hubo 455 siniestros de tránsito en Lima, 12% más que en el 2022 (406), 28% más que en el 2021 (355) y 46% más que en el 2020 (310).
Franklin Barreto, exjefe de la División de Investigación de Accidentes de Tránsito de la PNP, indicó a El Comercio que, a la luz de los resultados hasta este momento, la cantidad de accidentes y víctimas del 2024 superaría las cifras del año anterior.
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El coronel PNP Ulises Vásquez, jefe de la Divpiat, informó que, por lo general, la mayoría de peatones fallecidos son personas jóvenes entre 20 a 30 años, quienes no necesariamente padecen una condición física o mental que reduce sus sentidos.
Acerca de las causas, el exceso de velocidad por parte de los conductores ha sido el motivo principal de los accidentes de tránsito en este año: se registró en 22 ocasiones. En esa línea, imprudencias por parte de los peatones e imprudencias temerarias de los choferes ocupan el segundo y tercer lugar, respectivamente. Precisamente, las imprudencias temerarias de los conductores fueron la causa principal de los siniestros entre el 2023 y el 2020.
Acerca de estas categorías, Barreto explicó que las imprudencias responden a una falta de precaución para evitar un riesgo, como no atender a las normas de seguridad o manejar a excesiva velocidad. “Las principales imprudencias que cometen los peatones son no usar los puentes peatonales ni los pasos de cebra, y cruzar cuando el semáforo está en rojo”, agregó.
Barreto indica que manejar un vehículo bajo la influencia de bebidas alcohólicas o drogas es una imprudencia temeraria, pues los choferes saben que “existe una incompatibilidad entre consumir estas sustancias y conducir”.
Por su parte, las negligencias ocurren ante la falta de cuidado o el descuido de las medidas adecuadas para circular por calles o avenidas. “Por ejemplo, manejar un automóvil al que falta de mantenimiento vehicular”, menciona Barreto.
Por otro lado, de acuerdo con el Observatorio Nacional de Seguridad Vial del Ministerio de Transportes (MTC), en el 2024 se registran 259 siniestros de tránsito fatales a nivel nacional, que ocasionaron la muerte de 326 personas.
¿Por qué el Estado es el principal responsable de la crisis?
Para Barreto, la razón principal del incremento sostenido de accidentes de tránsito fatales en Lima es el incumplimiento del Estado de su rol educador y fiscalizador de la seguridad vial. “No existen políticas públicas reales que apunten a mejorar la seguridad vial. Los gobiernos de turno, con un afán populista, han hecho que el Perú sea el segundo país con los peores conductores del mundo, según un estudio internacional [de la empresa australiana Compare The Market]”, argumenta.
Alfonso Flórez, gerente de la fundación Transitemos, coincide con Barreto y manifestó que existe “desidia política para buscar una solución al problema”. “En el Perú, los conductores se han acostumbrado a conducir bajo sus propias normas, porque saben que las leyes de tránsito no se cumplen y no hay una fiscalización efectiva”, asevera.
En esa línea, Barreto mencionó los principales retrocesos en materia de seguridad vial. “El Estado es muy permisivo con las sanciones a los infractores de las normas de tránsito, quienes saben que no existen sanciones efectivas. Muchos recurren a mafias de abogados que impugnan las papeletas e incluso les permiten recuperar una licencia de conducir suspendida”, explica.
“En junio del 2023, el MTC aprobó la Política Nacional Multisectorial de Seguridad Vial al 2030, que tiene como objetivo reducir en un 50% las muertes y accidentes de tránsito para ese año. Sin embargo, es letra muerta, porque no ha habido actuación por parte del Estado al respecto, mientras que los accidentes fatales siguen aumentando cada año”, subraya.
Así también, Barreto considera que las autoridades locales, como el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de Lima, no tienen los mecanismos adecuados para generar el cobro de todas las papeletas colocadas por exceso de velocidad, lo cual permite que los infractores no paguen y que las multas prescriban.
Por otro lado, los expertos también consideran a la informalidad en el transporte público limeño como un factor que contribuye al incremento de los accidentes de tránsito fatales.
“La informalidad avala los comportamientos imprudentes por parte de los conductores. Por ejemplo, conducir a una excesiva velocidad, pasarse la luz roja o manejar en sentido contrario. No solo burlan las normas de tránsito, sino también a las autoridades fiscalizadoras para huir de su control”, menciona Barreto.
En julio del 2023, la campaña #NotePases de El Comercio, reveló la existencia de los ‘Dueños de la Javier Prado’, un grupo de 9 personas que tienen a su nombre una gran flota de minivanes que hacen taxi colectivo en dicha avenida, así como caso dos millones de soles en deuda por papeletas impagas.