El primer escuadrón femenino dedicado a proteger la ciclovías de los imprudentes es más severo que la mayoría de policías de tránsito de autos. La bicicleta se ha convertido en el medio de transporte más apropiado para evitar contagios, pero hay choferes que están usando las ciclovías como su pista privada.
Una mañana en el cruce de las avenidas Aviación y Canadá bastó para comprobarlo. La suboficial Diana Moscoso no perdona: apenas un motociclista se metió en la ciclovía, su placa ya estaba escrita en una papeleta G32, que se sanciona con S/344 y 20 puntos en el brevete. Su compañera, la suboficial Margarita Crisóstomo, es capaz de leer las intenciones de cualquier chofer de carro que intente doblar en “U” interrumpiendo la vía por donde solo pueden ir bicicletas. Se detiene frente a él y con la mirada lo obliga a seguir circulando.
En solo dos horas, el Escuadrón de Bicicletas de la Policía Nacional sancionó a más de 20 motociclistas en este cruce. Comenzarán resguardando de ciclovías emergentes, como Canadá, Tacna, Garcilaso y, una vez inaugurada, la de Pershing. Las guardianas de las ciclovías operan junto a inspectores municipales, que cuidan a peatones y ciclistas de no ser atropellados. Conducen bicicletas todo-terreno aro 27, preparadas para baches, charcos, curvas y portazos de autos estacionados en vías prohibidas.
Son las primeras 40 integrantes del Escuadrón PNP de Bicicletas de Lima, que hacen que la convivencia vial se respire donde ellas están. “La bicicleta como medio de transporte no es moda. Es una tendencia mundial que llegó para quedarse y vamos a proteger a quienes la usan”, dice el director de tránsito y seguridad vial, general Jorge Luis Angulo.
El área de Transporte No Motorizado de la Municipalidad Metropolitana de Lima (Ciclolima) capacitó durante dos meses a estas integrantes de la Policía Nacional en materia de mecánica, manejo y normativa ciclista.
El Perú es el noveno país del mundo en declarar la bicicleta como medio de transporte para frenar el contagio. Por ello, las ciclovías de Lima que se pensaba construir en los próximos años ahora terminaron haciéndose en cuatro meses. Una pandemia lo obliga: la bicicleta en el mundo se ha convertido en un medio de transporte eficaz para evitar contagios e impedir la propagación del Covid-19, un virus que llegó al Perú en avión, viajó en combi e hizo transbordo en el tren eléctrico, esparciéndose por cada esquina.
El coronavirus no viaja en bicicleta. Es un medio de transporte personal que permite cumplir el distanciamiento social y que solo tiene dos puntos de contacto físico –en el manubrio–, a diferencia del interior de un bus, donde hay más de treinta superficies de contacto: puertas, pasamanos, asientos, respaldares, monedas, billetes, barandas y otros pasajeros.
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