Víctor Humareda Gallegos, el maestro del expresionismo peruano, recorrió lugares angustiantes para algunos, pero acogedores para él y su pintura. Esa Lima marginal que recorremos nuevamente buscando encontrar sus huellas.
Con un abrigo azul que casi siempre llevaba arrastrando, una corbata mal anudada, el cuello de su camisa siempre arriba, su tongo y bastón en mano, Humareda recorrió Tacora, el jirón Huatica, la Quinta Heeren, la calle Capón y los bares El Palermo, El Cordano y el mítico Cinco y Medio, en la carretera central. Todos estos lugares, refugios de los ‘marginales’ de nuestra Lima, los cuales quedaron reflejados en sus óleos con una sensibilidad extrema.
Lee este post de Huellas Digitales que publicamos cuando el maestro cumplió 25 años de fallecido