Job Mansilla en una escena de Los Bárbaros, cinta peruano-española que compite en la sección Competencia Latinoamericana del 29° Festival de Cine de Lima.
Job Mansilla en una escena de Los Bárbaros, cinta peruano-española que compite en la sección Competencia Latinoamericana del 29° Festival de Cine de Lima.

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“Los Bárbaros”: el filme peruano-español que retrata juventud, precariedad y soledad migrante en el Festival de Cine de Lima
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“Los Bárbaros”: el filme peruano-español que retrata juventud, precariedad y soledad migrante en el Festival de Cine de Lima

“Los Bárbaros”: el filme peruano-español que retrata juventud, precariedad y soledad migrante en el Festival de Cine de Lima

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En la antigua Roma, un “bárbaro” era todo aquel que habitaba más allá de los límites de la civilización: extranjero, distinto, ajeno a las leyes del imperio. El término, que entonces servía para marcar fronteras, resuena hoy como una metáfora de quienes viven en los márgenes, apartados de las reglas establecidas. "“, la nueva película peruano-española, toma ese concepto y lo traslada a un escenario contemporáneo: una ciudad detenida, jóvenes errantes y una vida construida lejos de cualquier plan.

Estos tres jóvenes deciden aislarse de la civilización y vivir con la filosofía de la indiferencia, en medio de una ciudad paralizada por la crisis inmobiliaria. Forman su propia comunidad bárbara, fuera de todo lo que entendemos como ‘normal’”, cuenta Job Mansilla, protagonista del filme, quien reconoce en esa elección una forma de resistencia silenciosa, casi instintiva, frente a un entorno que no ofrece salidas claras.

Àlex Monner, Greta Fernández y Eliza Rycembel forman parte del elenco internacional que acompaña a Job Mansilla en la cinta.
Àlex Monner, Greta Fernández y Eliza Rycembel forman parte del elenco internacional que acompaña a Job Mansilla en la cinta.

La historia, dirigida por Javier Barbero y Martín Guerra, sigue a tres amigos que deambulan por Madrid con trabajos precarios, jornadas partidas y días que parecen repetirse sin cambios. Las calles que recorren transmiten la sensación de una ciudad que se ha detenido en el tiempo, mientras ellos intentan estirar lo poco que tienen para seguir adelante. En medio de ese vacío, descubren que la amistad, aunque frágil y efímera, puede convertirse en un refugio improvisado: un espacio donde la incertidumbre se comparte y, por tanto, se vuelve más liviana.

“Marco, mi personaje, es un migrante peruano que lleva años en España, pero no busca transformarse para encajar. Mantiene su acento, su forma de hablar y una postura que rechaza el sistema. Aun así, la soledad lo empuja a buscar vínculos para poder sostenerse”, explica Mansilla

Los directores Javier Barbero y Martín Guerra revisan una toma durante el rodaje de Los Bárbaros, junto al equipo técnico en Madrid.
Los directores Javier Barbero y Martín Guerra revisan una toma durante el rodaje de Los Bárbaros, junto al equipo técnico en Madrid.

Soledad migrante

En Los Bárbaros, la migración no es solo un contexto, es una herida invisible que moldea a sus protagonistas. No se trata únicamente de cruzar un océano, sino de enfrentar la desconexión emocional de vivir lejos de casa, con la familia y los afectos reducidos a llamadas o mensajes intermitentes.

Muchos regresan porque no soportan la soledad. En nuestra idiosincrasia, la familia es central, y afuera eso falta. Como decía Facundo Cabral, el migrante no es de aquí ni de allá. Esa desconexión exige mucha autoafirmación para sostener el proyecto migratorio”, reflexiona Mansilla.

La cinta cuenta con la participación de Àlex Monner, actor español premiado con dos Biznagas de Plata en el Festival de Málaga.
La cinta cuenta con la participación de Àlex Monner, actor español premiado con dos Biznagas de Plata en el Festival de Málaga.

Marco no está solo en esa deriva. Comparte piso con otros jóvenes igualmente errantes, que cargan con sus propias historias de desarraigo. Son compañeros de ruta más que amigos formales, unidos por la necesidad de no perderse del todo en la inmensidad de la ciudad.

Ahí está quienes se casan con personas de su patria en el extranjero. Buscas lo conocido, lo que personifica tu patria. El resto es desconocimiento, lo que genera temor no solo en uno, sino en el resto, que finalmente se vuelve en discriminación”, sostiene el actor que buscó migrar hace muchos años, y que hoy retoma esa idea como una próxima gran aventura.

La película supone el primer papel protagónico para el actor y comediante peruano Job Mansilla, reconocido por su versatilidad en cine, teatro y televisión, quien comparte pantalla con un sólido elenco internacional.
La película supone el primer papel protagónico para el actor y comediante peruano Job Mansilla, reconocido por su versatilidad en cine, teatro y televisión, quien comparte pantalla con un sólido elenco internacional.

La cinta retrata las pequeñas batallas cotidianas que enfrenta un migrante: la búsqueda incesante de trabajo, el roce constante con los estereotipos y la persistente sensación de ser siempre “el otro”. Lo hace sin victimismos, apostando por una mirada que privilegia el detalle silencioso sobre la denuncia explícita, dejando que sea la propia vida la que revele sus grietas.

Aunque la historia se desarrolla en España, sus ecos alcanzan realidades que se repiten en distintas partes del mundo, incluido nuestro país, que hoy acoge a miles de migrantes. Las tensiones sociales, los prejuicios y la xenofobia hacia quienes llegan con poco equipaje y muchas esperanzas no son exclusivas de ninguna frontera.

“Hay que reconocer que muchos premios Nobel, grandes actores o directores son migrantes o hijos de migrantes. Aquí, con los venezolanos, se repite el mismo patrón: se dice que desordenan el país, que lo cambian para mal. Yo no recuerdo vivir en un paraíso antes de la migración, y creo que en veinte años veremos los frutos de esa mezcla de culturas. Aún es muy pronto para ser conscientes de ello”, concluye Mansilla.

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