Pedro Almodóvar conoció a su tocayo Pedro Pascal cuando este último se encontraba grabando la serie “Narcos”. “Me dijo una cosa que me hizo sentir muy mayor: ‘Pedro, yo he crecido viendo tus películas’”, nos cuenta entre risas el cineasta español. A Ethan Hawke, en cambio, lo conoció en Madrid cuando el actor estadounidense participó en una puesta en escena de “El jardín de los cerezos” de Chéjov.
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Tras esos encuentros iniciales e independientes, Almodóvar comenzó a gestar la idea de un western ‘queer’, un apasionado romance entre dos ‘cowboys’ muy diferentes entre sí, incluso opuestos. Fue así como nació el cortometraje “Extraña forma de vida”, protagonizado por Hawke y Pascal. “Las descripciones que yo hacía en el guion eran un retrato tanto de Ethan como de Pedro. Por eso me alegró muchísimo que los dos dijeran que sí. Yo necesitaba un personaje frío, anglosajón, hermético; y otro más bien cálido, sin temor a hablar de sus deseos. Ellos eran absolutamente perfectos para estos papeles”, señala el director de películas como “Todo sobre mi madre”, “Hable con ella” y “Volver”, en una ‘roundtable’ con medios latinoamericanos, entre los que estuvo El Comercio.
Ahora bien, ¿por qué el formato corto para contar una historia como esta? Almodóvar, que ya venía de dirigir el cortometraje “La voz humana” (2020), protagonizado por Tilda Swinton, asegura que se trata de un formato que le permite mayor experimentación: “El largometraje, de algún modo, guarda una relación mayor con la realidad. En cambio, el corto te permite que lo abordes de una manera, no quiero decir caprichosa, pero sí más experimental con la historia”.
El director español menciona casos recientes como los de sus colegas Yorgos Lanthimos o Wes Anderson, quienes han estrenado cortometrajes que han atraído importante atención. “Creo que la idea de que una película debe durar una hora y media ya no existe. Yo he visto cosas de 15 o 50 minutos, y me parece que se ha liberado mucho lo que es el canon de los 90 minutos del largometraje. Para mí ha sido muy estimulante”, agrega.
INFLUENCIA E IDENTIDAD
Estéticamente, “Extraña forma de vida” delata el gusto de Almodóvar por el western clásico, pero a la vez marcado por su propia impronta: el personaje de Pascal, por ejemplo, lleva una chaqueta de un intenso verde, lo que podría parecer atípico en el contexto del relato. Su inspiración es más concreta, sin embargo: la cazadora que llevaba James Stewart en “Bend of the River” (1952) de Anthony Mann.
“Yo soy un director que utiliza mucho el color –explica el cineasta–, y como este corto lo trabajé con Yves Saint Laurent, casi todo lo que me ofrecían en cuanto a prendas eran grises o negros. Yo estaba loco por poner una prenda de color, hasta que encontré esta del personaje de James Stewart. Automáticamente tomé nota porque estaba seguro de que alguien me diría que en el Oeste la gente no llevaba ropa de esos colores. Pero bueno, yo me fío mucho de Anthony Mann [risas]”.
Así fue apropiándose de referencias. “El traje de Joe, el hijo de Silva, es una traslación casi directa del Burt Lancaster de ‘Veracruz’, todo de cuero negro, que quedaba muy bien para el villano. Para el sheriff Jake me inspiré mucho en varios westerns que hizo Kirk Douglas, como ‘Gunfight at the O.K. Corral’ y ‘El último tren de Gun Hill’, donde siempre salía muy elegante, con traje oscuro y ‘bolo tie’. En general, entre todos los westerns que vi, la ropa masculina había cambiado muy poco. Ya fueran sheriffs, forajidos o pistoleros, usaban camisas siempre de cuadros, chaleco, y al cuello un pañuelo. Y de pronto daba igual que fuera el siglo XIX o el siglo XX. No cambiaba el vestuario”.
CONTRA LOS PREJUICIOS
Pero volviendo a la historia que une a Jake y a Silva (Hawke y Pascal, respectivamente), hay algo cautivante en ver a estos dos hombres rudos cocinando, haciendo la cama o cuidando el uno del otro. “Yo creo que en un género tan masculino como el western, tanto el deseo como la ternura son sentimientos que nunca han estado vinculados al varón. Son sentimientos, si no prohibidos, al menos no desarrollados en personajes masculinos”, enfatiza Almodóvar.
“Incluso hay gente que me ha comentado cómo les ha sorprendido ver una escena en la que uno de los hombres está curándole una herida al otro –acota el director–. Es decir, en una cosa tan lógica como que te curen, nos sorprende que lo haga un hombre y no una mujer. Nuestra cabeza está organizada de tal modo que en una escena de ese tipo siempre hemos visto que es una mujer la que cuida, la que cura, etc.”.
Por último, en la dicotomía entre la dureza del personaje de Ethan Hawke y la afectividad del de Pascal, le preguntamos a Almodóvar si hay alguna faceta con la que se llegue a identificar más. “Me siento mucho más cercano al personaje de Pascal –responde–. En su espontaneidad, en su falta de prejuicios a la hora de hablar de sus propios deseos. No sé si llegaría a ser tan truculento como él, ni tan calculador; pero por carácter me siento más próximo a él”.
“Extraña forma de vida” ya se estrenó en Cineplanet, Cinépolis y el CCPUCP.
El cortometraje se proyecta acompañado de una entrevista a Pedro Almodóvar.