Al centro, de izquierda a derecha, los príncipes Eduardo y Jorge, durante su visita al diario El Comercio en 1931.
Al centro, de izquierda a derecha, los príncipes Eduardo y Jorge, durante su visita al diario El Comercio en 1931.
Héctor López Martínez

La crisis de Wall Street de 1929 afectó severamente la economía del mundo entero. Era monarca del Reino Unido, los Dominios de Ultramar y emperador de la India Jorge V (1865 -1936). El premier era, entre 1929 y 1931, Ramsey Mc Donald, del Partido Laborista. El declive de los intereses comerciales británicos en América del Sur se agudizaba severamente. Con el propósito de revitalizarlos se organizó una gira por América del Sur del entonces príncipe de Gales, Eduardo, y de su hermano Jorge, duque de York. Interesaba sobre todo su presencia en Buenos Aires donde tendría lugar un evento de suma importancia, la Exposición de Industrias Británicas, que inauguraron el presidente Uriburu y el príncipe de Gales el 14 de marzo de 1931. El éxito del viaje superó las expectativas y tuvo amplia divulgación en todos los continentes.

El periplo de los jóvenes embajadores reales fue interesante y arriesgado. El 17 de enero del año mencionado viajaron en avión privado de Londres a París. De París fueron a España en accidentado viaje ferroviario arribando a Bilbao el día 19 y pocas horas más tarde, en automóvil, marcharon a Santander para embarcarse en el vapor Oropesa en pos de Cuba y seguir a Panamá. El 9 de febrero ya estaban en el Pacífico e hicieron una breve parada en Talara para visitar los campos petrolíferos. Luego hicieron una corta visita a Paita y Piura.

Mientras tanto, los cruceros Grau y Bolognesi así como los cuatro submarinos R, zarpaban del Callao para dar alcance al Oropesa y escoltarlo hasta nuestro primer puerto donde arribaron la mañana del miércoles 11 de febrero de 1931. Al poner pie en tierra el príncipe de Gales y su hermano, una compañía de la Escuela Naval les rindió honores militares mientras el crucero Grau disparaba una salva de 21 cañonazos. La recepción fue notable. El Comercio cubrió el acontecimiento detalladamente, incluso describió la elegante tenida del heredero al trono. Luego cumplirían un nutrido programa tanto oficial como privado.

En nuestro medio las empresas inglesas más antiguas eran Graham Rowe William & Jn. Lockett, Duncan Fox, Anthony Gibbs & Sons y Balfour Williamson. Eran las sobrevivientes de la gran crisis bancaria de inicio de los años veinte y enfrentaban el cambio en la estructura económica del Perú que reorientaba sus exportaciones hacia el algodón, el cobre y el petróleo. Las empresas más poderosas eran el Banco de Londres y América del Sur, la Pacific Steam Navigation Company y la Peruvian Corporation. Los reales visitantes levantaron su decaído accionar ya que el control de cambio las afectaba duramente.

El locuaz y chispeante príncipe de Gales, junto con su titubeante y sosegado hermano Jorge, visitaron El Comercio el sábado 14 de febrero a la 1.30 de la tarde. Fueron recibidos por el director Antonio Miró Quesada y su hermano Aurelio, director – gerente. Los príncipes recorrieron el sólido edificio y elogiaron la moderna maquinaria de la empresa. El futuro Eduardo VIII, con gran naturalidad, tomó de las manos de un operario el gorrito de papel que acostumbraban usar durante sus labores y se lo puso en la cabeza. Les agradó mucho la hemeroteca “interesándoles el estilo colonial del decorado y del mobiliario”. Dedicaron también unos minutos al archivo donde revisaron diversas fotografías. Les impresionó que el Diario tuviera 91 años de existencia y preguntaron cuál había sido su tiraje más alto, que precisamente había tenido lugar el 28 de agosto de 1930 en que se imprimieron más de 82,000 ejemplares. La crónica de tan señalada visita concluía: “El príncipe de Gales y su hermano el príncipe Jorge dejaron en todos los de esta casa la más grata impresión por la llaneza cordial y la afable naturalidad de su trato”. Ese mismo día se despidieron del presidente de la Junta de Gobierno, comandante Luis M. Sánchez Cerro.

Al día siguiente, en un trimotor de Panagra, partieron del aeropuerto de Las Palmas a Arequipa, escoltados por aviones militares peruanos. De Arequipa, en tren especial, visitaron el Cusco y prosiguieron a Puno. Cruzaron el lago Titicaca en el vapor Inca y desembarcaron en el puerto de Guaqui, en Bolivia. Utilizando los más diversos medios de transporte pasaron a Chile para concluir en Buenos Aires.

Jorge VI falleció en 1936 y fue sucedido por Eduardo VIII, quien el 10 de diciembre de ese año renunció a la corona para casarse con la norteamericana Wallis Simpson, dos veces divorciada. Su hermano Jorge VI, quien ya estaba casado desde el 3 de mayo de 1923 con lady Elizabeth Bowles Lyon y tenía dos hijas, la futura Isabel II que acaba de fallecer y su hermana Margarita, asumió el trono que dejó al morir en 1952, a Isabel II.

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