A mediados de marzo, cuando se desató la pandemia en el país y el gobierno decretó el confinamiento obligatorio, Mariella Agois paró de trabajar. Se dedicó por varias semanas a cocinar y a otras actividades domésticas, sin poder reencontrarse con la creación pictórica. “Estaba asombrada de todo lo que estaba pasando —cuenta— recién en mayo pude retomar lo había estado haciendo anteriormente”.
En ese momento, sus obras fueron incluidas en algunas exposiciones virtuales que comenzaron a hacerse por el Día de la Madre, y poco a poco su vida fue tomando una nueva normalidad. Esto la impulsó a continuar la serie Pliegues que había iniciado dos años atrás como parte de sus indagaciones en el arte geométrico y abstracto. “Es una serie que a mí me encanta —comenta— porque es interminable. Yo sé que en algún momento tendré que parar, pero al jugar con el plano pictórico, al hacer cortes direccionales se genera una sensación de profundidad y se abren múltiples posibilidades. Es como un abanico, además, en esta época estoy usando colores mucho más fuertes que antes”.
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Apuesta por el verde
La obra que presenta en De Voz a Voz Perú se titula “Pliegue 45” y corresponde a esta etapa última de su trabajo. Y en ella utiliza un color como el verde que no había usado anteriormente. “Lo que me interesa ahora es trabajar bastante el color —dice Agois— y en cuanto a las líneas, estas no son del mismo ancho y no son exactamente continuadas”. En el texto que acompaña la obra se lee: “Es una repetición, como un día tras otro tras otro, como una hora tras otra. La paleta en esta etapa fue de colores más intensos, más densos, fuertes sin ser estridentes, más dramáticos. Los tamaños de los lienzos en algunos casos son más altos que anchos para que la obra tenga una presencia especial. He venido trabajando este tema por varios años, es cautivante y tiene muchas variables”.
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En síntesis, se trata de nuevas perspectivas de algo que la artista ha venido explorando en los últimos tiempos: esa ilusión de tridimensionalidad que sugiere su obra y que la ha llevado no solo a realizar pinturas, sino también grabados, impresiones y murales.
“Lo que yo trato siempre de hacer es sorprender al espectador”, dice. “Lo que pasa es que mi trabajo no es figurativo y tiene que atrapar de alguna manera desde lo abstracto, por eso me interesa mucho el tema del color”.
Líneas e impresiones
La carrera de Agois, iniciada a mediados de los setenta con la fotografía, ha sido un camino de descubrimiento constante. Después de estudiar en Estados Unidos, ella comenzó a decantarse por la pintura y el grabado. Luego se encaminó hacia la abstracción, los nuevos medios digitales y no ha tenido temor de buscar otras opciones que le permitan comercializar mejor su trabajo. Así llegó en los años 2000 a las impresiones a color. Esto ha hecho que su obra sea asequible a distintos públicos. “Primero, empecé a hacer grabados en óleo, con la ayuda de un asistente, pero luego empecé a hacer impresiones por inyección de tinta, algo que me resultó mucho más fácil y también más económico —dice—. Y la verdad es que a la gente le gusta. No todos pueden comprar un óleo, hay personas jóvenes que quieren tener un cuadro en su casa, pero no pueden pagar una pintura, sin embargo, sí pueden tener una impresión. Eso no quiere decir que la obra sea mala o de menor calidad”.
De colección
De voz a voz Perú es un proyecto desarrollado por el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y El Comercio, con el auspicio de Telefónica. Durante 21 semanas, diversos artistas presentarán una obra de colección.
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