El último álbum de los Arctic Monkeys comienza con una línea entre confesional y jocosa: “Yo solo quería ser uno de los Strokes”, canta el vocalista y líder Alex Turner. Curiosamente, el 2021 la cortesía le sería devuelta cuando Julian Casablancas, el cantante de The Strokes, publicó en su Instagram la frase “yo siempre quise estar en Arctic Monkeys” y una fotografía que parodiaba uno de los álbumes de la banda.
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Bromas, guiños y coqueteos aparte, si algo tienen en común Arctic Monkeys y The Strokes es que forman parte de esa hornada de bandas del siglo XXI que buscan rescatar los sonidos clásicos del siglo XX. Un poco de garage rock, punk, post-punk y hasta rockabilly mezclado en un nuevo menjunje más sofisticado y afín a los oídos jóvenes, los de esos ‘millennials’ a poco de ser ‘centennials’ que ya empiezan a sentirse prematuramente nostálgicos.
La tendencia ‘revival’ tiene sus detractores, por supuesto, como el fallecido crítico cultural Mark Fisher, quien criticaba la onda forzadamente retro de los Monkeys. Pero es cierto también que, desde esa temprana irrupción en la escena musical, la banda de Turner ha perseguido con ahínco la evolución de su sonido a través de nuevas exploraciones. Si su disco debut, “Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not” (2006), se caracterizaba por su frenético hedonismo, el más reciente, “Tranquility Base Hotel & Casino” (2018), parece más bien un refinado producto de madurez, que reposa en la voz de un ‘crooner’ agotado de su pasado cercano.
Y es por eso también que ese último álbum causó opiniones tan divididas: los fanáticos más recalcitrantes de la banda lamentaron su alejamiento del estilo que los hizo populares; la crítica especializada, en cambio, aplaudió ese sonido mucho más contenido y afiatado, que por momentos recuerda al mejor David Bowie (y no como mera copia, sino como sensata influencia). Temas como “Star Treatment” y “Four Out of Five” son notables reflexiones sobre la fama y el quehacer artístico que confirman el talento de Turner para escribir canciones más allá de la humorada anecdótica.
DE REGRESO AL SUR
Por todo lo mencionado es que existe una justificada curiosidad sobre lo que será el próximo álbum de estudio de Arctic Monkeys, el séptimo de su discografía. Se especula que podría ser lanzado entre fines de este año o inicios del próximo. Mientras eso ocurre, la banda sigue girando por el mundo y el Perú ha sido confirmado como una de sus paradas. El concierto será el 15 de noviembre en Arena 1 de la Costa Verde. Banda telonera: Interpol.
Move Concerts confirmó a El Comercio que el show incluirá sus grandes éxitos, por lo que seguramente el ‘setlist’ tendrá temas para todos los gustos. Vale recordar también que esta es la segunda presentación de Arctic Monkeys en Lima. La primera, en marzo del 2019, fue un exitoso ‘sold out’. Se espera que ello se repita.
Precios de entradas
Campo A : S/ 340
Campo B : S/ 170
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