La fascinante Marilyn (Coco Marusix) vuelve al circo donde alguna vez brilló. Bajo la carpa, sentada en una banca, rememora sus momentos de mayor refulgencia así como también uno de gran oscuridad, producto del odio y la transfobia. Tras sobreponerse al dolor y recuperar fuerzas retorna al escenario e intenta volver a ser la estrella que algún día fue.
Esta es la historia central del videoclip de “Volar”, el último éxito musical de la agrupación de rock nacional Bala Perdida. Propuesta audiovisual de denuncia social protagonizada por Coco Marusix (Callao, 1964) y La Uchulú, influyente TikToker quien interpreta a Marilyn de joven.
Marusix Campos, artista ícono de la comunidad LGBTI+, vuelve a la escena actoral luego de dos décadas de ausencia. Lo último que hizo fue la película del director Michael Kats, “Baño de damas” (2002). Un año después, sufrió un accidente cerebrovascular que le alejó temporalmente de los escenarios.
“Marilyn, mi personaje en este videoclip, brillaba en el escenario hasta que enfrentó un momento complicado de odio y violencia. Una situación que no llegó a matarla, pero la marcó para toda la vida. Me sentí identificada con ella porque siempre nos han perseguido. Cuando venía la batida o un grupo de chicos quería pegarte, si no tenías la suerte de poder correr, tenías que esconderte debajo del carro. Generalmente pasaba en la madrugada, cuando salías de las discotecas”, recuerda.
La sensualidad, el desparpajo, elegancia y picardía de la figura de 58 años revolucionó las décadas de los 80 y 90. Fue una de las primeras vedettes trans en el Perú. Deslumbró en los café teatros y formó parte del elenco de actores de “Risas y salsa”. Su popularidad creció considerablemente tras reiteradas entrevistas con Jaime Bayly, con quien se le vinculó sentimentalmente.
Triunfos y caídas
En 1982, con apenas 16 años, luego de obtener el segundo lugar en un concurso de belleza, el dueño de la histórica discoteca de ambiente Perseo le propuso a Coco Marusix formar parte de un show de travestis. Una oportunidad que la artista aprovechó para mostrar su talento a productores como Efraín Aguilar, quien luego de llevarla a una revista musical (Music Travesti Hall), la integró a su elenco de “Risas y salsa”.
“Era menor de edad, pero nadie sabía (ríe). Estaba deslumbrada. Trabajar con Analí Cabrera, Teddy Guzmán, quien hasta hoy es mi gran amiga, ‘Felpudini’..., era un lujo. Todos me recibieron con los brazos abiertos. Me guiaron, me enseñaron, me mostraron el camino del éxito., enfatiza. “De Teddy, por ejemplo, aprendí la elegancia, la sobriedad y el buen gusto. Cuando empecé creía que mientras más brillo usaba, más regia me veía. Totalmente falso”, añade.
─¿Tus padres te apoyaron en ese camino?
Me crié con mis abuelos. Ellos siempre me apoyaron. Mi papá era cerrado, era de los que pensaban que el hombre tenía que trabajar y la mujer estar en la cocina. Durante mucho tiempo se negó a ver lo que realmente pasaba, pero nunca me prohibió nada.
─¿En el colegio lidiaste con el bullying homofóbico?
No, porque nunca me privé de nada. Si había que jugar fútbol, saltar el taburete o trompearme, lo hacía. Viví mi edad en todo sentido. Y los chicos de mi salón eran como mis hermanos: me protegían, me cuidaban.
─¿Recuerdas cómo fue tu primera vez en un escenario?
Fue en noviembre de 1983. Bailé “Cabaret”. Estaba nerviosa. Tenía miedo que se me caiga la silla que llevaba en la mano, el gorro o la peluca. Me concentré en la coreografía y me olvidé del público. Fue hermoso. Al finalizar el show, me aplaudieron de pie. La piel se me puso de gallina.
─¿Tenías algún referente artístico?
Veía por televisión a Teresa Dávila. Me encantaba, era seductora y tenía gracia.
─Después de “Risas y salsa”, en 1998 condujiste junto a Marisol Malpartida “Loca Visión”, un programa que estuvo al aire solo un día. ¿Por qué no prosperó?
Pensando, ahora, en frío, y sin buscar una excusa, creo que fue por la producción. No se ponían de acuerdo ni con los invitados. La comunicación era pésima, se peleaban mucho. Faltaba un guía.
─¿El beso, los coqueteos y juegos en doble sentido en TV con Jaime Bayly formaron parte de un show?
Hasta ahora la gente sigue pensando que entre nosotros hubo algo. No pasó nada más de lo que todos vieron. Cuando nos encontrábamos en la calle, nos saludábamos, luego cada quien por su lado. Todo fue show.
─¿Es verdad que iba a tus presentaciones y luego entraba a tu camerino?
Cuando estuve haciendo “El novio de mi hijo” en el Teatro Arlequín, es verdad que Jaime fue a verme, pero no fue solo. Fue con su productora, Ximena Ruiz Rosas. Quería conocerme antes de entrevistarme para saber cómo iba a llevar la entrevista. Lo hizo sin ningún ápice de romance. Además, en ese tiempo yo tenía pareja.
─¿Estuviste con algún personaje del espectáculo, el fútbol o la política?
En ese tiempo tenía varios pretendientes, pero fue ayer y no me acuerdo.
─¿Lo contarás algún día? ¿Por ejemplo, en un libro o en una película?
Más que un libro o una película, me gustaría hacer un documental sobre mi vida. Probablemente me anime a contar muchas cosas. Hace poco, Ernesto Pimentel me llamó para participar en su película, estamos en conversaciones.
─¿Recuerdas el momento de mayor brillo en el escenario?
Definitivamente, cuando hice el musical de Marilyn Monroe. Los aplausos del público fueron interminables. Fue un personaje muy difícil, pero me dio grandes satisfacciones.
─En el 2003, a los 36 años y en el mejor momento de tu carrera, sufriste un derrame cerebral que te cambió la vida. Después de 20 años, ¿cómo recuerdas ese momento?
Fue muy difícil. Al principio no lo aceptaba. Ahora sé que me pudo haber pasado a los 20, como a los 40, porque es un tema genético. Me quedé dormida viendo la película “Maid in Manhattan” de Jennifer López. Al despertar tenía el lado izquierdo de mi cuerpo adormecido. Pensé que pasaría, pero al intentar pararme, me caí. Arrastrándome pude llegar hacia la puerta, que estaba con llave, y llamar a una amiga con la que compartía casa. Ella me llevó al hospital. Prácticamente me cargó hasta el taxi.
─¿Es verdad que en el hospital recibiste un trato discriminatorio?
Pasó algo que me sacó de quicio, pero con el tiempo comprendí que era tarea de enfermera hacer lo que hizo. Después de preguntarme si era alérgica a algún fármaco, me preguntó si tenía VIH. Le dije que no, sin embargo volvió a preguntarme. Y siguió haciéndolo. Cuando ya me había preguntado como 200 veces, le grité. Finalmente, me tuve que ir del Edgardo Rebagliatti. No podían atenderme porque no era asegurada. Me llevaron a la clínica del Hospital Militar, gracias a que la hermana de Álex Otiniano, que en paz descanse, trabajaba en ese lugar. Mi familia y amigos fueron determinantes en mi recuperación. Me apoyaron anímica y económicamente.
─Siendo tan independiente, imagino que la dependencia habrá sido lo más difícil.
Totalmente. Antes de las terapias me costaba hasta sentarme sola. Pedir ayuda para todo era muy incómodo. Fue bastante difícil, pero aprendí con el tiempo e innumerables caídas, como 800 mil (ríe), a valerme por mí misma nuevamente.
─¿Fue una lección de vida?
Fue una lección de fe y de ser una mejor persona. Y no porque antes haya sido una m..... sino porque te enseña a ser más sensible con las cosas de la vida.
─¿Es verdad que pensaste en acabar con tu vida?
En mi cuarto tenía una ventana, no muy grande. Un día pensé meterme un clavado desde ahí. Cuando intenté pararme para hacerlo, me caí. Me dolió tanto el golpe, que ya no lo intenté más (ríe). Luego pasó algo sorprendente: estaba en la cama y sentí que alguien me tocó en la cabeza. En ese momento mi cuerpo empezó como a despertarse. Fue una señal, entendí que necesitaba paciencia, debía esperar.
─¿Cómo lograste salir de esa depresión?
Gracias a mi familia. Tenerlos a mi lado me ayudó a no sentirme sola, a seguir con mis terapias y a erradicar pensamientos negativos. Poco a poco me reincorporé a mis labores. Los dueños del Vale Todo me dieron la oportunidad de reencontrarme con el público.
─¿Cómo fue ese reencuentro?
Me aplaudieron entre lágrimas. Fue muy emocionante. Me pusieron una especie de podio con ruedas para poder trasladarme de un lugar a otro. No podía bailar, ni usar tacos, pero el cariño del público fue revitalizador. Me volví más cauta, dejé de hacer locuras.
─¿Cuál es la locura más grande que has hecho?
Irme al Cusco a buscar a una expareja con la que me había peleado. No sabía exactamente dónde estaba. Me guié por una foto que compartió. Rondé ese lugar varios días. Finalmente, lo encontré. Esa loca historia, tuvo un bonito final.
─¿Qué proyectos tienes para lo que resta del año?
Quiero viajar a Estados Unidos para reencontrarme con unos amigos allá. En esta etapa de mi vida, no soy de hacer planes, dejo que la vida me sorprenda.
Nueva generación
Esaú Reátegui Wong, más conocido como La Uchulú, interpreta a Marilyn de joven en el videoclip de “Volar”. El artista pucallpino que alcanzó gran popularidad gracias a su coreografía de “No sé” dejó por un momento la comedia para experimentar en el drama junto a Marusix en esta nueva propuesta audiovisual.
“Fue un honor conocer a Coco Marusix y grabar con ella. Grabamos todo un día, desde las 11 de la mañana hasta la medianoche. Fue una gran oportunidad para experimentar el lado de la actuación más serio. Un concepto diferente al que normalmente estoy acostumbrada. Me encantó salir por un momento de la comedia”, destaca.
“Es una historia conmovedora. Justamente el día que Marilyn es golpeada por unos salvajes hasta quedar discapacitada, le entregan un nuevo vestido para su espectáculo, el cual nunca pudo utilizar de joven. Se lo pone de adulta y empieza a hacer su show para ella misma, para sentirse plena”, añade.
El nombre de ‘La Uchulú’, explica, nace de la mala pronunciación de su nombre de pila. Lo adquiere a modo de terapia, para superar una fuerte depresión a raíz de una experiencia terrible que le tocó vivir.
“La Uchulú es mi refugio, mi lugar seguro y feliz. Me ayudó a salir de la depresión cuando quise suicidarme. Los videos que hice me sirvieron de terapia. Cuando estoy pasando un mal rato, me pongo la peluca y me transformo porque ella puede hacer realidad todos sueños. Es la reina”, subraya Esaú, quien actualmente integra el elenco de artistas del Circo de La Chola Chabuca.
La presentación oficial de “Volar”, así como de “Ruge la ciudad”, el nuevo disco oficial de la banda conformada por Ángel Romano (primera guitarra), Jorge Zagal (bajista), Enrique Visaloth (vocalista), Juan Diego Rodríguez (guitarra rítmica), Jorge Paz (segunda guitarra) y Lucas Chirinos (baterista), se realizará este 17 de agosto, en el Selina de Miraflores. Los acompañarán las agrupaciones Argot, Royal Flush y el proyecto solista de Diana Foronda. Coco Marusix y La Uchulú también llegarán paran el cierre del show.