Trabaja desde los ocho años. Y en los 15 que transcurrieron desde entonces, Daniela Darcourt ha comprobado que el esfuerzo y la perseverancia son los mejores aliados del talento. La oportunidad de convertirse en solista le llegó en el 2018, seguida de una aceptación del público tan veloz como rotunda. Con las presentaciones y las giras, algunos sueños de su niñez también se fueron haciendo realidad. Como aquella promesa de viajar por el mundo junto a su madre. O el anhelo de tener un departamento propio.
A dos semanas de cumplir 24 años, en medio de la emergencia sanitaria que vive el mundo y el aislamiento social decretado por el Gobierno Peruano, la joven salsera nos concede un tiempo para comentar los momentos clave en su vida, la interrupción de su ajetreada agenda y el nuevo proyecto musical que prepara.
Has estudiado canto, música, ballet, teatro, ¿siempre tuviste claro que querías convertirte en artista?
Sí, pero empecé bailando. Fui bailarina antes que cantante. Y descubrí el interés del canto gracias a mi abuelo, por eso él es una figura muy importante en mi carrera tanto como en mi vida. Luego, se dio la oportunidad de empezar a trabajar. Y así fui descubriendo que quería dedicarme a esto de por vida.
¿Cuál fue el papel de tu abuelo en tu proceso cómo cantante?
Sin él, sencillamente, no hubiera empezado a cantar. Una tarde después del colegio cuando llegaba de estudiar, mi abuelo me escuchó. En ese entonces había una balada que estaba de moda, “Quédate”, de Lara Fabian. Tanto la escuchaba en la radio que me la aprendí y un día la canté. Fue unos cuatro años antes de que mi abuelito me dejara. Él me dijo “también cantas, ¿por qué no lo intentas?”. Y así, entre que sí y que no, fue que me atreví y descubrí la música.
¿Cuándo se convierte en lo primordial para ti?
La música ya existía porque la compartía en mi vida, pero tomé la decisión de dedicarme a ella entre los 14 y 15 años. Fue una decisión propia, porque sentí que en algunos momentos me salvó, estuvo en momentos importantes de mi vida personal. Ese, en realidad, fue el detonante para que yo quisiera hacer música.
¿Podrías contarnos algún episodio en que la música “te salvó” como dices?
En algún momento lo he dicho, la música ha sido mi mejor amiga en momentos de soledad, cuando la situación económica en mi casa no era la mejor, en problemas familiares, en el fallecimiento de mi abuelo, que me dejó a los 11 años. Todos esos episodios los he cubierto y superado con música.
Además de concursos de canto, participaste en algunas obras de teatro.
Sí, hice un poco de teatro e improvisación. Obras musicales como “Grease” y “El rey León”. También una obra colectiva que se llamó “Reformatorio”. Estuve en muchos campeonatos de improvisación durante dos años consecutivos y después de eso me retiré. Me dediqué cien por ciento a la música, al poco tiempo entré a Son Tentación.
Esta fue la orquesta que te dio la oportunidad de crecer. ¿Cómo llegas a ser parte del grupo?
Entré a los 19 y me enseñaron mucho. A manejar un público distinto y de distinta manera. Yo me movía en el mundo de las orquestas digitales, donde todo era paz y tranquilidad. Al inicio Son Tentación fue una locura y todo un experimento para mí, que venía de una formación diferente. Llegué sin querer. Pasé un casting al que me obligaron a ir mi mamá, mi hermana y mis amigos. Recuerdo que fui la número 173. Pasé y fueron dos años y dos meses de mucho aprendizaje.
¿Te costó dejar la orquesta para lanzarte como solista?
Justo ayer miraba videos y recordaba todo. Fue bastante complicado porque pasó casi justo cuando algunas integrantes quedaron embarazadas, pero era un “ahora o nunca”. No pensé que mi oportunidad llegaría tan pronto, que iba a ser tan rápida la aceptación de la gente y sobre todo que tendría esa fama a la que no estaba acostumbrada. Sí, me costó. Los cinco primeros meses fueron parte de un proceso de adaptación bastante fuerte porque soy una persona muy libre y pasé de un momento a otro a dedicarme solo a esto.
No es sencillo manejar tanta popularidad…
Hay personas que piensan de la fama ¡ay que lindo!, pero hay mucha responsabilidad de por medio. Por eso es por lo que trato de cuidarme lo más posible. Trato de hacer las cosas que yo pienso son correctas sin perder la esencia de mi personalidad. Porque si bien es cierto Daniela Darcourt es el personaje, hay una Daniela que es persona, que es mujer, que es hermana, amiga, y que en algún momento también se va a convertir en mamá y tengo que pensar en eso también. Igual es todo un aprendizaje, tengo 23 años y me queda por aprender miles de cosas en el camino. Felizmente la gente ha reaccionado bien. Yo respeto y sobre todo cuido a mi público.
¿Por qué te inclinaste por la salsa?
Era un género que yo cantaba porque me gustaba. Soy de La Victoria, un barrio donde las fiestas populares se hacen con este ritmo. Y no soy ajena a eso, crecí con eso. Me dediqué a la salsa cuando terminé por tomarle completamente cariño a la orquesta. Le agarré el gusto y, además, es un ritmo que va muy bien.
Ahora que has mencionado a tu barrio, La Victoria, ¿recuerdas alguna anécdota de aquellos años?
Uy, tengo varias, sobre todo cuando teníamos los torneos y campeonatos de vóley y fútbol. Armábamos dos equipos, con grandes amigos que ahora son padres. Por ese entonces jugábamos chapadas, kiwi, mundo, cosas que ahora casi no existen. Yo era fanática del trompo, canicas, tenía muchos amigos. Mi infancia ha sido así, aunque fue muy interrumpida por mi trabajo.
¿Sientes predilección por otro género musical?
Me gusta mucho el género disco. Sigo mucho a Michael Jackson, es mi referente.
¿Y tocas algún instrumento?
Toco piano. Hace mucho tiempo lo dejé. Y ahora quiero volver a retomarlo porque tengo muchas ideas en la cabeza para la gente que me sigue. Así que espero que pase pronto todo esto que vivimos para ponerme en marcha, como se dice. Llevé clases de guitarra un par de meses pero siento que el piano es un instrumento cuyo proceso es más bonito, te conectas mucho más y puedo expresarme mejor.
¿Te has animado ya a componer para un futuro disco?
Me gusta mucho escribir, pienso mucho en el texto pero no propiamente para canciones, me gustaría tomar un taller para poder plasmar estas ideas que pueden ser buenas y que en algún momento salga una producción íntegramente con letras mías.
¿En estos dos años que tienes como solista ha habido algún tema en el que solo tú hayas creído, pero que con el tiempo se convirtió en un éxito?
Me pasó con “Señor Mentira”, y mi equipo me ayudó con el resto de los temas. “Probablemente” y “Adiós Amor” son producciones a las que les he ido agarrando cariño durante el proceso de grabación. Cuando algo no te termina de convencer lo haces a media caña. Eso me pasó a mí, pero cuando estaba ahí encerrada con dos horas de grabación por canción se me ocurrían cosas, así que me dije “si vienen es por algo, así que a trabajar”. Y mira, esas canciones han liderado y siguen todavía dentro de los primeros 10 lugares del top nacional. He estado hasta hace poco como número 1 con “Señor Mentira” y “Con mi amiga”. “Señor mentira” se concibió con Master Chris -productor del álbum “Esa soy yo”- en República Dominicana. Los empresarios con los que yo trabajaba en ese entonces no creían que esta canción debía ser la promocional, pero me enterqué y les pedí que me hicieran caso. Y así fue. Ahora es el himno de muchas personas.
¿En qué proyectos estás enfocada ahora?
Después de “Esa soy yo” me quede con muchas más ganas de hacer otro álbum. Hay mucha gente que pide cosas inéditas y yo le pido al público que espere mi nuevo álbum porque se viene algo bonito. Será un álbum con mucho más de mi esencia. Quiero que lo escuchen y digan “esta es Daniela” y sobre todo que cruce fronteras. Porque quiero y respeto el apoyo que me dan todos los días es que tengo el afán de llevar mi música afuera. Quiero empezar a traer premios para mi país que es para lo que estamos los artistas, esa es la recompensa final de todo lo que hacemos.
¿Cuáles crees que son tus principales cualidades, musicalmente hablando?
Soy muy estudiosa, muy chancona. Cuando me propongo algo, pues trato de hacer lo mejor. No me gusta quedarme atrás, siempre pienso en dar un paso más adelante. Viene acompañado de la formación, uno nunca deja de aprender. Creo que está en mí misma la responsabilidad de seguir transformándome y de llevar la salsa a otro nivel. Que los millennials no solo se queden con el género urbano y sepan que la salsa también tiene ganado su espacio.
¿Has pensado en hacer alguna fusión musical?
Tendría que pensarlo bastante. Conozco muchos artistas nuevos con los que me gustaría trabajar, pero creo que primero debería buscar colaboraciones con las instituciones de la salsa, como Alexander Abreu, Gilberto Santa Rosa, Oscar D’León y se dé la continuación del género. Lo latino, lo tropical, nunca va a morir, pero es una responsabilidad lograr que los jóvenes se entusiasmen con la salsa.
¿Y alguna colaboración con La India, a quien conoces personalmente?
Nos hemos tomado mucho cariño, compartimos muchas cosas. Espero que en su momento también pueda darse alguna colaboración porque después de Celia Cruz, ella es una de las más grandes exponentes femeninas del género. La vi cantar en vivo en un aniversario de Son Tentación. Con las chicas fuimos al hotel a entregarle un ramo de rosas, se lo entregué yo. La segunda vez que la vi le pregunté si me recordaba. Dijo que sí y que me vio cantar el mix que hicimos de sus canciones con la orquesta. También me contó que no le gusta escuchar a otros cantar sus temas porque siente que la imitan, pero que yo había hecho mía la canción.
También eres amiga de Tony Succar. Estuviste como invitada en su concierto en Lima.
Es como un hermano, nos queremos mucho. Somos jóvenes, nos movemos en la música y compartimos el mismo género musical. Lo conozco desde el 2018 y entablamos amistad. Nos conocimos en un estudio gracias a un amigo que sabía que yo moría por conocerlo. Yo ya sabía de su carrera, hasta le había escrito y me había respondido. Es un gran músico, tiene mucho criterio, acaba de ganar dos Latin Grammy y espero que podamos hacer algo juntos. De todas maneras. Vamos a ver qué sale. Ya hemos hecho “Canción a la tierra” en el Gran Teatro Nacional, el tributo en landó que Tony le hizo a Michael Jackson.
Mirando tus fotos, es inevitable notar tus tatuajes, ¿cuántos tienes?
Tengo 19. A los 15 años recién empezaron a llamarme la atención. A esa edad la mayoría de mis amigos los tenían y yo preguntaba por qué lo hacían. La mayoría me decía que era porque le gustaba o porque significaba algo. Me pareció chévere tener algo que te recuerde lo importante en tu vida. Quiero recordar siempre estos momentos especiales. Por ahora son 19, no sé cuantos más tendré con el tiempo.
Cuéntanos sobre algunos de ellos.
Para mí tres son los más importantes. Uno es la firma de mi abuelo que la encontré hace dos años, un día antes de mi cumpleaños. Tengo también tres estrellitas que son mi mamá, mi hermana y yo. Y hay otro que tengo en el brazo izquierdo, que representa mi vida resumida en un tatuaje, no sé cómo explicarlo, pero es uno de los más bonitos.
¿Tus cambios de look han sido por marketing? ¿Cuál ha sido el más radical?
Esos cambios han sido en momentos en que quería experimentar tanto con mi cuerpo como con mi cabello, maquillaje, mi forma de vestirme. Buscando mi identidad. Siempre tuve el pelo largo lleno de rulos y lo que hice fue cortarme el cabello, teñirlo, pero siempre fue mi decisión. Ahora ya sé qué me va y qué no. Lo más radical ha sido raparme el cabello a los costados y dejarme un copete a lo Pink.
Estás a semanas de cumplir 24 años. ¿Cómo lo celebrarás?
A mí me encanta planificar una fiesta enorme llena de un montón de cosas, pero unos tres días antes ya no quiero nada, me vuelvo loca, me da una crisis, y un día antes recién digo “ya, hay que hacer algo”. Siempre recibo las 12 con mi familia. Ahora que tengo novio también con él. Ha habido años en que no he tenido para celebrar, pero el año pasado sí festejé. Este año lo quiero pasar lo más tranquila posible. Me siento como una viejita. Quiero que esté la gente que yo quiero, buenos amigos, puede ser una parrilla, algo pequeñito, por ahí un par de vinos y ya.
Hablando de la actual coyuntura, el estado de emergencia decretado por el coronavirus te hizo cancelar varios conciertos internacionales…
Me canceló dos giras. En teoría yo estaría terminando la gira de EE.UU. y tomando un avión para irme a Canadá. La verdad que esto nos ha ocasionado una pérdida un poco grande, pero al menos estamos bien, con salud, con la familia. No nos quedamos varados o pidiendo ayuda para volver. Estoy segura de que mientras hagamos caso al Gobierno todo va a pasar pronto.
¿Cómo transcurren tus días alejada de los escenarios?
Antes ya me había ausentado de los escenarios tres meses por una operación a las cuerdas vocales. Así que no es algo nuevo para mí. Lo nuevo es no poder salir de casa. Yo soy muy inquieta y me gusta estar siempre en contacto, me gusta caminar, pero ahora estoy disfrutando de la pausa. Es el momento de estar con la familia y de soltar ideas. También me gusta ver muchas películas con mi pareja, que es muy analítico. No la paso mal, debatimos, me divierto, hablamos de nuestros proyectos, converso con mi mamá. Me gusta cocinar. Estoy reviviendo dotes culinarios que ya estaban perdidos por la falta de tiempo.
¿Qué es lo primero que quieres hacer cuando termine la cuarentena?
Salir corriendo a abrazar a mi mamá, a mi abuela, a mi hermana, a mi familia. Salir a respirar, darme una vuelta, agarrar mi carro, pasear. Irme a un mercado a tomarme un jugo y treparme en un escenario, pero con urgencia. Necesito a la gente, es la adrenalina que me mantiene viva.