Es inviable hablar de los máximos exponentes de la música andina sin hacer mención a Los Kjarkas y a su indiscutible éxito “Llorando se fue”. O hablar de la música boliviana y no referirse a la familia Hermosa y a la vocación que han cultivado con solemne maestría durante cinco décadas. Es imposible no aplaudirlos de pie ante tanta entrega y magia, que ellos llaman arte.
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El 23 de junio de 1971, en Capinota, Cochabamba, Bolivia, Edgar Villaroel y los hermanos Wilson, Gonzalo y Castel Hermosa dieron vida a Los Kjarkas, la emblemática agrupación boliviana que posteriormente alcanzó gran popularidad nacional e internacional con el ingreso de Ulises y Élmer Hermosa, Gastón Guardia, Guillermo Ponce, Gonzalo Hermosa Jr, Lin Angulo y el músico japonés Makoto Shishido.
En 1976, la agrupación publicó “Bolivia”, su primer álbum de estudio donde destaca el huayno con el mismo nombre compuesto por Gonzalo Hermosa, el cual se ha convertido casi en el segundo himno del país altiplánico.
“A la fecha tenemos más de 45 discos grabados y más de 460 canciones. Tenemos discos de oro, plata y platino. Estamos celebrando 50 años de historia de actividad musical, de viajes y sueños cumplidos”, destaca Gastón Guardia, voz y responsable de los instrumentos de viento en la agrupación. “Mantener un grupo es muy difícil, pero nuestros sueños siempre nos han dominado y dado fuerzas para continuar y mantenernos vigentes como una leyenda viva”, añade.
Los Kjarkas no conocieron escuelas ni maestros de música. Cultivaron su arte de forma autodidacta. Al inicio les tocó batallar contra el desconocimiento y una sociedad prejuiciosa que les puso trabas.
“En los años 70 era difícil hacer música folclórica porque era mal vista, tuvimos que luchar contra todo eso. Cuando Gonzalo Hermosa tenía 13 años, su papá lo descubrió tocando a escondidas una guitarra prestada y se la rompió. No quería que sea músico. Por eso, cuando terminó el colegio se trasladó a Cochabamba a estudiar medicina. Terminó la carrera, pero no se graduó. Pudo más su lado artístico”, narra Guardia.
“Nuestros padres se oponían a que seamos músicos porque la música era mal vista, estaba relacionada con el alcohol y la mala vida. Tuvimos que luchar con todo eso. Ahora somos un grupo histórico, hemos podido vivir de la música y conquistado el mundo con nuestras canciones”, asegura.
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Conquistadores del mundo
Entre la agrupación boliviana y Perú hay una gran complicidad. Los une historia y hermandad. Cuenta Gastón que Cusco marcó el inicio de la internacionalización de Los Kjarkas y del cumplimiento de sus sueños.
“Perú fue el primer lugar que visitamos, en Cusco empezamos los sueños, la primera peña en la que nos presentamos fue Hatuchay. Nos quedamos un mes haciendo música por diferentes lugares. Entrar a Cusco nos dio una visión mucho más amplia de lo que podíamos hacer, pues la mayoría de público era extranjero y nos decía que debíamos visitar también otros países. Y eso hicimos”, detalla el músico.
En 1984, la agrupación llegó por primera vez a Japón para participar en el Festival Yamaha Music. Un año después retornó para ofrecer un primer concierto en ese país. Y fue precisamente en aquella visita que se dio el primer encuentro con Makoto Sishido, el músico japonés que algunos años después se sumaría al grupo boliviano.
“Hemos conquistado al público japonés y tenemos un charanguista de ese país. Lo conocimos cuando tenía ocho años y fue a vernos a una presentación que tuvimos en Tokio. Aquella vez se enamoró del charango y ahora es parte del grupo. Ya lleva como 20 años tocando con nosotros”, destaca Gastón Guardia.
Han pasado cinco décadas desde que Los Kjarkas iniciaron esta aventura musical y son miles las anécdotas vividas durante ese tiempo, como el día en que una enorme limusina contratada para trasladarlos desde el aeropuerto de Buenos Aires hasta el hotel se averió apenas inició la marcha. “Tuvimos que bajarnos a empujar, empujamos como cinco kilómetros. Fue una experiencia divertida”, refiere Gastón.
Y así como vivieron momentos gratos, también enfrentaron duros episodios, como aquella vez que la agrupación tuvo que subir al escenario tras la muerte del compositor y cantante del grupo: Ulises Hermosa.
“Una semana después de la muerte de Ulises (falleció el 3 de abril de 1992) tuvimos que realizar un concierto que ya teníamos programado en el estadio de Cochabamba. Fue difícil, al principio no podíamos cantar, no nos salía la voz. Gracias a que el público nos dio fuerza, pudimos cumplir con la presentación. Fue uno de los conciertos más tristes en la historia del grupo”, indica Gastón.
Emblemático tema
Una de las canciones más importantes de Los Kjarkas es sin duda “Llorando se fue”, tema compuesto por Ulises Hermosa e interpretado por Gastón Guardia. En 1981 la canción sonó por primera vez en un concierto en la ciudad de Oruro en Bolivia.
“El día que estrenamos esa canción, el público me pidió cantarla como tres veces seguidas. Fue emocionante porque fue mi primera canción que grabé como solista. Aquella fue una de las anécdotas personales más lindas que he tenido”, comenta Gastón.
“Llorando se fue” también es una de las composiciones de Los Kjarkas más versionadas, pero sin duda la versión que acaparó la atención del mundo y que puso a los artistas bolivianos en vitrina fue la protagonizada por la agrupación francesa-brasileña Kaoma, en 1989: “Lambada”.
“Era verano, estábamos de gira en Estados Unidos, cuando llamaron a la oficina para avisar que en Francia habían sacado una versión de ‘Llorando se fue’ como parte de una publicidad de una soda. Averiguamos qué había pasado y cuando volvimos a Bolivia iniciamos la pelea en leyes y juzgados que duró cerca de dos años. Finalmente la Corte Superior de Justicia de Francia reconoció como verdaderos autores a Gonzalo y Ulises Hermosa. Reconocieron que ‘Lambada’ fue un desliz. Gracias a Dios la canción estaba registrada en la Sociedad de Autores de Alemania (GEMA)”, explica Guardia.
“Aquel fue un momento legal incómodo y tedioso, pero también fue una apuesta ganadora para nosotros porque a raíz de ese incidente fuimos contratados en muchos festivales de Europa”, añade.
Posteriormente, en 2006, el dúo Wisin & Yandel utilizó una parte del tema en su canción “Pam Pam”; cuatro años después, en 2010, Don Omar también empleó parte de la letra de “Llorando se fue” en el tema “Taboo”. A inicios de 2011, Jennifer López y Pitbull utilizaron extractos de la melodía en “On the floor”.
“La canción tiene más de 150 versiones, la última fue en la India. Cuando Jennifer López utilizó el tema, su representante se comunicó con el grupo para pedir autorización y cumplió con el pago de los derechos de autor”, asegura el músico boliviano.
Escenarios peruanos
La agrupación conformada actualmente por Elmer Hermosa, Gastón Guardia, Gonzalo Hermosa, Gonzalo Hermosa Jr., Lin Angulo y Makoto Shishido, ofrecerá en nuestro país dos presentaciones en el marco de las celebraciones por sus bodas de oro.
El próximo 7 de abril se presentarán en el Teatro Municipal y el 16 de abril en el Estadio Nacional. También recorrerán ciudades del interior del Perú como: Huancavelica, Huancayo, Ayacucho, Huaraz, Chimbote y Trujillo. Las entradas están a la venta en Teleticket.
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