One Hand Clapping fue grabado durante cuatro días en agosto de 1974 en Estudios Abbey Road en Londres. La película presenta a la banda tocando en vivo en el estudio y grabando un posible álbum en vivo, así como voz en off entrevistas con los miembros de la banda. (Foto: Instagram)
One Hand Clapping fue grabado durante cuatro días en agosto de 1974 en Estudios Abbey Road en Londres. La película presenta a la banda tocando en vivo en el estudio y grabando un posible álbum en vivo, así como voz en off entrevistas con los miembros de la banda. (Foto: Instagram)
Francisco Melgar Wong

Guardado durante casi medio siglo y pirateado en incontables ocasiones, One Hand Clapping, el álbum doble grabado por y Wings a finales de 1974, acaba de ser publicado oficialmente como el primer lanzamiento de la colección de los Archivos Paul McCartney. Planeado originalmente como la banda sonora de un documental que mostraría al ex beatle y a su nueva banda tocando en vivo en los estudios Abbey Road, el disco muestra a McCartney en un momento de transición, justo cuando dejaba atrás una errática carrera en solitario para convertirse, finalmente, en el más profesional y consistente solista de los cuatro de Liverpool.

1974. Habían pasado cuatro años desde la separación de los Beatles y las carreras en solitario de sus tres principales compositores eran irregulares y frustrantes. John Lennon había iniciado la suya con sus dos mejores álbumes (Plastic Ono Band, Imagine) pero luego publicó sus dos discos más autoindulgentes y decepcionantes (Some Time in New York City, Mind Games). George Harrison también empezó con sus dos mejores álbumes (All Things Must Past, Living in the Material World), pero no tardó en adentrarse, lenta pero consistentemente, en las vastas planicies de la irrelevancia musical.

Pero ninguno la pasó peor que Paul McCartney. Su primer álbum como solista (McCartney) trajo una colección de canciones que parecían haber sido grabadas en el sótano de su casa y, si bien el tiempo lo ha convertido en una rareza amada por sus fans, en su momento la prensa especializada no dudó en destrozarlo. Lo mismo pasó con Ram, su segundo disco en solitario, el cual –aunque a todas luces mucho más logrado que el anterior– también fue vilipendiado por la crítica, que parecía deleitarse en despedazar cada nuevo lanzamiento del ex Beatle. Después de estos dos discos, McCartney formó Wings, una banda con la que, en 1971 y 1973, editó dos de los peores álbumes de su discografía (Wild Life y Red Rose Speedway). Su fortuna cambió a finales de 1973 con el lanzamiento de Band on the Run, su tercer álbum con Wings, considerado unánimemente el mejor de su carrera.

Sir Paul McCartney este 27 de octubre en el Estadio Nacional de Lima. (Photo by Kamil Krzaczynski / AFP)
Sir Paul McCartney este 27 de octubre en el Estadio Nacional de Lima. (Photo by Kamil Krzaczynski / AFP)
/ KAMIL KRZACZYNSKI

Band on the Run, publicado el 30 de noviembre de 1973, marcó un punto y aparte en la carrera de Paul McCartney. El disco no sólo trajo el más consistente conjunto de canciones de Macca hasta esa fecha, sino que lo encontró explorando distintos géneros con total eficiencia: el power pop (“Jet”), el soft rock (“Bluebird”), el afropop (“Mamounia”) y el funk rock (“Nineteen Hundred and Eighty-Five”), y mostró, además, la renovada ambición del ex beatle por las grandes formas del rock al estilo Sgt. Pepper y Abbey Road, como lo demuestra la suite de temas que da título a la placa. El álbum marcó, también, el final de la ojeriza que la crítica le tenía McCartney, y se convirtió en el primero de sus discos en solitario en recibir el elogio unánime de la prensa especializada e incluso de sus ex compañeros de banda.

Con la confianza renovada y el entusiasmo a tope, McCartney ingresó a los estudios Abbey Road para grabar un documental donde tocaría una selección de sus mejores temas al lado de Wings. One Hand Clapping es la banda sonora de ese documental. El álbum, recién editado hace dos semanas –casi cincuenta años después de ser grabado–, no sólo nos muestra a McCartney con la creatividad renovada, sino que la selección de canciones hecha por el ex beatle –una selección de temas pensada muy probablemente en una próxima gira– muestra la lista de canciones que integran hasta el día de hoy el programa de sus giras. En ese sentido, One Hand Clapping es el disco con el que nace el Paul McCartney que conocemos hoy en día: uno que reconoce los mejores aportes de su catálogo al lado de los Beatles (“Lady Madonna”, “Let it Be”, “The Long and Winding Road”), su pico creativo con Band on the Run (“Jet”, “Nineteen and Eigthy-Four”, “Band on the Run”) y una selección siempre renovable de sus discos como solista. Sobre esa lista, McCartney irá añadiendo y quitando canciones, pero en ella encontrará siempre la solidez para convertirse y renovarse como una de las mayores estrellas de rock de nuestro tiempo.

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