La iniciativa se centra en uno de los productos más representativos de la identidad nacional: el café.
La iniciativa se centra en uno de los productos más representativos de la identidad nacional: el café.

El Perú ha sido incorporado a las rutas del programa europeo Erasmus+, un esquema de intercambio académico y cultural respaldado por la Unión Europea. Gracias a la designación del restaurante peruano Valentini Caffè Pizza, con sede en Italia, jóvenes estudiantes italianos tendrán la posibilidad de realizar pasantías en distintas regiones del país para conocer de manera vivencial la riqueza gastronómica y cultural que lo caracteriza.

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La iniciativa se centra en uno de los productos más representativos de la identidad nacional: el café. Los estudiantes recorrerán las zonas de cultivo en Chanchamayo, experimentarán el proceso de producción en altura y analizarán los desafíos que enfrentan los pequeños agricultores frente al cambio climático y la competencia internacional. Posteriormente, verán cómo este grano se transforma en un producto de exportación que no solo mueve la economía peruana, sino que también se convierte en un símbolo de diplomacia cultural.

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Francisco Sanz

Gastronomía como diplomacia y comercio

El impacto de este programa va más allá de lo cultural. En 2024, el Perú exportó más de 3,9 millones de sacos de café de 60 kilos, generando ingresos por encima de los US$ 1.084 millones, lo que significó un crecimiento del 31 % respecto al año anterior, según datos de Stonex. Europa representa un mercado clave: solo en 2023, las exportaciones hacia este bloque superaron los US$ 34 millones, de acuerdo con Trading Economics.

Para los especialistas en comercio internacional, la incorporación del Perú en Erasmus+ abre la puerta a un doble beneficio. Por un lado, posiciona al país como destino académico y cultural; por otro, refuerza la imagen de sus productos en mercados europeos cada vez más atentos al origen, la sostenibilidad y la trazabilidad de lo que consumen.

El turismo gastronómico es otro de los pilares que respaldan esta estrategia. Un estudio de Sherlock Communications señala que, en 2023, más de 175.000 turistas extranjeros viajaron al Perú motivados por su cocina, con un gasto promedio de US$ 1.237 por visitante. Con la llegada de estudiantes europeos, el impacto se multiplica, ya que ellos mismos se convierten en embajadores culturales al difundir sus experiencias en redes, universidades y foros internacionales.

Un puente entre Italia y Perú

La designación de Valentini Caffè como representante de Erasmus+ en el Perú se consolidó tras un encuentro en la escuela Einstein Nebbia di Loreto, en Ancona, Italia, donde se presentó su trayectoria de más de 15 años vinculando gastronomía, agricultura e innovación. Su reconocimiento en el concurso televisivo Little Big Italy y su modelo de franquicias basadas en identidad cultural lo convirtieron en socio estratégico del programa.

En la primera etapa de la iniciativa, directivos y responsables del proyecto visitaron el Perú. En Chanchamayo conocieron de primera mano el trabajo de los caficultores, mientras que en Cusco se sumergieron en la historia ancestral vinculada a la cocina andina. El itinerario culminó en Lima, con reuniones en la Embajada de Italia y el Instituto Italiano de Cultura, donde se formalizó el acuerdo de cooperación.

Para Mildred Cuyubamba, directora de Valentini, el proyecto tiene un alcance que trasciende lo empresarial: “Más que un intercambio académico, se trata de abrir un puente de hermandad entre Italia y Perú, mostrando lo mejor de nuestra cultura gastronómica al mundo. Queremos que los jóvenes vean y prueben el café peruano desde la finca hasta la taza, y que comprendan la historia y las personas detrás de cada sabor”, señaló.

Impacto a futuro

La llegada de estudiantes italianos al Perú permitirá fortalecer no solo la formación de nuevas generaciones en el campo gastronómico, sino también la relación bilateral entre ambos países. Desde ferias internacionales hasta proyectos de innovación culinaria y nuevas franquicias, la expectativa es que la experiencia se traduzca en iniciativas sostenibles y duraderas.

De acuerdo con expertos en relaciones internacionales, programas como Erasmus+ evidencian cómo la cocina puede convertirse en un instrumento de diplomacia. No se trata únicamente de aprender recetas, sino de comprender cómo los alimentos conectan historias, territorios y economías. En un mundo donde la identidad cultural es cada vez más valorada, iniciativas de este tipo fortalecen la imagen del Perú como potencia gastronómica y destino de intercambio global.

Con su incorporación al Erasmus+, el Perú no solo se suma a una red internacional de formación académica, sino que también proyecta su cocina como un activo estratégico en el escenario mundial.

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