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Kim Jong-un le acaba de soltar una flor a Donald Trump, y que llega dos semanas después de su reunión con el presidente chino Xi Jinping y el ruso Vladimir Putin. El líder de Corea del Norte aseguró que está dispuesto a conversar con Estados Unidos, pero con una condición: si Washington “abandona su vana obsesión por la desnuclearización”.
Este nuevo giro lo informó durante su alocución del domingo 21 ante la Asamblea Suprema del Pueblo, en la que también defendió que se incluya en la Constitución la posesión de armas nucleares.
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Este sería el primer acercamiento entre Pyongyang y Washington en este segundo mandato de Trump. Recordemos que durante la primera administración del líder republicano ambos personajes ya se vieron las caras.
El presidente estadounidense y el dictador norcoreano se encontraron hasta en tres ocasiones, entre los años 2018 y 2019. La cita más recordada se dio en la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur, países que continúan técnicamente en guerra desde hace unos setenta años.

Pero aquello ocurrió hace seis o siete años. Hoy la situación es diferente.
Jorge Chávez Mazuelos comenta que si bien Corea del Norte sigue bajo severas sanciones económicas, estas no se vienen cumpliendo.
“Las circunstancias han cambiado. Corea del Norte tiene menor presión gracias a la cooperación con Rusia: el dinero que recibe por los soldados o por el armamento; por el apoyo que recibe de China para abastecerse de energía y otros bienes esenciales. Así que la situación de Corea del Norte es de menos presión a nivel económico. Creo que el entorno actual le da una posición de mayor fuerza que antes”, indica el profesor de la Academia Diplomática del Perú en diálogo con El Comercio.
Y es que el gobierno de Kim Jong-un ha buscado dar legalidad a su programa nuclear integrándolo a su Constitución, pasando por alto al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), del cual se retiró en 1994.
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Pero ambos líderes han venido dando señales de querer reunirse. Hace un mes el jefe de Estado de EE.UU. mostró su interés por encontrarse con el autócrata norcoreano. “Espero reunirme con Kim Jong-un en el futuro oportuno”, dijo durante la visita a Washington de su homólogo surcoreano Lee Jae Myung.
El asunto pareció quedar paralizado, pero esta vez Kim Jong-un dijo conservar “gratos recuerdos del actual presidente estadounidense”.
El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, se mostró a favor de la "diplomacia presidencial" y de una hipotética reunión entre Donald Trump y Kim Jong-un. "Yo creo que en ciertos conflictos, tomar el toro por las astas y que los líderes se sienten a hablar va a ser siempre positivo", afirmó. La OIEA ha calificado el arsenal nuclear norcoreano como "ilegítimo" y "preocupante".

¿Qué ganaría Corea del Norte?
Si bien el OIEA no reconocería el derecho de Pyongyang a tener armas nucleares, señala Chávez Mazuelos que “hay un reconocimiento incluso tácito de su condición de potencia nuclear”, y que se daría con un acuerdo o reunión con Estados Unidos.
“Si es que las negociaciones o conversaciones con Estados Unidos, y con las otras partes, no se limitan a la desnuclearización, eso ya sería una victoria para el régimen de Kim Jong-un que le permitiría explotar esto de cara a su público interno”, añade.
Choque de fuerzas
Kim Jong-un también destacó el desarrollo militar de su nación y que ha logrado “reforzar las capacidades defensivas de la nación”.
En ese sentido, aseguró que cuentan con “armas secretas”.
“Corea del Norte ya tiene decenas de cabezas nucleares y, probablemente, también varios misiles para transportarlas, por lo menos a un alcance de centenares de kilómetros que pueden alcanzar Japón y Corea del Sur. Digamos que ya nadie podría atacar a Corea del Norte sin exponerse a una represalia totalmente devastadora”, refiere a este Diario el analista internacional Roberto Heimovits. Además, contaría con submarinos para el transporte de misiles.


Entonces, ¿qué puede ofrecer Corea del Norte a Estados Unidos en el diálogo?
Según Heimovits, por un lado Pyongyang estaría “dispuesto a ofrecer a Estados Unidos que ya no va a seguir avanzando, que ya no va a construir más armas nucleares y va a detener probablemente la fabricación de proyectiles que puedan ser lanzados desde submarinos, que es el arma más peligrosa en un arsenal nuclear”.
Aun así, el problema es que ya antes Corea del Norte ha realizado el mismo tipo de ofertas y no las ha cumplido.
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Las consecuencias directas recaen en Corea del Sur, con el que se mantiene una guerra desde hace 70 años. Se trata de una relación muy tensa en esta zona de Asia, en la que también se incluye a Japón. Por eso, hace una semana se dio inicio a la operación Freedom Edge, que consistió en maniobras conjuntas aéreas y navales frente a una isla surcoreana. El ejercicio entre Washington, Tokio y Seúl buscó fortalecer las capacidades operativas en mar, aire y el ciberespacio.
Varios actores en el juego
Corea del Norte está empeñado en mostrar que sigue siendo un actor importante en el escenario mundial.
Hace un mes Kim Jong-un participó del desfile por el final de la Segunda Guerra Mundial en Beijing, China. Fue invitado por el presidente chino Xi Jinping, y estuvo al lado del ruso Vladimir Putin, remarcando la fuerte relación entre estos países. Hoy le pone condiciones a Estados Unidos.
Por el lado de Corea del Norte, indica Chávez Mazuelos, “esto lo posicionaría como un actor con capacidad de interlocución con las principales potencias del mundo y que se reconoce su condición de potencia nuclear”.

La situación de Corea del Sur también parece haber cambiado. Aunque Kim Jong-un ha reiterado que “no hay razón para reunirse con Corea del Sur”, desde hace un mes el presidente surcoreano Lee Jae Myung ha tratado de allanar el camino a un acercamiento con su vecino del norte. “Las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur son de vital importancia para proteger los intereses nacionales y expandir el espacio diplomático”, dijo a su gabinete.
“Lee Jae Myung es liberal. Tiene una tendencia más conciliadora de cara al norte. Los acercamientos a Corea del Norte han sido principalmente durante gobiernos de presidentes liberales”, resalta Chávez Mazuelos.
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Lo que resulta difícil de entender es lo que pueda conseguir Estados Unidos si atiende las condiciones de Corea del Norte.
“Yo veo muy difícil que Corea del Norte abandone el campo chino para pasarse al de Estados Unidos. Corea del Norte ahora mismo está obteniendo cosas de China y está obteniendo más todavía de Rusia a cambio de enviar tropas a Ucrania. Le gustaría ciertamente firmar algún acuerdo con Estados Unidos, pero no creo que Washington tenga algo que ganar haciendo una alianza con Pyongyang", finaliza Heimovits.










