
Acusaciones de “machismo tóxico”, alusiones a Sigmund Freud y burlas sobre torsos desnudos. La ya tensa relación entre el Reino Unido y Rusia aumentó un escalón luego de que el primer ministro británico, Boris Johnson, recurriera a ataques personales para criticar al mandatario ruso, Vladimir Putin, por haber lanzado una guerra en Ucrania.
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“Si Putin fuera una mujer, lo que obviamente no es, no creo realmente que se hubiera lanzado en esta guerra loca de macho, de invasión y violencia de la manera que lo hizo”, declaró Johnson la noche del martes 28 a la cadena de televisión alemana ZDF.
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Con esas declaraciones, el primer ministro británico defendía que es necesario que haya más mujeres en posiciones de poder. El inicio de este conflicto bélico es “un ejemplo perfecto de toxicidad masculina”, agregó.
Ben Wallace, ministro británico de Defensa, se sumó a Johnson al declarar a la emisora LBC Radio que “la visión que el presidente Putin tiene de sí mismo y del mundo es un síndrome de hombrecito, una visión machista”.
La respuesta de Moscú no tardó en llegar con una alusión a Boris Johnson. “¡El viejo (Sigmund) Freud soñaba en vida con estudiar a un paciente como este!”, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a la agencia oficial RIA Nóvosti.
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Durante una rueda de prensa, Putin sugirió que sus homólogos necesitan dejar de beber alcohol y hacer más deporte y afirmó que Margaret Thatcher “decidió iniciar hostilidades” en la Guerra de las Falklands/Malvinas, en alusión a que la exprimera ministra británica era mujer.
Pero la reacción más contundente llegó el jueves 30, cuando el Ministerio de Exteriores ruso convocó a la embajadora del Reino Unido en Rusia, Deborah Bronnert, para trasladarle la enérgica protesta por las declaraciones “groseras” de Johnson y otras autoridades “sobre Rusia, su líder y los representantes oficiales de las autoridades, así como del pueblo ruso”.
Las palabras de Johnson y Wallace resultaron particularmente provocadoras tras las burlas contra Putin registradas en la reciente cumbre del G7 en Alemania. El domingo 26, el propio primer ministro británico preguntó con sorna a los demás líderes si debían quitarse los sacos para demostrar a Putin que “somos más duros que él”.
Entre risas de todos, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, le responde que “montar a caballo con el torso desnudo es la manera de hacerlo”, en referencia a las famosas fotos de Putin tomadas en el 2009 que lo muestran con el pecho descubierto.
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Tensión al alza
No es un secreto que la invasión rusa a Ucrania ha provocado que Occidente arremeta contra Moscú con medidas que incluyen duros cuestionamientos y acusaciones y fuertes sanciones económicas.
Esta semana, los 30 líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) plasmaron en su nuevo Concepto Estratégico, el documento que define el rol de la alianza en la próxima década, que “Rusia es la amenaza más importante y directa para su seguridad”.
De ahí que las burlas de Johnson sobre la imagen de hombre fuerte de Putin no tengan mayor utilidad que elevar aún más la tensión.
“Esto va a incrementar más las tensiones porque se trata de una burla, una mofa innecesaria en un periodo de gran tensión. La OTAN ya tiene una relación pésima con Rusia porque la Alianza vende y dona armas a Ucrania en esta guerra. La actitud de Johnson es desatinada”, dice a El Comercio el analista internacional italiano Francesco Tucci.
Enfatiza que lo que ha dicho Johnson sobre Putin no aporta nada a nivel internacional ni a las negociaciones. “No aporta nada a la crisis, simplemente tenemos una escalada de tensión porque Rusia se molesta más”, agrega.
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Para Brenda Estefan, analista mexicana y experta en política internacional, no es sorprendente que Rusia mostrara su inconformidad y afirmara que ese tipo de comentarios ofendían no solo al jefe de Estado ruso, sino también al pueblo ruso.
A pesar de que Moscú pidió que se ofreciera una disculpa de parte del Reino Unido pasó todo lo contrario, lo que el Kremlin hizo fue reforzar esos comentarios a través del ministro de Defensa británico.
Sin embargo, la experta no cree que este incidente escale la tensión a un nivel mayor del que ya se vive. “Hay una fuerte tirantez entre Occidente y Rusia. Moscú es visto como un enemigo acérrimo y así es tipificado incluso en el nuevo Objetivo Estratégico de la OTAN”, agrega.
Egos y juegos de poder
Los expertos coinciden en que a diferencia del primer ministro italiano, Mario Draghi, o el canciller alemán, Olaf Scholz, quienes han tenido una postura más dialogante con Moscú, Boris Johnson desde antes del inicio de la guerra tuvo una posición más dura en contra de Rusia.
Estefan recuerda que el Reino Unido siempre dijo que iba a haber una invasión a Ucrania, algo de lo que dudaron hasta el último minuto París o Roma, y que Johnson no ha flaqueado en su postura ante Moscú.
“Sin duda la alusión personal no le cayó nada bien a Putin y el mismo Johnson sabía que hacer una broma de esa naturaleza iba a caer mal en Moscú, pero él ha estado dispuesto a eso. Hay que recordar que Johnson fue el primer líder internacional en visitar Kiev antes de que fuera ningún otro líder occidental. Él realizó la primera visita sorpresa al presidente ucraniano. Él ha estado dispuesto a mostrarse firme”, señala.
Apunta que en la cumbre del G7, Downing Street reportó que Johnson le había dicho al presidente francés, Emmanuel Macron, que no se equivocara, que no era momento de negociar con Rusia y que una negociación solamente iba a afectar la estabilidad global. “Johnson está manteniendo una postura muy dura que ha decidido llevar al escenario personal, hay un tema de egos de los líderes de Rusia y el Reino Unido”, acota.
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Tucci se pronuncia en la misma línea y enfatiza que la relación entre Johnson y Putin en los últimos tiempos ha sido negativa. “Johnson ha sido uno de los más duros contra Putin y se ha alineado con Estados Unidos rápidamente, a diferencia de Alemania, que titubeó un poco y tuvo una postura más suave, sobre todo al inicio del conflicto en Ucrania. Hay muchos juegos de poder entre los países de la OTAN. Johnson se alineó desde el comienzo”, afirma.
Por otro lado, recuerda que recurrir a alusiones personales y calificativos es una práctica que ya se había visto antes, principalmente con el expresidente de Estados Unidos Donald Trump que llamó al líder norcoreano Kim Jong-un pequeño hombre cohete.
“Hay mandatarios o primeros ministros que pasan a los calificativos personales, lo que es sumamente cuestionable porque no favorece el diálogo. En la diplomacia no se puede llegar a ese nivel porque tarde o temprano hay que negociar. Creo que las declaraciones de Johnson son desatinadas y no aportan nada. No por nada se le ha llamado el Donald Trump del Reino Unido en referencia a las declaraciones que hace”, apunta.
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