El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó un ataque coordinado y sin precedentes desde la Franja de Gaza contra Israel, provocando más de 1.200 muertes, cerca de 5.550 heridos y el secuestro de unas 250 personas. Ayer se confirmó la muerte de Yahya Sinwar, jefe de ese grupo palestino y quien es considerado el principal artífice de dicho ataque, en un operativo militar israelí.
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El gabinete de seguridad de Israel recibió la confirmación oficial de que Sinwar, el máximo cabecilla de Hamás, murió en combate con tropas israelíes en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza, durante un patrullaje de rutina el miércoles por la tarde. Fuentes militares israelíes señalaron que no se encontraron rehenes en el lugar donde fue abatido.
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Durante mucho tiempo se especuló con la posibilidad de que Sinwar usara a los israelíes secuestrados como escudos humanos, lo que aumentaba la complejidad de los operativos militares en su búsqueda.
La confirmación de su identidad llegó a través de análisis de ADN, cotejados con muestras tomadas durante su tiempo en prisión en Israel, donde estuvo encarcelado desde 1989 hasta su liberación en 2011 como parte de un intercambio de prisioneros por el soldado israelí Gilad Shalit.
Nacido en el campo de refugiados de Jan Yunis, en el sur de Gaza, Yahya Sinwar fue elegido jefe de Hamás en 2017, y su reputación como un implacable opositor a Israel consolidó su poder. El 6 de agosto de 2023, tras el asesinato de Ismail Haniyeh en Teherán, Sinwar fue nombrado máximo cabecilla de Hamás, reafirmando su rol decisivo en el conflicto.
Sinwar pasó un año oculto entre la población civil de Gaza, tanto en la superficie como en los túneles subterráneos de Hamás, según señaló un comunicado oficial. A pesar de la extensa búsqueda, la intensa actividad militar en la región limitó su capacidad de movimiento, lo que permitió finalmente rodear y neutralizar al objetivo.
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, declaró con tono triunfal que “Hamás ya no gobernará Gaza”, aludiendo al principio del fin para la organización en el territorio.
Netanyahu subrayó que, a pesar de los avances, el conflicto en Gaza –que acumula más de 42.000 palestinos muertos– aún está lejos de terminar, advirtiendo sobre los desafíos que persisten. Además, envió un mensaje dirigido especialmente a Líbano, donde las tropas israelíes llevan adelante una ofensiva terrestre desde el 1 de octubre.
Nuevo jefe
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que tras la muerte de Yahya Sinwar, existe una “oportunidad” para un acuerdo que ponga fin a la guerra y un camino para planear un futuro para la Franja de Gaza sin Hamás en el poder. Por su parte, la actual vicepresidenta y candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, declaró que “el mundo es un lugar mejor” tras la muerte del cabecilla de Hamás.
Pero ¿qué camino seguirá la guerra ahora? “Todo depende de quién asuma el liderazgo tras Sinwar”, dijo a El Comercio, Roberto Heimovits, especialista en relaciones internacionales.
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De acuerdo con Heimovits, podría surgir un líder moderado que busque detener la guerra a cambio de la liberación de los rehenes israelíes, o bien otro jefe tan extremista como Sinwar. La sucesión puede ocurrir de dos maneras: mediante la elección del Consejo de Shura de Hamás, compuesto por 50 personas, o por un líder que se imponga por la fuerza.
Para el especialista, Sinwar estaba complacido con el rumbo actual del conflicto, especialmente con la implicación de Hezbolá y la posibilidad de que Irán se sume directamente a la guerra. Este contexto hace más difícil prever si su muerte abriría alguna puerta a negociaciones.
“Hasta que no se sepa cómo evoluciona la situación entre Israel e Irán, es difícil prever un cambio radical. Hamás espera que la situación con Irán desencadene un conflicto mayor con Israel y, mientras no haya claridad sobre eso, es poco probable que tomen decisiones sobre negociar o intensificar la guerra”, expresó.
Recuperación estratégica y tregua
Por otra parte, Román Ortiz, analista español experto en seguridad internacional, explicó a este Diario que, aunque es difícil predecir con certeza lo que pasará, “existen algunos factores que podrían favorecer una negociación en Gaza”.
“La muerte de Sinwar podría permitir la llegada de un liderazgo más dispuesto a negociar, especialmente ante la devastación en Gaza. Por otro lado, Israel podría estar interesado en disminuir la intensidad de las operaciones en Gaza para concentrarse en otros frentes, como Hezbolá, en Líbano, o Irán. Además, Israel tiene un gran incentivo en recuperar a los rehenes que mantiene Hamás, lo que podría facilitar un alto al fuego temporal. Sin embargo, existen dos obstáculos importantes: no está claro quién liderará Hamás ni cuál será su tendencia y el gobierno de Netanyahu depende de políticos ultranacionalistas que se oponen a una tregua”.
Según Ortiz, la capacidad militar de Hamás ha sido seriamente destruida. Y aunque el grupo sigue existiendo y conserva combatientes, la infraestructura que le tomó años construir ha sido arrasada. Muchos críticos subestiman el impacto de las operaciones israelíes, pero Hamás ha retrocedido militarmente al menos una década. A esto hay que sumarle que la organización es profundamente odiada por parte de la población palestina.
“Recientemente, documentos capturados por Israel revelaron que Sinwar sabía que el ataque del 7 de octubre provocaría una respuesta militar devastadora en Gaza, pero lo consideró un precio aceptable para sus objetivos. Su liderazgo ha sido implacable no solo contra Israel, sino también en su disposición a sacrificar a su propio pueblo”, señaló
Pese a lo complejo de hacer alguna afirmación a futuro, el internacionalista considera que esta coyuntura ofrece la mayor posibilidad de un cese al fuego. “En parte porque la muerte de Sinwar ha restaurado la capacidad de disuasión de Israel. El ataque del 7 de octubre fue una catástrofe humanitaria, pero en términos estrictamente estratégicos fue por encima de todo una ruptura de su credibilidad militar, que desafió su imagen como potencia defensiva. Sin embargo, la respuesta militar de Israel ha debilitado significativamente a Hamás y Hezbolá, eliminando a los responsables de la masacre del 7 de octubre. Esta recuperación estratégica podría abrir espacio para una tregua temporal, especialmente si Israel logra recuperar un número considerable de rehenes”.
“Y la administración de Biden está intentando aprovechar esta ventana de oportunidad para impulsar una tregua en Gaza”, acotó.