Seis de cada diez israelíes temen por el futuro de Israel como Estado democrático ante la formación del que se prevé que sea el Gobierno más derechista de la historia del país, después de que Benjamin Netanyahu cerrara pactos con la ultraderecha y solo tenga pendiente los acuerdos con los partidos ultraortodoxos.
El 61 % de ciudadanos israelíes está preocupado por la continuidad del sistema democrático del país, frente a otro 35 % que no lo está, según un sondeo difundido anoche por el Canal 12 de noticias.
El 41 % de encuestados que apoyó en los comicios del 1 de noviembre a los partidos del bloque derechista y religioso de Netanyahu -que obtuvo 64 escaños en un Parlamento de 120- cree también que la base democrática del país está en cuestión, igual que el 82 % de personas que votaron por formaciones del bloque anti-Netanyahu.
Itamar Ben-Gvir, líder del partido supremacista judío y antiárabe Otzma Yehudit (Poder Judío) tendrá la cartera de Seguridad Pública y las fuerzas policiales pasarán a su control. Entre otras cuestiones, este ultraderechista aboga por actuar más duramente en choques con palestinos, es favorable a deportar a árabes “desleales” a Israel y aboga por una más contundente colonización de territorio palestino.
El número uno del partido Sionismo Religioso, Bezalel Smotrich, tiene una agenda política similar. Hace pocos días cerró un pacto con Netanyahu, que aceptó entregarle el Ministerio de Finanzas -que tendrá de manera rotativa hasta mediados de legislatura- y amplios poderes ministeriales dentro del Ministerio de Defensa.
Este último organismo es el encargado de gestionar asuntos civiles para la población palestina en Cisjordania ocupada. Smotrich tendrá poder dentro de esta delicada cartera en ámbitos como la gestión o construcción de asentamientos, así como sobre construcción o demolición de viviendas palestinas.
A estas alturas a Netanyahu le queda pendiente firmar acuerdos con los dos partidos ultraortodoxos de su bloque, Shas y Judaísmo Unido de la Torá. Tiene margen hasta el 11 de diciembre, cuando expira su mandato para crear ejecutivo que le dio el presidente israelí, aunque este podría extenderlo por 14 días más.
Ante un gobierno que tendrá muchos componentes ultraconservadores y religiosos, el alcalde de la ciudad liberal de Tel Aviv, Ron Huldai, alertó ayer de que “Israel se está transformando de una democracia a una teocracia”.
“En todos los Estados fascistas, los líderes fueron elegidos por el pueblo”, advirtió Huldai, que insistió en que “no se puede permitir que la mayoría imponga sus puntos de vista a la minoría”.
Con todo, ante las críticas por parte de sus opositores, Benjamín Netanyahu remarcó ayer que gobernará “de acuerdo con principios nacionales y democráticos”.
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