Una semana de decisiones polémicas como pocas en la historia de la Corte Suprema de Estados Unidos.
Como cada junio, previo a su receso del verano, el máximo tribunal constitucional del país da a conocer las opiniones de los casos más importantes que analizó a lo largo del año: sentencias con amplias implicaciones políticas, sociales y económicas que pueden impactar la vida de millones de personas.
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Este mes no ha sido la excepción y en los tres últimos días la Corte Suprema dio su veredicto sobre tres de los casos que generaron mayores expectativas, tensiones y debates.
Este viernes, como había sugerido la filtración de una opinión previa en mayo pasado, la Corte decidió dejar reconocer el aborto como un derecho constitucional.
Un día antes, en un país que vive una oleada de tiroteos masivos, resolvió limitar las restricciones que los estados pueden imponer a sus habitantes para portar armas de fuego en público.
Y el martes, en una sociedad que se ha vanagloriado desde su fundación de su laicidad, la Corte decidió acortar la separación entre la Iglesia y el Estado al permitir que fondos públicos sean utilizados para mantener escuelas religiosas.
Son decisiones que, individualmente y en conjunto, han provocado numerosos cuestionamientos entre académicos, historiadores y estudiosos de la Corte Suprema, quienes han señalado que estas posturas muestran un giro hacia un "conservadurismo extremo" y una "politización" de una de las instituciones más respetadas por años en Estados Unidos.
"Es un camino extremo y peligroso al que nos está llevando ahora la Corte", dijo el viernes el presidente Joe Biden.
"Con esta decisión (la del aborto), una mayoría conservadora de la Corte Suprema muestra cuán extrema es. Qué lejos están de la mayoría de este país", agregó.
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Una corte “más política”
Los veredictos de esta semana han puesto otra vez el acento en la independencia de la Corte y en su cercanía a ciertas posturas políticas.
"La percepción no es la de un tribunal que es mitad político, mitad legal, sino todo político", dijo a la BBC Keith Bybee, vicedecano de la facultad de derecho de la Universidad de Syracuse.
Un estudio de más de una década publicado a inicios de este mes en PNAS, la prestigiosa revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, indicó que la Corte desde hace dos años "se ha vuelto mucho más conservadora que el público estadounidense".
"La brecha entre la Corte y el público ha crecido desde 2020, con la Corte pasando de estar bastante cerca del estadounidense promedio a una posición que es más conservadora que la mayoría de los estadounidenses", indica el estudio.
El año, de acuerdo con la publicación, no es aleatorio: fue cuando la composición del Supremo cambió radicalmente bajo el mandato de Donald Trump.
El entonces presidente tuvo la extraordinaria ocasión de nominar a tres jueces durante su gobierno, lo que transformó radicalmente el equilibrio entre conservadores y liberales que hasta entonces tenía.
Trump se aseguró de nominar jueces con visiones conservadoras y religiosas, la mayor parte de ellos provenientes de la Sociedad Federalista, una organización que aboga por una lectura textual de la Constitución.
Así, se solidificó una "supermayoría" de 6 jueces conservadores contra 3 de posturas más liberales.
Un estudio de la Universidad de Chicago mostró que las decisiones de la Corte desde entonces se volvieron también más propicias a favorecer conceptos y temas religiosos sobre lo que antes se consideraban libertades individuales.
Si bien Trump reconfiguró la Corte, expertos legales señalan que el paso hacia el conservadurismo del tribunal ha sido un proceso que se ha consolidado a lo largo de los años: de los 18 jueces confirmados desde 1969 hasta la fecha, 14 han sido nominados por presidentes republicanos y solo cuatro por demócratas.
Sin embargo, expertos legales señalan que los jueces conservadores de hoy no se parecen a los de décadas anteriores: de hecho, fueron cinco jueces republicanos quienes se unieron a dos demócratas para legalizar el aborto en 1973 Roe v Wade, el precedente que reconocía el aborto como un derecho constitucional.
Según el estudio del PNAS, la Corte "ahora es más similar al Partido Republicano en su posición ideológica sobre temas clave".
Y si bien durante 2021 el tribunal no tomó decisiones muy polémicas, los numerosos casos por los que falló esta semana han llamado la atención de una aparente rapidez para cambiar algunas leyes que ya formaban parte de la sociedad estadounidense.
"Lo más sorprendente de estos fallos es la rapidez con que los conservadores de la Corte se están moviendo para promulgar cambios masivos y controvertidos", aseguró en el portal de la Universidad de Harvard la profesora de derecho constitucional Maya Sen.
En BBC Mundo te contamos en qué han consistido las tres polémicas decisiones anunciadas esta semana.
1- Roe v. Wade
La decisión de este viernes de la Corte Suprema dejó sin efecto una tradición de casi 50 años en la que el aborto era considerado como un derecho constitucional en Estados Unidos.
La mayoría conservadora concluyó que "la facultad de regular el aborto" debe ser devuelta "al pueblo y a sus representantes electos", según el texto redactado por el juez Samuel Alito.
El origen de la sentencia se remonta a un caso específico, el de Dobbs contra la Organización de Salud Femenina Jackson, en el que se impugnaba una ley de Mississippi que prohíbe el aborto después de las 15 semanas, incluso en casos de violación.
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Lynn Fitch, la fiscal general de Misisipi, pidió a la Corte Suprema inicialmente que mantuviera la ley de su estado, pero luego dio un paso más y pidió que se eliminara la histórica decisión Roe vs. Wade de 1973.
De los jueces que votaron a favor de derogar el derecho al aborto, tres habían sido designados por Trump y el resto por otros presidentes republicanos.
Los tres magistrados progresistas que se posicionaron en contra alegaron que "la Corte cambia de rumbo hoy por una razón y solo una: porque la composición de este tribunal ha cambiado".
Aseguraron sentir "tristeza por esta Corte, pero más por los millones de mujeres estadounidenses que hoy han perdido una protección constitucional fundamental".
2- Mayor acceso a las armas
El alto tribunal anuló este jueves, con 6 votos a favor y 3 en contra, una ley de más de 100 años que restringía la tenencia de armas en la vía pública en el estado de Nueva York.
Portar un arma de fuego allí en público requería hasta ahora una licencia especial y para obtenerla era necesario demostrar una causa justificada (similar a lo que ocurre en otros estados, como California, Hawái, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey y Rhode Island).
En representación de la mayoría que respaldó el fallo en la Corte Suprema, el juez Clarence Thomas argumentó que la Constitución protege "el derecho de un individuo a portar un arma de fuego para su defensa propia fuera del hogar".
Así, consideró que exigir a los ciudadanos que demuestren una causa justificada para ejercerlo en Nueva York viola la Segunda Enmienda de la Carta Magna.
Esta enmienda, redactada en 1791 y cuya interpretación es hoy objeto de debate, recoge "el derecho del pueblo a poseer y portar armas", aunque dice que lo hace para que integren una "milicia bien regulada".
Se espera que el fallo de la Corte Suprema pueda ser usado para anular otras legislaciones restrictivas a la posesión de armas en todo el país, lo que afectaría a una cuarta parte de los aproximadamente 330 millones de estadounidenses.
En Estados Unidos hay más de 390 millones de armas registradas a nombre de civiles.
Solo en 2020 más de 45.000 estadounidenses murieron por lesiones relacionadas con armas de fuego, incluyendo homicidios y suicidios.
3 - Dinero para las escuelas religiosas
La Corte Suprema anuló el martes un programa de matrícula del gobierno de Maine que no permitía que los fondos públicos se destinaran a escuelas religiosas.
La votación, otra vez, fue de 6 a 3 y la opinión de la mayoría alegó que el estado discriminaba a las escuelas religiosas por su enseñanza de la fe.
"El requisito 'no sectario' de Maine para sus pagos de asistencia de matrícula viola la cláusula de libre ejercicio de la Primera Enmienda (que reconoce la libertad religiosa)", escribió el presidente de la Corte, John Roberts.
En el disenso, la jueza progresista Sonia Sotomayor aseguró que el fallo del martes estaba en línea con otras medidas recientes de la Corte para ampliar la libertad religiosa, al tiempo que acusó a la mayoría conservadora de derrumbar "el muro de separación entre la iglesia y el Estado que los artífices de la Constitución lucharon por construir".
“Como resultado, en solo unos años, la Corte ha cambiado la doctrina constitucional, cambiando de una regla que permite a los estados negarse a financiar organizaciones religiosas a una que requiere que los estados en muchas circunstancias subsidien el adoctrinamiento religioso con dólares de los contribuyentes”, alegó.