Voluntarios del Cuerpo de Reserva Médica, enfermeras y funcionarios del Departamento de Salud del Distrito de Columbia trabajan en un sitio de pruebas de coronavirus COVID-19 en Washington, DC, Estados Unidos. (EFE / EPA / MICHAEL REYNOLDS).
Voluntarios del Cuerpo de Reserva Médica, enfermeras y funcionarios del Departamento de Salud del Distrito de Columbia trabajan en un sitio de pruebas de coronavirus COVID-19 en Washington, DC, Estados Unidos. (EFE / EPA / MICHAEL REYNOLDS).
Redacción EC

Nueva York [EFE]. El número de casos confirmados de se ha disparado de nuevo en hasta alcanzar nuevos máximos, mientras tanto las muertes siguen una trayectoria descendente, algo que podría deberse al tiempo que tardan en manifestarse los decesos, pero también a mejoras en el tratamiento y en la menor edad de los nuevos contagios.

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Pese a registrar un aumento del 80 % en los casos positivos en los últimos 14 días, las muertes han experimentado un descenso de algo más del 20 %, según datos recopilados por The New York Times.

El principal epidemiólogo estadounidense y director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), el doctor Anthony Fauci, afirmó recientemente que “el índice de muertes siempre va con varias semanas de retraso con respecto a las infecciones”.

Pero este martes en audiencia en el Senado Fauci no quiso hacer proyecciones sobre el número de muertes y se limitó a asegurar que la situación puede “empeorar mucho”, con cifras de infecciones que pueden pasar de los 40.000 diarios a 100.000 casos nuevos cada 24 horas, tras el desorden en la reapertura económica de algunos estados y la oposición a llevar máscara.

En la cifra de muertes pueden influir diversos factores, como el hecho de que en los estados que reabrieron con demasiada premura, como en el caso de Florida y Texas, hayan sido los jóvenes y sus salidas a bares y playas los que han disparado el grueso de las infecciones.

El epidemiólogo Anthony Fauci es asesor de la Casa Blanca para la pandemia de coronavirus. (Foto: Al Drago / POOL / AFP).
El epidemiólogo Anthony Fauci es asesor de la Casa Blanca para la pandemia de coronavirus. (Foto: Al Drago / POOL / AFP).
/ AL DRAGO

“Hemos visto una caída de las muertes durante varias semanas, pero esto es algo provisional. Puede reflejar una combinación de una diferente estructura de edades de quién se está infectando”, explica a Efe Lorna Thorpe, directora de la división de epidemiología de la Escuela de Medicina NYU Grossman.

Con ello, los jóvenes, que tienen un índice de mortalidad menor podrían estar enfermando, pero no engrosando la lista de fallecidos, que no obstante ronda ya los 130.000 muertos.

“Sin duda cabe la posibilidad de que esta nueva ola no sea tan mortífera como la primera, pero dependerá de la responsabilidad en el compartamiento de los jóvenes y que la gente sea consciente de que ese sistema de creencias en la libertad de acción absoluta no es compatible con una pandemia (...) Mi preocupación es que este comportamiento absurdo se prolongue al invierno cuando la población se recoge al interior y llegan virus como el de la gripe”, apunta el doctor Mark Cullen, director del Centro de Ciencias de la Salud Pública de Stanford.

California ha registrado un repunte de casos de coronavirus. (Photo by Robyn Beck / AFP).
California ha registrado un repunte de casos de coronavirus. (Photo by Robyn Beck / AFP).
/ ROBYN BECK

Según datos del Centro de Control de Enfermedades (CDC), el porcentaje de test positivos semanales entre los mayores de 65 años ha pasado de ser de casi el 16% a comienzos de la pandemia a solo el 4%, mientras que entre las personas de entre 5 y 17 años ha pasado del 7 al 11%.

De hecho, más del 40% de las muertes por el nuevo coronavirus en Estados Unidos están vinculadas a residencias de ancianos, donde se están tomando medidas para contener una enfermedad que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, aseguró que se extiende entre los ancianos como “fuego en hoja seca”.

“Las políticas de salud pública tienen un importantísimo rol para controlar el número de muertes y las inequidades de salud. Aunque el número de muertes se esté reduciendo hemos visto ya suficiente para no sentirnos complacientes o ser arrogantes. Hay que estar vigilantes”, explica en una entrevista con Efe la profesora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad A&M Texas Melissa DuPont-Reyes.

Otro de los factores al que apuntan los expertos es la posibilidad de que la detección temprana y la mejora de los tratamientos esté reduciendo la mortalidad pese a la ausencia de vacuna e incógnitas que prevalecen en la lucha contra la enfermedad.

La gente toma bebidas en el patio de un restaurante en Ocean Drive, Florida. (Foto por CHANDAN KHANNA / AFP).
La gente toma bebidas en el patio de un restaurante en Ocean Drive, Florida. (Foto por CHANDAN KHANNA / AFP).
/ CHANDAN KHANNA

Pese a todo, en estados como Texas las hospitalizaciones están aumentando a más de 400 diarias, mientras que el gobernador de Arizona, Doug Ducey, anunció el lunes el cierre de bares y gimnasios, en parte, porque las infecciones en la franja de edad entre 20 y 44 años se han disparado.

En opinión de Dupont-Reyes, “la extensión comunitaria entre gente más sana, como en la gente joven, puede haber resultado en un mayor número de recuperados. Pese a recuperrse, hay consecuencias para la salud a largo plazo, como discapacidad, ya que es una enfermedad que no conocemos bien. Hay que investigar más estos factores que influyen en la mortalidad”.

“Puede haber también una recopilación de datos de muertes asociadas a la covid-19 incompleta. El porcentaje de fallecimientos puede cambiar según se van procesando certificados de defunción y al aplicar estándares mejorados en las definiciones”, señala Thorpe.

En ausencia de una vacuna, para Fauci “la reducción de las infecciones y la transmisión es clave” si se quiere evitar un nueva oleada de muertes este otoño o incluso este verano, algo que parece ya casi inevitable.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus . Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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