“Si no sueno como un político clásico de Washington, es porque no soy un político. ¡Si no sigo las reglas del ‘establishment’, es porque fui elegido para luchar por ustedes!”. Los seguidores de Donald Trump lo escuchan, lo aplauden, se entusiasman, lo vitorean. Estas palabras que dijo en Wisconsin a inicios de mes, a pocos días de las elecciones que terminó perdiendo, las pudo haber dicho cuatro años antes, cuando se convirtió en el ‘outsider’ que capturó el Partido Republicano y con el que llegó a la presidencia de Estados Unidos, y que le ha valido una legión fiel de seguidores que cree, sin reparos, todo lo que dice.
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