Este martes el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, sufrió la tercera imputación penal en su contra. Ampliando así un deshonroso récord sin precedentes en la historia política de ese país, pero además, situando al líder del Partido Republicano en una compleja situación pues el último caso armado en su contra lo convertiría en una auténtica amenaza para el sistema democrático.
MIRA: Donald Trump puede participar de las elecciones imputado, incluso si acaba en prisión
El fiscal especial Jack Smith, a cargo de redactar la acusación en contra el exmandatario, acusa a Trump de cuatro delitos, los cuáles son: conspirar para defraudar a EE.UU., con una pena máxima de cinco años de prisión; conspirar para obstruir un procedimiento oficial, con una pena máxima de 20 años; obstruir e intentar obstruir un procedimiento oficial, otros 20 años; y conspirar contra derechos, con 10 años de cárcel.
"Todos los cargos presentados por el fiscal Smith están relacionados con el actuar de Trump durante las elecciones presidenciales del 2020, en las que resultó victorioso el candidato demócrata Joe Biden"
Desde que aparecieron las primeras señales de que los resultados no acompañarían a Trump, el republicano comenzó a construir un discurso el que aseguraba que los comicios habían sido manipulados a favor del demócrata, pese a no presentar ninguna prueba más allá de rumores que habían llegado a sus oídos.
La versión de fraude de Trump continuó pese a que múltiples funcionarios electorales estadounidenses salieron a desmentir los dichos. El 6 de enero del 2021, cuando se debía dar la protocolar ratificación de la victoria de Biden ante el Congreso de Estados Unidos, miles de seguidores de Trump irrumpieron en la sede legislativa en el infame asalto al Capitolio.
El comité especial creado en la Cámara Baja para investigar los detalles referentes a este violento episodio reveló que Trump no solo alentó estos actos de sus seguidores sino que incluso se comunicó con su entonces vicepresidente Mike Pence y le pidió que frenara la ratificación de Biden.
Estas pruebas fueron tomadas por el fiscal Smith para acusar a Trump no solo de cometer los delitos sino además de hacerlo en pleno conocimiento de que se trataban de actos ilegales.
Los cómplices de Trump
En su acusación, además, el fiscal Smith menciona que Trump actuó junto a seis co-conspiradores que habrían buscado “ayudarlo en sus esfuerzos criminales para anular los resultados legítimos de las elecciones presidenciales de 2020 y retener el poder”.
Las identidades de estas seis personas, que no han sido acusadas ni está claro si serán incluidas en el proceso judicial, no se conocen oficialmente. Sin embargo, en base a las descripciones incluidas en la acusación, diversos medios estadounidenses pudieron establecer de quienes se trataría.
El primero de ellos sería Rudy Giuliani, el exalcalde de Nueva York y abogado personal de Trump, quien se habría enfrentado con otros defensores legales de la campaña del republicano debido a que “estaba dispuesto a difundir afirmaciones falsas a sabiendas”.
A Giuliani se le señala de haber presionado principalmente a los funcionarios de los estados de Michigan y Georgia por el supuesto fraude. En ese último estado, precisamente, se viene preparando una nueva acusación contra Trump por aquel caso.
"En ese último estado, precisamente, se viene preparando una nueva acusación contra Trump por aquel caso"
El segundo co-conspirador sería el también abogado y consejero de Trump, John Eastman; quien habría ideado la estrategia para que el vicepresidente Mike Pence utilice su papel durante la ratificación de la victoria, el 6 de enero del 2021, para “obstruir la certificación de los resultados de la elección”.
Otra abogada, esta vez Sidney Powell, sería la tercer co-conspiradora. Famosa por defender irreverentes teorías conspiracionistas, como que el fallecido exdictador venezolano Hugo Chávez junto al empresario George Soros, la fundación Clinton y los gobiernos de Rusia y China buscaban manipular las elecciones estadounidenses, Powell tuvo algunos argumentos sobre el fraude que el propio Trump repitió durante su campaña de desprestigio al sistema electoral.
Según Univisión, Jeffrey Clark sería el cuarto co-conspirador. Se trata de un funcionario de medio nivel del Departamento de Justicia que colaboró con Trump en su intento de “influir” en los gobiernos estatales pese a que “sabía que sus afirmaciones sobre un fraude eran falsas”. De haber tenido éxito, Trump le habría prometido nombrarlo Fiscal General, según la acusación.
En quinto lugar figura Kenneth Chesebro, otro abogado que se habría comunicado con Giuliani sugirieron “un plan para presentar listas fraudulentas de electores presidenciales para obstruir el proceso de certificación”.
Del sexto co-conspirador solo se sabe que es un misterioso consultor político que ayudó a crear electores falsos a favor de Trump y habría tenido algún tipo de intervención especial en Pensilvania.
Donald Trump lo ha llamado trastornado. The New York Times lo ha calificado como intransigente y en MSNBC lo describen como un bulldog muy agresivo.
Lo cierto es que a sus 54 años, el abogado Jack Smith ha grabado su nombre en la historia judicial estadounidense al convertirse en el primer fiscal federal que inculpó penalmente a un expresidente.
Esta historia comenzó en noviembre del 2022. Para ser precisos el 15 de noviembre de ese año, cuando el polémico Trump anunció desde su mansión en Mar-a-Lago, Florida, su intención de postular nuevamente a la nominación republicana y posteriormente a la presidencia de Estados Unidos.
Tres días después, Smith viajaba a Washington. No había dudado ni un minuto al recibir la llamada en la que el fiscal general, Merrick Garland, le encargaba supervisar dos investigaciones que involucraban al exmandatario. Así que dejó su puesto como jurista en La Haya, pese a encabezar un caso contra el expresidente de Kosovo, Hashim Thaci, y emitió un comunicado asegurando que conduciría una investigación sobre Trump de forma independiente y en el que el ritmo no decaería.
En junio de este año llegó su primer resultado, acusando a Trump de 37 cargos por haber puesto en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos al haberse llevado a casa documentos clasificados.
Tan solo dos meses después, la segunda investigación ve la luz, con la denuncia presentada el martes por el intento del millonario de revertir los resultados electorales del 2020.
Al respecto, Smith se ha limitado a decir que espera "un juicio sin demora". El bulldog, sin duda, parece listo para morder.
El plan de Trump: la victimización
Al igual que en los otros dos procesos criminales que se siguen en su contra -el primero abierto en marzo referente al pago de un soborno a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio, y el segundo iniciado en junio tras encontrarse documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida- Trump ha catalogado este nuevo juicio como un intento de sus rivales políticos para frustrar su regreso a la presidencia.
“Esta inculpación sin precedentes contra un expresidente (¡de gran éxito!), y el principal candidato, con diferencia, tanto en el Partido Republicano como en las elecciones generales de 2024, ha revelado al mundo la corrupción, el escándalo y el fracaso que han tenido lugar en Estados Unidos durante los últimos tres años”, afirmó en mayúsculas el millonario en su plataforma Truth Social este miércoles.
Trump tendrá que presentarse la tarde de este jueves ante una jueza en Washington DC para la lectura de los cargos en su contra referentes a este caso y, al igual que en los dos procesos anteriores, se espera que el exmandatario se declare no culpable.
Aunque en principio suene la defensa tradicional que utilizaría cualquier imputado, en el caso de Trump su papel de víctima le ha traído grandes resultados. La más reciente encuesta de intención de voto publicada el lunes por The New York Times revela que el millonario aventaja por 37 puntos a su más cercano perseguidor, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, para conseguir la nominación republicana de cara a las elecciones del 2024.
El analista político Octavio Pescador explicó hace unos días a El Comercio que esto se debe a que los seguidores de Trump le brindan un apoyo más emotivo que racional, convencidos del discurso en el que se les dice que deben proteger a su candidato de un sistema judicial que lo quiere sacar del juego por sus intenciones de cambiar la política tradicional.
1. ¿Cuán sólido es la acusación contra Trump y por qué estos cargos resultan tan graves?
Es difícil conocer cuán sólido es el caso antes de conocer las pruebas. Preliminarmente, sin embargo, podemos intuir que es un caso bastante sólido pero además grave porque implica atentar contra la democracia. En nuestros países llamaríamos a esto un intento de golpe de Estado, porque es un golpe al estado de derecho, al voto de los ciudadanos. Sobre todo en un país como Estados Unidos, donde la transferencia de poder siempre ha sido pacífica incluso en momentos difíciles como en la elección entre Bush y Gore, que terminó con el demócrata dando un paso al costado pese a haber ganado en el voto popular.
2. Pese a ello, sigue siendo el favorito en su partido. ¿Cree que será el candidato republicano?
Trump sigue siendo muy popular en la base republicana, que es una gran cantidad, el 71% según una encuesta reciente. En mi opinión es probable que gane la nominación, pero en las elecciones generales votan demócratas, independientes y moderados que en su momento votaron por Biden no por ser el mejor, el más preparado o su preferido sino porque querían volver a la normalidad.
3. ¿Qué impacto tiene en el votante esta imagen de Trump conspirando contra la democracia?
Para quienes desean vivir en un país seminormal, Trump no es una opción. Biden lo es. Por ahí es aburrido o no es popular, pero es (normal). Y es la opción del Partido Demócrata.
4. ¿Usted cree que envíen a Trump a la cárcel?
Yo creo que en este caso Trump puede terminar muy mal. El tema es que va a apelar y la decisión final, creo yo, no se verá hasta después de las elecciones del 2024.
5. ¿Qué revelaciones podemos esperar de este juicio?
Saldrán muchas cosas que aún no sabemos y se reforzarán otras que sospechamos, como la participación de gente como Rudy Giuliani. Porque si no son citados como testigos pueden ser culpados, así que armarán su propia defensa y se ventilarán muchas cosas a menos que acepten su culpabilidad, algo que dudo. Los hechos, a la corta o a la larga, harán que la mayoría tenga más claridad sobre lo que pasó.
Las otras citaciones judiciales de Trump
La asistencia de este jueves a la corte en Washington DC es apenas uno de los múltiples episodios judiciales que le esperan a Trump a partir de ahora.
- 3 de agosto del 2023. Lectura de cargos en la corte de Washington DC, a cargo de la jueza Tanya S. Chutkan.
- 2 de octubre del 2023. Inicio del juicio civil contra Donald Trump, dos de sus hijos y la Trump Organization por fraude, en Nueva York.
- 15 de enero del 2024. Inicio del segundo juicio por las acusaciones de la columnista E. Jean Carroll, en Manhattan.
- 29 de enero del 2024. Inicio del juicio por una demanda colectiva contra Trump y su compañía por promover un esquema piramidal.
- 25 de marzo del 2024. Inicio del juicio por el presunto soborno a Stormy Daniels a cambio de su silencio, en el que Trump enfrenta 34 cargos.
- 20 de mayo del 2024. Inicio del juicio por manipulación indebida de material clasificado, respecto a los documentos encontrados en la residencia de Mar-a-Lago.
"Si Trump es imputado o incluso es condenado a prisión seguirá facultado para postular a la presidencia porque la Constitución no lo prohíbe"
Esta seguidilla de procesos inician a solo un mes del primer debate entre precandidatos republicanos, se extenderá durante todas las elecciones primarias y el último de la lista se realizará apenas terminadas las votaciones partidarias pero antes de que se produzca la elección del nominado para participar de los comicios presidenciales.
Se sabe, sin embargo, que si Trump es imputado o incluso es condenado a prisión seguirá facultado para postular a la presidencia porque la Constitución no lo prohíbe; sin embargo, un escenario así podría reducir drásticamente sus opciones.
Octavio Pescador explicó a El Comercio que aunque fuese posible sería poco probable, porque lo más seguro es que dicho escenario decantaría el voto de los independientes hacia el Partido Demócrata brindándoles una virtual victoria definitiva.