Renzo Giner Vásquez

Más de 40 horas fueron necesarias para que tres buses recorrieran los cerca de 3 mil kilómetros que separan a los estados de Texas y Nueva York. En su interior, una centena de migrantes que habían cruzado irregularmente la frontera sur del país aguardaban para conocer qué futuro les esperaría en su nuevo destino. Ninguno había pagado su boleto, pues todo fue financiado por el estado de Texas en lo que representa una nueva disputa entre republicanos y demócratas por políticas migratorias.

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