Intempestivamente, el vínculo entre Fox News y una de sus principales estrellas, Tucker Carlson, uno de los conductores más controvertidos del país, faro de la derecha de Estados Unidos y némesis de la izquierda, se rompió. El despido de Carlson, anunciado este lunes por la compañía insignia de Rupert Murdoch, ocurrió unos días después del histórico acuerdo judicial entre Fox News y Dominion por 787,5 millones de dólares, que puso punto final a una demanda contra la cadena por haber difundido falsedades y teorías conspirativas sobre el recuento de votos de la elección presidencial del 2020, una narrativa bautizada como la “Gran Mentira”, que terminó con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
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Estrella del prime time de Fox News, Tucker Carlson fue uno de los conductores de la cadena –aunque no el único– que le dio aire a la teoría de un fraude masivo a favor del presidente, Joe Biden, en la elección presidencial del 2020. Ningún tribunal ni el Departamento de Justicia, durante el gobierno de Donald Trump, hallaron pruebas de tal fraude. El acuerdo judicial, un claro triunfo para Dominion, que lo llamó una reivindicación de la “veracidad periodística” a favor de la democracia, fue el más grande de la historia que se conozca públicamente. Aunque el detalle del acuerdo judicial entre Dominion y Fox permaneció en reserva, la sorpresiva y gélida partida de Carlson llevó rápidamente a pensar en una relación directa entre ambos.
“Fox News Media y Tucker Carlson han acordado separarse. Le agradecemos por su servicio a la cadena como conductor y antes de eso como columnista”, dijo el escueto comunicado de Fox.
Carlson, quien se mantuvo en silencio ante el anuncio, ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse de su audiencia: el comunicado indicó que su último programa fue el pasado viernes, 21 de abril, en el que Carlson no dio ningún indicio de que estuviera a punto de dejar la cadena. Fox tampoco tiene reemplazante para su programa. Fox News Tonight seguirá al aire en el horario de las 8 de la noche, hora del este, con “personalidades de Fox que rotarán hasta que se nombre al nuevo conductor”, indicó la cadena.
Carlson había sido uno de los protagonistas de la disputa legal entre Dominion y Fox por la cobertura de la elección presidencial de 2020. Pero, paradójicamente, Carlson había atacado a Dominion menos que otros conductores, como Lou Dobbs o Maria Bartiromo. Varios mensajes privados de Carlson revelados por la demanda de Dominion mostraron su escepticismo sobre el presunto rol de Dominion en el supuesto fraude. Los mensajes también dejaron a Carlson expuesto con comentarios sobre la gerencia de Fox y Donald Trump.
“Lo odio apasionadamente”, dijo Carlson sobre Trump en un mensaje. “En lo que es bueno es en destruir cosas. Es el campeón mundial indiscutible de eso. Podría destruirnos fácilmente si jugamos mal”, siguió.
La vertiginosa y sorpresiva salida de Carlson de Fox News representa nada menos que un pequeño tsunami para la industria de medios de Estados Unidos de incalculables ondas expansivas para las conversaciones nacionales sobre la actualidad del país. Desde la pantalla de Fox, Carlson se había ganado un lugar en la noche de los norteamericanos, y era un punto de referencia ineludible tanto para la derecha, que seguía sus monólogos con devoción, como para la izquierda, que lo veía como un blanco y una figura tóxica en las discusiones políticas. Para sus críticos, Carlson era un supremacista blanco, racista, nacionalista, xenófobo, un negacionista del problema del cambio climático, una fuente de divisiones y de incitación a la violencia, y, desde la elección presidencial que llevó a Joe Biden a la Casa Blanca, uno de los propagadores de la “Gran Mentira”. Con pasado libertario, Carlson era un punto de referencia ineludible para la derecha norteamericana, un comentarista infaltable a la hora de ofrecer argumentos moldeados para un público eminentemente trumpista sobre fenómenos que marcan los debates del presente de Estados Unidos, como la inmigración, la competencia con China o el avance de la llamada “cultura de la cancelación”.
La salida de Carlson fue festejada por la izquierda casi como una victoria, mientras que la ultraderecha lamentó el divorcio. “¡Donde vaya Tucker Carlson, Estados Unidos lo seguirá!”, tuiteo la congresista ultratrumpista Laura Boebert, quien le agradeció ser “una de la voces más poderosas del movimiento conservador”. La acción de Fox se desplomó luego del anuncio.
Unos minutos después de que se conociera la noticia, Don Lemon, estrella de CNN y una de las figuras en las antípodas ideológicas de Carlson, publicó un mensaje en Twitter en el que reveló que su agente le había informado que había sido despedido, otro terremoto en el mundo de la televisión por cable. Lemon llevaba 17 años en CNN. La cercanía de los anuncios fue pura coincidencia, aunque le dio más envergadura al drama mediático.
“Estoy atónito”, reconoció Lemon. “Después de 17 años en CNN, hubiera pensado que alguien en la administración hubiera tenido la decencia de decirme directamente. En ningún momento recibí indicación alguna de que no continuaría haciendo el trabajo que amé en la cadena”, dijo.
Minutos después, la cadena salió a desmentir su versión al indicar en un mensaje en Twitter que le ofrecieron a Lemon una oportunidad para reunirse con la administración, pero Lemon optó por publicar su mensaje en la red social.
“Don siempre será parte de la familia de CNN y le agradecemos sus contribuciones durante los últimos 17 años”, dijo el director ejecutivo de CNN, Chris Licht, en un comunicado distribuido antes de esa desmentida. “Le deseamos lo mejor y lo animaremos en sus futuros proyectos”, agregó.