Federico Gutiérrez se postula a la presidencia de Colombia con el apoyo del “Partido Conservador, La U, el Mira, el grueso de congresistas de Cambio Radical, el Centro Democrático y el Partido Liberal”, y aun así, el hombre de derecha se autoproclama como el candidato del pueblo. Hoy por hoy, su llegada a la segunda vuelta -donde se enfrentaría con el favorito Gustavo Petro- parece segura, aunque el apoyo del establishment ya le estaría pasando la factura para los comicios del 29 de mayo.
“En psicología política se utiliza el concepto de disonancia cognitiva para explicar el momento en el que los seres humanos advertimos cuando una persona dice una cosa, pero actúa de otra”, explica Carlos Arias, consultor y docente de la maestría en Comunicación Política de la Universidad Externado de Colombia. “Gutiérrez dice que es el candidato de la gente y genera un disonancia que es advertida por cierta parte de los votantes que creen que les están mintiendo. Su relación con el mensaje termina siendo inversamente proporcional: a mayor disonancia, menor intención de voto”.
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Pero no es lo único que hace que Gutiérrez -exalcalde de Medellín- se aleje de una “posibilidad real de ser presidente”. El apoyo del actual mandatario, Iván Duque, y su predecesor, Álvaro Uribe, también ha influido en su caída en las preferencias. Arias anota, por ejemplo, que Duque ostenta el récord de ser el presidente colombiano con peor imagen en los últimos 50 años, a pesar de un breve repunte durante los primeros confinamientos por el coronavirus. Situación similar vive Uribe, quien hace buen rato perdió el “teflón” que evitaba que los problemas “se le pegaran”. “Hoy Uribe es muy criticado. Los jóvenes no lo recuerdan positivamente y asocian su gestión con lo negativo, con violaciones de derechos humanos”.
Las cifras dan fe de lo que cuenta el especialista. Según un estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, Duque “registra una imagen negativa del 83%”. En tanto que el 14% de colombianos opina que Uribe debe continuar en la política, a diferencia del 41% que considera que “debería retirarse” y un 30% que dice que “tendría que ir preso”.
Arias acota: “Este tipo de asociación y de impronta en la imagen pública del actual y expresidente, son los asuntos más negativos en la opinión que se tiene de Gutiérrez”.
Por el momento, según un informe de “El País”, Petro lleva la delantera con el 38,8% de la intención de voto, seguido de Gutiérrez, con 24,6%, y Rodolfo Hernández, 12,5%.
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El peso del ‘establishment’
Quizás la forma más sencilla de confirmar que la apuesta de Gutiérrez se desarrolla bajo el paraguas del ‘establishment’, es a partir de sus primeros videos de campaña. Arias recuerda que los spots fueron un calco de los que usó Duque y que “la gente no es tonta”.
¿Tropiezo o boicot? El especialista colombiano anota que fue un error estratégico que terminó con los videos y las fotos eliminadas. Para él, el problema pudo originarse en los que rodean al candidato. Tiene sentido: “la mayoría de políticos se rodean de campanas de resonancia, de asesores que los felicitan y que, equivocadamente, tienen lecturas erradas del país. Y al estar rodeados del poder, solo escuchan aplausos”.
Sería difícil, en todo caso, desvincular a Gutiérrez de la clases gobernante. Finalmente, anota Arias, él es antioqueño, lugar en el que Uribe sentó sus bases y del cual fue gobernador. “La estructura política de Duque, a pesar de ser bogotano, también está allí. Entonces, a pesar de que el candidato maneja un lenguaje más coloquial, se le entiende como el candidato del establishment”.
Los resultados de esta percepción ya se ven en los estudios estadísticos. “Al comparar todos los estudios sobre el asunto en Colombia, me queda claro que habrá una segunda vuelta. Sin embargo, faltando pocos días para las elecciones, lo que se ve es que Gutiérrez se está cayendo”, sentencia el especialista.
¿Se complican sus aspiraciones?
Por su doctorado en psicología política en la Universidad Católica de Colombia, Arias estudia la relación de las conversaciones en redes sociales -específicamente Twitter- y cómo las tendencias impactan en las elecciones colombianas. “Gutiérrez está cayendo vertiginosamente. No me refiero a su nombre en las búsquedas, sino a todos los elementos que rodean su campaña. Hoy la gente busca a los candidatos Rodolfo Hernández y Gustavo Petro o temas relacionados a ellos”.
“Que la conversación alrededor de Gutiérrez se haya caído no es un dato menor: aquellos candidatos que, en los últimos 25 días antes de la elección, suben su conversación, aumentan o mantienen la intención de voto que se refleja en las encuestas. Nunca la bajan”, anota.
Y agrega:
“Mientras que los candidatos que bajan su conversación en ese mismo periodo, terminan por perder entre dos a cinco puntos porcentuales en la intención de voto en las encuestas”.
Aun así, Arias mantiene su idea inicial: la segunda vuelta debería ser entre Petro y Gutiérrez. El resultado de ese enfrentamiento, sin embargo, todavía es un albur.