El presidente de Argentina, Alberto Fernández, junto al que fuera hasta el viernes su ministro de Salud, Ginés González García. El viernes, este último debió dimitir ante el escándalo. FOTO: CASA ROSADA.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, junto al que fuera hasta el viernes su ministro de Salud, Ginés González García. El viernes, este último debió dimitir ante el escándalo. FOTO: CASA ROSADA.
Gisella López Lenci

Como en el Perú, los siguen escandalizados e indignados con la revelación de que personas se aprovecharon del poder para vacunarse contra el antes de tiempo, saltándose la fila y metiéndose entre los palos para adelantarse a los médicos y adultos mayores.

“El Comercio” conversó al respecto con el periodista José María Costa, reportero de “La Nación” en temas de salud, quien nos comentó que desde hace algunas semanas ya se conocían de irregularidades, sobre todo en localidades pequeñas, pero que el Gobierno de Alberto Fernández se desmarcaba de ellas señalando que eran “casos aislados”.

Sin embargo, las vacunaciones VIP terminaron ocurriendo en el mismo despacho del exministro de Salud, Ginés González García, el cual debió dejar el cargo el viernes.

- ¿Durante enero y febrero ya se hablaba de la posibilidad de vacunaciones anticipadas?

La vacunación empezó oficialmente el 27 de diciembre. Hubo denuncias menores en localidades pequeñas, sobre todo de la provincia de Buenos Aires. Llegaron 300 mil vacunas en diciembre y tres semanas después llegaron 300 mil más, que eran la segunda parte de esas dosis, y luego llegaron 220 mil vacunas más un mes después. El gran problema es que se recibieron vacunas de manera muy espaciada, entonces no fue tan masivo en un principio. Recién esta semana recibimos 400 mil de Sputnik V y 500 mil vacunas de AstraZeneca.

- ¿Desde un inicio hubo politización con el plan de vacunación?

El problema que tuvimos es que cuando se diseñó la estrategia de cómo se iba a distribuir, era diferente al plan de vacunación. Para el plan de vacunación se armaron siete grupos prioritarios: médicos, mayores de 70 años, mayores de 60 años, fuerzas de seguridad, docentes, después menores de 60 años con comorbilidades y luego el resto de la población. El gobierno federal es el que compra todas las vacunas y las distribuye a todas las provincias. Cuando deciden cómo distribuir se hace por la cantidad de habitantes, lo cual fue un primer problema porque la ciudad de Buenos Aires tiene muchos más médicos por cantidad de habitantes que en el resto del país. Entonces, mientras que un 30% de los médicos porteños todavía no están vacunados, en otros lugares se vacunaron todos los doctores y como sobraron vacunas, entonces ahí empezaron a hacer lo que querían.

Como no había un control estricto en esos lugares, en vez de seguir con los adultos mayores empezaron a vacunarse funcionarios y hasta militantes. Incluso el propio ministro de Salud habló de casos aislados.

En esta semana empezaron a vacunarse los adultos mayores de 70 años, según el orden de prioridad establecido por el Gobierno Argentino. FOTO: AFP / JUAN MABROMATA
En esta semana empezaron a vacunarse los adultos mayores de 70 años, según el orden de prioridad establecido por el Gobierno Argentino. FOTO: AFP / JUAN MABROMATA
/ JUAN MABROMATA

- ¿Cómo mancha este escándalo al gobierno de Alberto Fernández? Hubo polémica desde el inicio porque se optó por la vacuna rusa y por las pocas dosis que llegaron...

El problema es que ante todos los rumores y las críticas que se hacían de que se estaba haciendo una utilización política de las vacunas, ellos decían que eran casos aislados, pero cuando esto sucede en el edificio central del Ministerio de Salud de la nación, la realidad es otra, y el presidente no puede hacer la mirada para otro lado, más allá de que el gobierno diga que no sabía nada y que eso solo lo hizo el ministro de Salud. Porque también hay un diputado y un senador que son muy cercanos al presidente, ¿entonces él no sabía? Incluso uno de ellos lo iba a acompañar a una gira por México. Es una explicación rara. Si sucede algo en ese nivel es muy difícil que no se supiera más abajo. Y ahora la que era su viceministra es la nueva titular del despacho. Entonces, sigue todo el equipo menos él.

- ¿Cuál es la sensación en la gente ante estas denuncias?

Por un lado, hay indignación desde aquellos que son opositores y están del otro lado del gobierno. Pero de los que son más cercanos al gobierno hay una sensación de decepción, porque no les entra en la cabeza que se haya llegado a esto. Todos los argumentos de defensa que ellos tenían para seguir defendiendo se los borraron de un plumazo. Una parte de la sociedad tiene bronca y otra parte está decepcionada.

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