El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se volvió el blanco de un aluvión de críticas de británicos y de canadienses luego de que se difundiera un video en el que aparece cantando el popular tema de la banda británica Queen “Bohemian Rhapsody” en un hotel de Londres dos días antes del funeral de la reina Isabel II, un episodio que escaló a un punto tal que su equipo de gobierno se vio obligado a aclarar la situación.
Los 14 segundos de video muestran a Trudeau parado junto a un piano de cola en el bar del Hotel Corinthia de Londres con un atuendo casual de remera, pantalón y zapatillas, cantando a viva voz las estrofas del hit interpretado por la estrella Freddy Mercury. Unos cuantos curiosos que observaban el espectáculo inesperado se sumaron a los cánticos del premier y del reconocido pianista canadiense Gregory Charles.
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La grabación se volvió rápidamente viral y alcanzó más de 1,7 millones de reproducciones en Twitter, en donde fue acusado duramente de haber faltado al respeto a la difunta reina Isabel II, exjefa de Estado de Canadá.
En el país norteamericano se llevó a cabo un desfile conmemorativo y una misa en la Catedral de la Iglesia del Cristo, en Ottawa, para honrar a la monarca, en un día que las autoridades designaron como festivo, por lo que muchos consideraron irreverente el comportamiento de Trudeau.
Además, otros usuarios aseguran que aparenta estar ebrio durante la filmación.
El equipo del primer ministro canadiense confirmó la veracidad de los hechos y dio una declaración con el objetivo de calmar las aguas.
“Después de la cena del sábado, el primer ministro se unió a una pequeña reunión con miembros de la delegación canadiense, que se han reunido para rendir homenaje a la vida y el servicio de Su Majestad”, dijo un vocero del mandatario, que añadió que Trudeau había “participado en varias actividades” para rendir respeto a la monarca durante su estancia en Londres, citado por The Guardian.
El pianista Gregory Charles, oficial de la Orden de Canadá, indicó al medio Globe and Mail que en la noche del sábado se sentó a tocar el piano para entretener a la gente de la delegación - incluido Trudeau- y a los huéspedes del hotel. Señaló que la situación fue un momento de “celebración y alegría” y que le recordó a “los funerales del Caribe, mezclando momentos sombríos de respeto con otros de celebración de la vida y el intercambio de historias”.
“Todos cantaron conmigo durante dos horas”, agregó el músico. “Ese era el sentimiento, fue muy divertido”.
Pero las explicaciones no fueron suficientes para frenar la oleada de cuestionamientos que recibió Trudeau desde figuras políticas hasta periodistas en su país.
“Vergonzoso no es ni siquiera el comienzo de la descripción. Sí, la gente a veces necesita desahogarse. No, no hay pruebas de que estuviera borracho. Pero vamos, es el Primer Ministro, en un lugar público, en la víspera del funeral de la Reina. ¿Y así es como se comporta?”, sentenció en su cuenta de Twitter el columnista del Globe and Mail Andrew Coyne.
El comentarista de Fox News Jesse Walters opinó al aire: “Justin Trudeau decidió que la mejor manera de honrar el legado de la reina sería volar a Londres, llevar una camiseta, emborracharse en un pub británico y hacer karaoke”.
Trudeau calificó hace seis meses a la reina Isabel II como “una de mis personas favoritas en el mundo”, luego de una audiencia en el Castillo de Windsor, en marzo.
“Echaremos mucho de menos a Su Majestad la reina Isabel II, pero el ejemplo que dio siempre estará ahí para guiarnos, y su devoción por el servicio durante toda la vida seguirá inspirando a personas de todo el mundo”, dijo tras el funeral.