Dedico este artículo a , no solo porque este mes cumple 80 años y somos íntimos amigos, sino por su importantísimo aporte a la evolución y al crecimiento del peruano. Tanto es así que el joven constitucionalista y profesor sanmarquino Dante Paiva Goyburu afirma que a estas alturas se ha formado en el Perú una escuela; no en el sentido de esas a la antigua usanza, de una serie de exégetas que siguen y difunden las ideas de un destacado maestro –que Domingo es–, sino como corriente y movimiento de un conjunto de ideas asumidas por una comunidad académica.

El mismo Domingo sostiene que es mejor este segundo criterio, pero para que ello suceda su tarea ha sido fundamental y ha marcado un hito en una disciplina que, desde la primera Constituyente del siglo XIX y hasta 1970, solo era conocida, enseñada y divulgada por unos cuantos juristas cultos que hicieron importantes contribuciones al derecho constitucional peruano, como Bartolomé Herrera, Luis Felipe Villarán y Manuel Vicente Villarán. Así como Raúl Ferrero Rebagliati, José Pareja Paz Soldán y Darío Herrera Paulsen.

La obra de Domingo es vasta. Sus libros denotan la impronta de un catedrático riguroso, informado, de amplio conocimiento de la materia, pero además están bien escritos a través de una pluma ágil que invita a la lectura, como lo hacen los constitucionalistas franceses, a diferencia de los alemanes, que son muy buenos, pero que a veces se pasan de puntillosos.

No voy a hablar de su obra, su docencia y sus muchos reconocimientos –por lo demás, conocidos en el gremio de los constitucionalistas maduros y jóvenes–, sino del paso decisivo que dio cuando, encabezando un grupo de entusiastas cultores de esta disciplina, fundó la Asociación Peruana de Derecho Constitucional, que a la fecha cuenta con 180 docentes e investigadores de 25 universidades entre públicas y privadas a lo largo y ancho del Perú. La primera directiva se instaló el 2 de marzo de 1996, tal y como informó El Comercio al día siguiente. A través de esta asociación se han organizado diversos Congresos y seminarios. A ella pertenecieron destacados constitucionalistas que tuvieron un importante paso en el quehacer político nacional, como Valentín Paniagua, Enrique Bernales, Sigifredo Orbegoso y Alfredo Quispe Correa.

Llámese escuela o movimiento, Domingo García Belaunde, entusiasta difusor del derecho constitucional, destacado integrante del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, como si fuera un Prometeo, pero sin castigo, les robó el fuego a unos cuantos dioses y prendió la mecha que, como sucedió alguna vez con la literatura, produjo una gran expansión del constitucionalismo peruano, consolidado aquí y reconocido fuera de nuestras fronteras. Y pensar que con sus 80 años continúa con el empuje entusiasta de cuando tenía 30.


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Francisco Miró Quesada Rada es Exdirector de El Comercio