Hace un año exactamente; es decir, el 5 de diciembre del 2022, un detallado informe de más de 320 páginas fue culminado para ser enviado al despacho de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides. La encargada de enviárselo sería la fiscal Marita Barreto, líder del Equipo Especial Contra la Corrupción en el Poder. En él, se detallaban las razones por las que se debía solicitar con prontitud la detención y levantar el secreto de las telecomunicaciones de al menos seis congresistas de la República envueltos en el caso denominado ‘Los Niños’ (un grupo de parlamentarios que, a cambio de ser beneficiados con obras o puestos de trabajo para sus allegados, apoyaban con sus votos a Pedro Castillo).
Atendiendo la urgencia del requerimiento, Barreto examinó la investigación y la envió al día siguiente a primera hora a Benavides. Estaban corriendo contra el tiempo: el equipo especial venía cerrando cruciales colaboraciones eficaces en el contexto de la investigación sobre los asesores en la sombra de Castillo, que hablaban directamente del pago de coimas al entonces presidente (como lo confesó Salatiel Marrufo) y de los “favores” que el gobierno entregaba a los congresistas que lo apoyaban desde el hemiciclo. Debían actuar rápido para sorprender a los incriminados. Como el equipo de Barreto no podía accionar contra ‘Los Niños’, al ser funcionarios con fuero especial, era necesario informar a Benavides porque ella sí tenía la competencia para solicitar una medida.
La idea era que mientras el equipo especial realizaba un operativo contra los asesores en la sombra, Benavides y sus fiscales (en especial Marco Huamán) fueran tras los congresistas incriminados. A Benavides le dieron con tiempo la investigación para que a inicios del 2023 pudiese conseguir la orden judicial de detención de los congresistas. Pero eso no pasó. La titular del Ministerio Público no se quiso sumar al golpe estratégico que se quería dar contra ‘Los Niños’ y desoyó los pedidos de urgencia del equipo especial. Ella decía que debían hacerse más diligencias para poder actuar de esa manera. Barreto y su equipo estaban consternados. ¿Qué más necesitaba la fiscal Patricia Benavides?
Ahora entienden el porqué: Benavides nunca solicitó la detención de los congresistas (recién en marzo Huamán realizó un operativo de allanamiento) porque ella necesitaba los votos de los parlamentarios para que la protegieran en el cargo. Así como Castillo, Benavides también tenía sus propios ‘niños’ en el Parlamento. Esto sucedió hace un año y no sería la única vez en la que Benavides habría actuado de esa manera.