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Por varios meses, la puesta en marcha del puerto de Chancay, de la china Cosco Shipping, fue una fuente de expectativas a escala nacional. No por nada, por ejemplo, el tema lideró la Cumbre APEC 2024 desarrollada en el Perú. Se trata de una inversión millonaria que puso al país en el mapa de los grandes proyectos portuarios de la década, y con potencial de escalar mucho más hacia el 2027.
Pero los entendidos en asuntos logísticos siempre advirtieron que cualquier salto significativo que pudiera colocar al Perú como un ‘hub’ portuario de talla global iba a tomar bastante más trabajo. Por ahora, Chancay sigue calentando motores. De acuerdo con el informe del Instituto Peruano de Economía (IPE) publicado ayer en El Comercio, entre enero y junio de este año Chancay movilizó 1,2 millones de toneladas métricas, equivalentes al 3,5% del total nacional. Buena parte de esto fue durante su marcha blanca.
Los próximos meses de Chancay deberían ver mayor actividad conforme se consolida la operación, pero lo cierto es que los retos para hacer realidad todas las expectativas que generó en su momento siguen ahí. Por ejemplo, discrepancias entre los ministerios de Vivienda, de Transportes y la Municipalidad Provincial de Huaral han retrasado el plan de desarrollo urbano de Chancay. Sin mejor coordinación a estos niveles, el desorden estará casi garantizado y se repetirán los problemas de acceso, inseguridad y otros que plagan el resto de puertos del país. El informe del IPE indicaba también que cuatro de las seis regiones con los principales puertos del país tienen más del 80% de sus vías departamentales en condiciones inadecuadas.
La lección central es que no es suficiente con recibir inversiones para generar polos de desarrollo. Sobre todo en industrias complejas como estas es indispensable que el Estado acompañe con políticas que faciliten la competitividad de las actividades privadas, sin caer en prácticas mercantilistas. En asuntos como accesos a mercados, vías de comunicación, energía, planeamiento urbano, seguridad, predictibilidad jurídica, entre varios otros, el rol del Estado –en sus diferentes ámbitos– es indispensable. Así como Chancay, son varios los puertos del país que merecen atención para ir limpiando sus principales cuellos de botella. El Perú tiene todo el derecho a generarse la expectativa de convertirse eventualmente en un gran centro logístico regional y mundial –tiene condiciones para conseguirlo–, pero no lo logrará apenas mirando el mar.

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