Alexander Dolores se encuentra vendiendo artesanías junto a sus compañeros en un puesto aledaño a la cuadra 2 del Jirón Junín. Se muestra preocupado por cómo su negocio se ha visto perjudicado por las rejas que limitan el tránsito en la Plaza de Armas. “No hay ganancia, era distinto cuando la plaza estaba permanente abierta”, añade.
Para Leónidas Vallejo es inusual que su zapatería ubicada en el mismo jirón cuente con un gran aforo. Él asegura que ahora las rejas se abren y cierran sin previo aviso. Sostiene que está luchando para que su negocio genere ingresos. “No sé cuándo decirle a los clientes que vengan porque la verdad es algo impredecible”, confesó.
Desde el año pasado, tras las manifestaciones sociales que derivaron de las elecciones presidenciales, la Plaza de Armas de Lima sufre el constante cierre de su perímetro con rejas. El Comercio recorrió las calles del centro histórico limeño para comprobar cómo los ciudadanos, comerciantes y turistas se ven sumamente perjudicados por una plaza encerrada.
De acuerdo con uno de los agentes de la policía que se encuentran ubicados en el cruce del Jirón Carabaya con Huallaga, la plaza “está cerrada por las protestas sociales”. Solamente se permite el ingreso por el lado derecho del pasaje aledaño al Jirón Junín. Sostiene que el comandante policial es quien impondría la orden de cierre.
LEE TAMBIÉN: Acceso restringido a la Plaza de Armas de Lima: ¿Una medida peligrosa e inconstitucional?
Sin embargo, esta situación afecta el libre tránsito y el desarrollo comercial y turístico de la zona. Tito Alegría, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Turismo del Perú, explica que las pérdidas económicas por el enrejamiento de la plaza son de 1 millón y medio de soles mensuales en los negocios relacionados a la gastronomía, hotelería y turismo.
Entre los puestos afectados de la Plaza de Armas, se encuentra la vendedora de artesanías Jimena Collazos. Ella relata cómo antes los transeúntes caminaban libremente por la plaza, pero que ahora casi todos los días la cierran, lo que perjudica a su sector. “Le pido a los encargados que sean conscientes, tenemos familias y necesitamos generar ingresos para nuestras casas, pero al cerrar la plaza, afectan tremendamente nuestros negocios y los llevan a la quiebra”, dice preocupada.
Por otro lado, el señor Santarruna Torres Rosario trabaja hace más de 50 años tomando fotografías a los turistas que vienen a visitar la plaza, y nunca antes había visto una situación similar. “En anteriores gobiernos había problemas, pero no enrejaban así (…) el presidente Pedro Castillo dice que el pueblo lo ha elegido porque lo quiere, entonces por qué tiene toda la plaza restringida”, comenta.
Así como él, la congresista Susel Paredes, quien ha solicitado explicaciones del cierre a las autoridades, responsabiliza de la situación al jefe de la casa militar, encargado de la seguridad de Palacio, por orden del mandatario. “A mí me dejan entrar porque soy parlamentaria, pero es necesario liberar los espacios públicos”, asegura. “Esas rejas tienen un solo significado: miedo, y un gobernante con miedo le hace mucho daño a su país”, sostiene.
LEE TAMBIÉN: Alcalde Muñoz se reunió con PNP para evaluar posible retiro de rejas en el Centro Histórico de Lima.
Las agencias de turismo también salieron desfavorecidas. En ‘Perú Travel’, resulta impredecible agendar un recorrido por la plaza. De esta manera, complicando la visita de peruanos y extranjeros. Lo mismo pasa en ‘Free Walking Tour’, donde no se puede asegurar tal servicio por la situación política nacional; por ello, suelen recorrer otros atractivos turísticos. En ‘Fertur Perú Travel’, aseguran que sí era posible acceder libremente al conjunto arquitectónico hace un par de años; sin embargo, debido a las rejas, ahora observan todo desde lejos.
Los guías explican que no se puede ingresar a la Plaza Mayor, dejando a los turistas desconcertados. En consecuencias, Tito Alegría advierte que los comentarios en portales de evaluación como ‘Trip Advisor’ no son los mejores. “En promedio, el centro histórico recibe a 20 mil turistas diarios, pero un 80% de la oferta se ve afectada por el cero apoyo a la reactivación y tienen que optar por retornar o utilizar otros servicios turísticos”, agrega.
Lo cierto es que el cierre no es exclusivo de la Plaza de Armas. En el cruce de Jirón Paruro con Junín, a seis cuadras del recorrido inicial, se ve interrumpido el camino debido a que comerciantes aseguran que tampoco es posible ingresar a las afueras del Congreso. El 2 de septiembre, día en que este Diario hizo el recorrido, se realizaba una reunión con el presidente del Consejo de Ministros.
Estos cierres también son constantes e implican riesgos. En redes sociales, por ejemplo, el usuario Erik Salkeld denunció que las rejas obstruyeron el paso a una ambulancia el 3 de junio de este año.
Otro de los graves efectos del enrejado de @PedroCastilloTe. Estas rejas no sólo obstruyen a los peatones, también pueden matar. pic.twitter.com/1yi92WClWt
— Erik Salkeld (@ErikSalkeld) June 3, 2022
Acto inconstitucional
Abraham García Chavarri, abogado y magíster en derecho constitucional, explica que la justificación del cierre por protestas no sería válida porque estas son parte de los derechos fundamentales. “Puede que pensemos que hay una situación de riesgo contra el presidente, pero esta tiene que estar probada, no puede ser una mera invocación”, manifiesta.
Agrega que el derecho a la salud, inclusive el derecho a la vida, también se ve comprometido en estos casos. “Si la vía está permanentemente cerrada entonces habría una responsabilidad por la agresión eventual”, añade.
LEE TAMBIÉN: Comerciantes exigen apertura de Plaza de Armas: “Esto afecta más que la pandemia”
La arquitecta e integrante del observatorio ciudadano ‘Lima Cómo Vamos’, Cynthia Shimabukuro, dice que la restricción del espacio público por manifestaciones sociales esconde la verdadera problemática de fondo: las razones que los ciudadanos tienen para realizar este tipo de actividades. “Se está afectando la dinámica de la ciudad, no solo cuando hablamos de ambulancias, sino también en temas del comercio que genera la zona, el creciente turismo, etc.”, dice.
El abogado García concluye que, cuando se sustenta una decisión de restricción, esta debe tener motivos técnicos y válidos. Asimismo, considera que normalizar restricciones sobre la base de criterios vagos puede significar un uso arbitrario y abusivo del poder político.
LEE TAMBIÉN: San Juan de Lurigancho: familia deja sin acceso a vecinos tras instalar reja en la calle.
Los comerciantes seguirán luchando para que sus reclamos sean escuchados a pesar de que las rejas se interpongan en su camino. Como dice Shimabukuro, más allá de la Plaza de Armas, es importante reflexionar que el espacio público es para todos, por lo que se debería promover su libre acceso, “ese reconocimiento va a generar que las personas propongan mejores demandas para la ciudad”.
Rejas por la ciudad - fuente: ‘EMAPE’