El futbolista Christian Cueva ha sido denunciado por violencia física y psicológica contra su aún esposa, Pamela López. Hay videos, audios y el testimonio de la agraviada. Aún así, voces como de la Edy Cuellar, dirigente del Cienciano, club que lo fichó para esta temporada, minimizaron lo sucedido calificando los episodios de violencia como “temas personales” o la “pérdida de control” del agresor.
El martes 20 de agosto, la Quinta Fiscalía en Violencia Contra la Mujer de Lima Centro (4.° Despacho) dispuso iniciar diligencias preliminares por el presunto delito de agresión en contra de las mujeres o integrantes del grupo familiar y el 8° Juzgado de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima otorgó medidas de protección a Pamela López y sus tres menores hijos.
Del Club Cienciano, pese a las declaraciones de Cuellar, la respuesta oficial llegó por la tarde: el futbolista fue separado definitivamente, en cumplimiento de los valores de la institución y para preservar su integridad.
Aunque el futbolista intentó defenderse señalando que la “situación es más compleja de lo que parece y que, aunque uno quiera, a veces los problemas internos ganan”, lo cierto es que la violencia física y psicológica es un problema social que, al menos durante el primer semestre del año, ha derivado en más de 76.000 denuncias ante el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
De acuerdo con estadística de los Centros de Emergencia Mujer, de enero a julio de este año se han atendido 40.103 casos de violencia psicológica y 36.213 de violencia física, cifra que representa el 76% del total de atenciones (el resto corresponden a violencia sexual y económica). De todas estas denuncias, en el 82.8% de los casos la víctima era una mujer.
Solo del porcentaje de mujeres víctimas, en ocho de diez casos las denuncias fueron por violencia física (38.26%) y psicológica (40.75%).
Liz Meléndez, directora ejecutiva del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, explica que la agresión psicológica -que incluye insultos, humillaciones, control y aislamiento de otros-, es la primera manifestación de una violencia que suele acrecentarse.
“Cuando estos hechos no son atendidos adecuadamente, escalan a formas más agresivas. La violencia siempre escala, por eso las primeras denuncias siempre son por violencia psicológica, luego son por violencia física, sexual hasta feminicidios. Es grave que solo nos fijemos en el desenlace del problema [feminicidios] y no en el inicio del problema”, indica a El Comercio.
De hecho, Meléndez señala que una evidencia de ello es que cerca del 30% de las víctimas de feminicidio del año pasado (146) tenían medidas o protección o habían denunciado otros hechos de violencia.
Lo cierto es que cifras de denuncias que llegan a las autoridades es apenas una parte de lo que sucede. Melendez recuerda que se estima que solo el 40% de casos llegan a denunciarse. “Lo que vemos es menos de la mitad de lo que realmente existe. Sí hay un incremento de denuncias porque antes era una tercera parte, pero no significa que los casos disminuyan”, añadió Meléndez.
El caso Cueva no es parte de un problema social profundo sino también de una alta tolerancia ante la violencia contra la mujer y poblaciones vulnerables que suele responsabilizar a las víctimas por las agresiones. Prueba de ello es que la última Encuesta Nacional Sobre Relaciones Sociales (Enares) del 2019 evidenciaba una alta tolerancia social (58%) hacia la violencia a mujeres.
De igual forma, una encuesta realizada por Ipsos Perú en febrero pasado reveló que un 33% de encuestados justificaba la agresión física contra mujeres en caso de infidelidad de esa. Esto, pese a que la misma encuesta indicara que el 44% de participantes conocían a alguna mujer de su entorno que, por ser mujer, haya sido víctima de violencia física y el 51% de violencia psicológica.
Sobre este tipo de justificaciones, Meléndez recuerda que la violencia contra la mujer debe entenderse en un contexto de desigualdad de poder y discriminación. “Se debe rechazar la tolerancia, es necesario solidarizarse con las víctimas y no estar cuestionado por qué no denunció antes. No pensar que las víctimas son perfectas, obviamente pueden defenderse y eso no significa que hay un escenario de agresiones mutuas, especialmente cuando hay tanta desigualdad de poder”, finalizó.
Medidas de protección
Ayer, la Corte Superior de Justicia de Lima otorgó medidas de protección a Pamela López que incluyen la prohibición a Cueva de cualquier tipo de acto que implique violencia familiar y acercamiento a su aún esposa, bajo apercibimiento de ser denunciado penalmente por desobediencia a la autoridad.
De igual forma, se dispuso terapia psicológica para Christian Cueva, Pamela López y sus tres menores hijos y patrullaje policial alrededor de la vivienda de la víctima, que estará a cargo de la comisaría del sector.
La resolución precisa que la prohibición de todo tipo de comunicación violenta incluye la palabra, llamadas telefónicas, redes sociales, mensajes de texto, mensajes de WhatsApp directa o indirectamente a Pamela López. Incluye la esfera pública y privada.
Comisarías: La PNP recibe denuncias por violencia familiar (Ley N° 30364) en todas las comisarías del país. Aquí encuentras la más cercana a tu vivienda.
Línea 100: La llamada es gratuita al número 100, desde un teléfono fijo o celular desde cualquier parte del país. La Línea 100 funciona las 24 horas, todos los días de la semana.
Centros de Emergencia Mujer (CEM): En todo el Perú, los 245 CEM regulares y un CEM en centro de salud (Santa Julia, Piura) atienden de lunes a viernes de 8:00 a. m. a 4:15 p. m., y los 185 CEM en comisarías, las 24 horas del día, los 365 días del año. La central telefónica es la siguiente: (01) 4197260.