La llegada de una eventual segunda ola de coronavirus al país se convertirá en uno de los principales desafíos que en los próximos meses afrontará el Ministerio de Salud (Minsa). Según el “Plan de preparación y respuesta ante una posible segunda ola pandémica por COVID-19 en el Perú”, un fuerte rebrote de la enfermedad causaría hasta 2,4 millones de nuevos casos y cerca de 20 mil decesos.
Pese a que no se puede conocer con exactitud la magnitud que tendrá este fenómeno, el documento plantea tres escenarios de intensidad (desde el más leve hasta el más extremo) que evidencian un impacto diferenciado por regiones.
Según el plan, el grado de afectación futuro estará determinado por la seroprevalencia –proporción de gente infectada– alcanzada en cada departamento.
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Zonas más vulnerables
Si bien aún no se publican los resultados oficiales de este indicador, el Minsa estima que nueve regiones del país tendrían una prevalencia de 25% a menos. Es decir, tres o más de cada cuatro habitantes tendrían el riesgo de contraer el COVID-19 [ver cuadro]. El grupo lo componen en su mayoría regiones del sur como Ica, Arequipa, Ayacucho, Puno, Cusco, Huancavelica y Tacna, además de Cajamarca y Pasco.
A excepción de las dos primeras, el resto corresponde a regiones pequeñas que fueron las últimas en padecer el embate de la enfermedad, con picos registrados tras la primera mitad del año.
En contraste, los niveles más altos de prevalencia están en Loreto (75%, con lo cual habría alcanzado la inmunidad colectiva o de rebaño), así como en otras zonas del norte y la selva que fueron los primeros focos de expansión de este mal.
En el caso de Lima, el plan estimó una seroprevalencia del 40%. Sin embargo, el martes, esta cifra fue ajustada a 35% luego de que la ministra del sector, Pilar Mazzetti, anunciara los resultados preliminares obtenidos ante la Comisión de Salud del Congreso de la República
Según el Minsa, la prevalencia calculada en las demás regiones sin estudio previo se hizo a partir de la positividad acumulada de las pruebas rápidas y moleculares realizadas.
En el país, la población susceptible de contagiarse bordearía las 21,8 millones de personas. Esta cifra equivale al 66% del total.
Efectos directos
La alta proporción de personas susceptibles también se reflejaría en los futuros contagios y defunciones.
Este es el caso de Puno y Huancavelica, donde tanto en el escenario más leve como en el más extremo las infecciones y muertes proyectadas serían mayores que las presentadas durante la primera ola. En tanto, en Ayacucho, Cajamarca, Cusco y Pasco, los nuevos casos sobrepasarían a lo reportado hasta el momento.
Un fuerte rebrote en Lima dejaría entre 192 mil y 577 mil contagios, mientras que las defunciones fluctuarían entre 5.711 y 7.127. En ambos escenarios, estas variables serían menores que los casos ya reportados en lo que va de la pandemia.
En el ámbito nacional, los nuevos contagios llegarían hasta los 2,4 millones, casi 2,5 veces que los casos oficiales reportados a la fecha (960 mil). Los nuevos decesos sumarían hasta 19 mil.
El estudio calculó las probables infecciones y muertes a partir de la población necesaria en cada región para alcanzar la inmunidad de rebaño y asumió que la protección de los infectados se mantendría durante todo el 2021.
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Puntos de vista. Las estrategias para contener un rebrote
Juan Carlos Celis, médico infectólogo del hospital Regional de Loreto: Debemos plantear modelos con base en lo que ocurre en el continente
A veces pareciera que hay un modelo por seguir, pero la verdad es que no lo hay. Simplemente, fuimos arrasados por la enfermedad, incluso el 35% de seroprevalencia que se observa en Lima es excesivo.
Esta realidad es la que nos tiene que hacer plantear nuestros propios números, porque no se va a parecer en nada a lo que está sucediendo en Europa. He revisado cifras de contagios en Guayaquil, Manaos e Iquitos y luego de algunas medidas de liberación solo se registraron muy pocos casos.
En Iquitos, ya deberíamos tener una segunda ola porque todo está liberado, la gente anda sin mascarilla, pero eso no sucede.
Julio Cachay, infectólogo de la clínica Ricardo Palma: La prevención será importante durante las fiestas y el verano
La cantidad de casos nuevos de coronavirus disminuye, eso por sí mismo nos permite ciertas licencias; pero no se debe generar un exceso de confianza. En plena campaña de Navidad, se observa en el Centro de Lima aglomeración de personas. Esto, sumado al calor, podría convertirse en un potencial foco de transmisión. Su efecto finalmente lo veremos en las próximas semanas.
Se debe reforzar el uso universal de mascarillas que cubran boca y nariz, así como de protectores faciales en la población. Está demostrado que reducen el riesgo de infección.
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