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Santa Rosa, la historia detrás del distrito que crispó la relación entre Perú y Colombia
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Las relaciones entre Perú y Colombia atraviesan un tenso momento luego de que el mandatario Gustavo Petro acusara a nuestro país de violar el protocolo de Río de Janeiro al “copar” parte de su territorio, en referencia a la creación del nuevo distrito de Santa Rosa de Loreto.
MIRA: Conflicto entre Colombia y Perú por la isla Santa Rosa: ¿en qué parte del Amazonas está ubicada?
El pasado 3 de julio, luego de casi seis años, se publicó la Ley N° 32403 que oficializaba la creación del distrito en la provincia de Mariscal Ramón Castilla, departamento de Iquitos. La nueva localidad, que es atravesada por el río Amazonas, limita con el distrito de Ramón Castilla por el norte, el de Yavarí por el sur-oeste, y con Colombia y Brasil por el este.
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El camino para convertirse en distrito inició en agosto del 2019 por iniciativa del congresista Jorge Meléndez, fue aprobado por la Comisión de Descentralización del Congreso en noviembre del 2020 y se emitió el dictamen técnico al mes siguiente.
En dicho informe se determinó que el nuevo distrito estaría compuesto por doce centros poblados, siendo la isla Santa Rosa la de mayor densidad con 4.500 habitantes.

El reclamo de Petro gira en torno a esta isla, la cual sin embargo formaba parte del distrito de Yavarí antes de la creación de Santa Rosa de Loreto. Para Jorge Linares, promotor cultural que desde el 2014 visita la zona junto a la organización Iquitos Cultural, la queja del mandatario colombiano refleja “un total desconocimiento de la convivencia y hermandad que se vive en la triple frontera”.
“El actual alcalde de Leticia está casado con una peruana. Su homólogo en Puerto Nariño, que también está cerca, tiene padre brasileño y madre peruana. Iván Yovera Peña, que era alcalde del centro poblado Isla Santa Rosa, estudió parte de su secundaria en Leticia, en Colombia. En esa zona no hay falsos patriotismos, ese chauvinismo está en ciudades como Iquitos, Lima o Bogotá”, explica Linares a El Comercio.
Además de la isla, Santa Rosa está conformado por los centros poblados de Chinería, Rondiña (zona 1 y 2), Puerto Alegría, Mario Rivera, San Fracisco de Yahuma, Gamboa, Alberto Fujimori, Ollanta y Esperanza de Munguba, abarcando un total de 27.286 kilómetros cuadrados.
En el nuevo distrito están asentados seis pueblos originarios distintos, siendo los ticuna y los boras quienes cuentan con mayor presencia, pero también registrando comunidades de yaguas, kukamas, muruis, kichwas, matsés y asháninka.

- Territorio olvidado -
El promotor cultural lamenta que en los cincuenta años de historia, Santa Rosa ha sido un territorio “históricamente abandonado por el Estado en todos sus niveles: central, regional y provincial”. Esto ya venía siendo alertado por Yovera cuando ejercía como alcalde del centro poblado. "Nos dan un incentivo entre el distrito y la provincia de 7.500 soles (mensuales) para sostener a 10 comunidades que están asignadas a nuestro centro poblado“, señaló la autoridad edil en julio del año pasado.
El reducido presupuesto debía servir para atender a los 7.900 compatriotas que conforman el actual distrito. La precariedad se evidenciaba en la falta de acceso a los servicios básicos.
“En el 2014, la primera vez que visité Santa Rosa, la corriente eléctrica nos la prestaban desde Leticia, los enfermos graves eran internados en el hospital San Felipe, también en Leticia. A nuestros muertos los debían enterrar en Tabatinga, Brasil, porque no había cementerio en Santa Rosa. Existe una comisaría precaria que hasta hace un par de años tenía dos botes de la policía antidrogas, pero sin motor”, lamenta Linares.

En cuanto a actividades comerciales, la población de Santa Rosa se ha dedicado tradicionalmente a la agricultura, ganadería de cerdos y aves, y la pesca de especies como el bagre, la palometa, el paiche, la doncella, el zúngaro, la taricaya, entre otros.
Mientras que la industria turística ha tomado especial relevancia en la zona, convirtiéndose en la fuente principal para gran parte de la población y traduciéndose en la construcción de un hotel de cuatro estrellas. Si bien el acceso a Santa Rosa desde Iquitos es largo, pues se realiza por vía fluvial y toma en promedio ocho horas, entre el 2017 y el 2025 se han transportado más de 450 mil personas hacia allá según cifras del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Estos turistas, según explica Linares, visitan Santa Rosa pero también la usan como punto intermedio para viajes hacia distintas zonas de Colombia, debido a que resulta mucho más barato que viajar desde Lima.
“Ha influido mucho también que el peso ha perdido fuerza desde la llegada de Petro, ahora muchos turistas que llegan cambian a soles y la pasan muy bien. Mientras que los nacionales que cruzan hacia Colombia también se ven beneficiados por el tipo de cambio”, explica.
Según datos del INEI antes de que Santa Rosa fuese declarada distrito, la pobreza en Yaraví rondaba el 72% y había una incidencia del 25,7% de pobreza extrema.
Esto ha promovido la expansión de una peligrosa economía alternativa, con el narcotráfico como principal amenaza. En abril de este año, un operativo militar del Ejército contra el tráfico ilícito de drogas en Mariscal Ramón Castilla, descubriendo un laboratorio de procesamiento, incinerando toneladas de insumos para drogas e incautando armas.
En total, se estima que el golpe del Comando Operacional de la Amazonía representó un daño de más de 624 mil dólares a las organizaciones de narcotráfico en la zona.

Las dificultades de la zona, reflexiona Linares, mellaron durante años en la identidad del pueblo santarrosense. Sin embargo, iniciativas como las que han impulsado desde Iquitos Cultural han ayudado a revertir este fenómeno.
“Como tantas veces en nuestro país lo hicimos a través de la gastronomía. Cada año organizamos festivales con comida criolla, desde lomo saltado hasta juanes, ceviches o secos de cabrito. Y gracias a ello el sentimiento patrio se ha fortalecido bastante, incluso ha impactado en la atracción de turistas brasileños y sobre todos colombianos, estos últimos ahora se preguntan si Petro con sus declaraciones los va a terminar complicando y van a tener que pedir visa para venir a comerse un ceviche”, ironiza Linares.
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