Tras poco más de un año y dos meses (y tras el escándalo que se desató por un audio) la presidenta Dina Boluarte optó finalmente por efectuar un nuevo cambio en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y nombró en el cargo a Gustavo Adrianzén, quien se convierte así en el tercer jefe de Gabinete de la era Boluarte.
Ante la “crisis total del Gabinete”, se cambió a la cabeza. Sin embargo, absolutamente todos los ministros que provenían de la gestión de Alberto Otárola fueron ratificados en el cargo, incluso quienes arrastran varios cuestionamientos como el titular del Ministerio del Interior, Víctor Torres Falcón.
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El Comercio conversó con tres analistas políticos a fin de evaluar si la designación de Adrianzén fue acertada, si se perdió una oportunidad de mostrar un mayor cambio y, sobre todo, si podrá significar un nuevo giro para el gobierno ante la evidente cercanía entre Adrianzén y Otárola.
1. ¿Le parece acertada la designación de Gustavo Adrianzén en la PCM?
La designación de Gustavo Adrianzén lo que denota es que la presidenta necesita, en primer lugar, de gente con perfil de abogado. En segundo lugar, gente de carácter muy fuerte, quizás para contrapesar la debilidad que ella tiene en el manejo político. Requiere de gente que tenga la capacidad de enfrentar a los adversarios políticos y a la prensa, una mano dura y un carácter muy fuerte. Si esto es favorable o no, lo veremos con el tiempo. Pero, en un momento como este, quizás no haya sido la mejor decisión. Quizás era una oportunidad para poner a una persona con un talante más convocante y más amplio.
Me parece que sí es una designación acertada, porque en el poco tiempo que ha estado como representante permanente del Perú ante la OEA ha cumplido una misión importante que ha merecido críticas por parte de los sectores más radicales o los sectores de izquierda en el país. Ha cumplido su misión de defender al gobierno y de acusar a los violentistas en las manifestaciones de diciembre del 2022 y enero y febrero del 2023. En ese sentido, ha mantenido una postura coherente con las reglas del gobierno. Lo hemos visto actuar ante la OEA y, además, defendiendo la autonomía del Estado peruano frente al indulto a Fujimori. Creo que, en ese sentido, él ha cumplido una labor que hemos visto que ha sido encomiable.
No sé si la palabra sea acertada. Pero, en todo caso, mantiene una suerte de status quo porque Adrianzén es hombre de Otárola. Entonces la idea era supongo no perturbar la correlación de poder en el Congreso, que finalmente tiene el poder sobre la estabilidad del Ejecutivo. Pero hay que tener en cuenta algo, la tarea que le toca ahora al primer ministro Adrianzén es navegar en aguas un poco más turbulentas en el Congreso, porque se acaba de aprobar la bicameralidad, lo cual significa que quizá muchos congresistas ya estén pensando en su campaña de reelección y eso significa, por lo tanto, que van a querer desmarcarse del gobierno actual. Y esto va a pasar de manera paulatina, pero va a terminar pasando. Y es lo que va a tener que enfrentar si es que se mantiene en el puesto.
2. ¿La presidenta perdió la oportunidad para hacer más cambios en el Gabinete? En su opinión, ¿a quiénes sí o sí debió haber relevado?
Han sido dos las personas que han perdido una oportunidad. La presidenta en tratar de mejorar algunos puntos que le quedaron flojos en el cambio anterior; por ejemplo, el ministro del Interior, quizás el ministro de Trabajo e, incluso, la ministra de Cultura que tiene algunos cuestionamientos. Pero también Adrianzén perdió la oportunidad de poner a gente de su confianza, a gente que pudiera de alguna manera ayudarlo en el manejo del Gabinete dentro del mismo Gabinete. Adrianzén no ha puesto ni un solo ministro, lo cual quiere decir que él simplemente ha venido a reemplazar, hasta el momento, al señor Otárola y se ha convertido prácticamente en un parche. No ha traído a nadie y, por lo cual, él también ha perdido la oportunidad de poner a gente de su confianza, aunque sea mínima, pero una porción que le permita a él también un apoyo dentro del gabinete.
El gabinete empieza con una pata coja en ese sentido. Si bien considero positivo si se quiere el cambio y que sea Gustavo Adrianzén, creo que él como primera medida debió hacer cambios porque básicamente está con el Gabinete Otárola, sin Otárola. Creo que de todas maneras él debió cambiar al ministro del Interior, creo que ya el ministro se cae de maduro. También me parece que en Cultura debió de haber cambios. En Salud quizás. Pero el urgente era Interior. Adrianzén tiene que dejar su marca, su huella. Confío que, en los próximos días, cuando ya esté bien sentado en la oficina del premierato haga los cambios antes incluso de la presentación del gabinete ante el Congreso. Tiene un mes para presentarse, yo creo que debiera hacer los cambios antes de la investidura en el Parlamento. Con eso, daría un buen mensaje de que este es un gabinete distinto, con él a la cabeza, y que no es un gabinete Otárola, sin Otárola.
El ministro del Interior debió haber salido. Es una persona que tiene dos mociones ya de interpelación en el Congreso, no ha tenido buenas respuestas políticas para luchar contra la inseguridad ciudadana o, por lo menos, para dejar más tranquilos a los ciudadanos. Es una ficha que, al final, le va a traer más pasivos que activos. Pero aquí el objetivo es mantener el statu quo, por eso es que depende de cómo se vea. Quizás para un sector del establishment sí se ha perdido una gran oportunidad, los ciudadanos hubieran querido otra cosa. Pero recordemos que hace poco también se cambió a un ministro, al de Economía, entonces eso de alguna manera ayudó a refrescar. Pero el objetivo es —insisto— mantener la estabilidad, con las mismas alianzas y con la misma relación armoniosa en el Congreso.
3. ¿Cómo interpreta que el canciller se haya adelantado y anunció un “próximo gabinete” con “segundo oxígeno”?
Este desliz del canciller sorprende, porque justamente por ser canciller debió ser la persona que con más prudencia y más capacidad diplomática debió manejar la situación. No ha sido así. Y esto lo que demuestra es que quizás se le vio más el sesgo político que el gesto diplomático. Decir que estuvo tantas horas con la presidenta no fue lo más prudente, porque si lo que quería era mostrar que la presidenta tenía confianza en él, no es algo que le salió muy bien. Es un apresuramiento decir que esto traía una renovación de las políticas de gobierno; difícil que con la misma gente se pueda hacer cambios tan dramáticos. Si no ha habido un solo cambio en el Gabinete y, por ejemplo, en aquellas áreas donde la población demanda más gestión y exigencia como es seguridad ciudadana, trabajo y promoción del empleo, es muy difícil que cambien dramáticamente las políticas del gobierno. Fue un apresuramiento poco político, poco prudente del canciller y, además, nos recuerda aquello del ‘plan Boluarte’ frente al ‘plan Bukele’. A veces no es bueno hacer anuncios de esa naturaleza cuando no se tiene la certeza clara de lo que se buscaba. No queremos pensar que él se estaba marqueteando.
Javier González-Olaechea se adelantó, sin duda, lo que le mereció que le dijeran desubicado. Yo creo está haciendo un buen papel como canciller y merece continuar en el Gabinete, además ad portas de APEC. Creo que se equivocó, yo creo que estaba en el bolo para ser el premier. Pero en mi lectura desde fuera entiendo que la designación de Adrianzén también ha sido a sugerencia de Otárola. No me cabe la menor duda de que Otárola ha sugerido esta colocación. Porque ambos han sido miembros del gobierno de Ollanta Humala, entre el 2011-2016, incluso llegó a ser ministro de Justicia de ese gobierno.
La explicación sencilla es que el canciller es muy hablador. Tiene fama de ser muy indiscreto. Sin embargo, para toda historia de complot que se ha armado podría sumar y hasta alguien podría decir que pertenece al bando de Nicanor Boluarte, que al fin y al cabo ha salido bien parado en todo este asunto, porque es el mismo Otárola que lo ha relevado de toda responsabilidad. Para mí, la verdad, es que la explicación más sencilla es que es un poco ‘figureti’.
4. ¿Gustavo Adrianzén será la continuidad de Otárola o habrá un nuevo giro?
La foto final en Palacio de Gobierno, la presencia del señor Otárola en la primera fila aplaudiendo al nuevo primer ministro y la foto final de Otárola entre Adrianzén y la presidenta nos muestra de que hay una confianza cercana entre Otárola y Adrianzén. Eso nos lleva a pensar que lo que ha buscado la presidenta es un perfil muy parecido al de Otárola, pero también la misma fórmula porque van a tener que hacer frente a muchos temas judiciales. Recordemos que hay que defender el indulto a Fujimori, hay que ver el tema de la JNJ, las acusaciones contra Otárola y Boluarte en varios frentes, en fin. Va a haber más un trabajo de orden de defensa de los procesos que un nivel de gestión política importante que atienda las necesidades de la población. Yo lo veo así. La presencia de Adrianzén está más para defender a Otárola y a Boluarte y para que el Congreso no se adelante con algún tipo de sanción más que como una segunda etapa de una gestión de gobierno que busca tener carteras exitosas y programas exitosos frente a los principales problemas del país.
Insisto en que espero que haya un giro. Porque no puede ser un gabinete Otárola, sin Otárola. Gustavo Adrianzén tiene que marcar la cancha, tiene que iniciar con su sello, tiene que poner a las personas que él crea conveniente. Tiene que abrir la cancha y convocar a los mejores. De lo contrario, sería una oportunidad perdida.
Eso va a depender de las coyunturas y de las puertas que se vayan abriendo en el camino. No es un hombre nuevo en política. Pero sí tenemos claro hasta el momento que es una persona muy afín a los ideales, por más que haya estado en el gobierno de Ollanta Humala, de cierto sector de la derecha. Y, por lo tanto, la derecha lo va a recibir complacido. Entonces yo sí veo una continuidad. Vamos a ver cómo es que finalmente se entrelaza ese liderazgo con los ministros que han quedado. Lo que sí creo que le quita un pasivo a este gobierno, porque Otárola al fin y al cabo terminaba siendo un pasivo, estaba siendo investigado por las muertes en las protestas de diciembre del anteaño pasado y estaba muy desgastado ya. Ya era hora ya. Ahora, la manera ha sido bien burda y me refiero por todo este culebrón de novela turca.
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