El pasado 6 de junio de 2021, Pedro Castillo Terrones obtuvo la victoria en las urnas gracias a los votos de importantes bolsones electorales: la región sur y los sectores socioeconómicos menos favorecidos. A un año de haber tomado las riendas del país, si bien estos bolsones se mantienen como los de mayor respaldo al presidente, son también aquellos donde más disminuyó el apoyo al jefe de Estado.
Según la última encuesta de El Comercio-Ipsos, el sur continúa siendo la región que más aprueba al presidente. Sin embargo, es también la región en la que más disminuyó el apoyo. En agosto del 2021, el sur registró una aprobación presidencial de 58%. Un año después, la cifra es de 37%. En cuanto a la desaprobación, esta pasó de 21% a 56%, un aumento mayor al que se vio en las demás zonas del país.
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“Es una caída importante. Si bien es el lugar donde más apoyo todavía tiene, significativamente es el lugar donde más desaprobación ha comenzado a cosechar”, apunta el politólogo Gonzalo Banda.
Según el especialista, la abrupta caída en el sur tiene que ver con el carácter contestatario de la región, que históricamente ha sido menos “paciente” con la demora en el cumplimiento de promesas electorales, como ocurrió también en los casos de Alejandro Toledo y Ollanta Humala.
“Así como el sur ha tenido una agenda contestataria, también es un nicho electoral que, cuando no cumplen lo prometido, tiende a voltearse rápidamente”.
En la misma línea, la politóloga María Claudia Augusto sostiene que la caída en el respaldo sureño puede estar relacionado “con el incumplimiento de promesas electorales y la ruptura con bases de apoyo electorales”.
“El bolsón electoral de Castillo fue el sur peruano, al que propuso una agenda en industrias extractivas, conflictos mineros y políticas sociales. A un año de gobierno, se trata de demandas incumplidas”, indica.
“Donde más respaldo recibió es donde más apoyo pierde”
Similar a lo que ocurre a nivel territorial, los niveles socioeconómicos (NSE) que más apoyaron en las urnas a Castillo son los que mayor aumento de la desaprobación mostraron a un año de haber iniciado la gestión.
Aunque el respaldo disminuyó en todos los NSE, en el ‘E’ el cambio es más evidente: la aprobación pasó de 49% en agosto del 2021 a 29% en julio del 2022. El rechazo, por su parte, aumentó de 33% a 63%.
Según Augusto, el aumento en la desaprobación del jefe de Estado en los sectores menos favorecidos tiene que ver con el incumplimiento de su discurso de campaña.
“Durante campaña, (Castillo) se presentó como un candidato del pueblo, conocedor de sus demandas y comprometido a enfrentar las desigualdades de los más necesitados. Esto no se visibiliza en las acciones del gobierno que han develado actos de corrupción, irregularidades y malos nombramientos”, explica.
La politóloga recordó que, de acuerdo la última encuesta de Ipsos Perú, más del 70% desaprueba las acciones del gobierno en la lucha contra la pobreza o la promoción del empleo, “demandas que impactan directamente a estos sectores”.
Para Banda, los resultados de las encuestas a nivel socioeconómico demuestran que “donde más respaldo recibió es donde más apoyo pierde”.
El politólogo explica que, a diferencia de otros presidentes populistas del ‘Socialismo del Siglo XXI’ –como Hugo Chávez en Venezuela y Rafael Correa en Ecuador–, Castillo no ha construido una red de clientelismo que beneficie a los sectores más populares con la finalidad de que respalden su gestión.
“Uno esperaría que un gobierno como el de Castillo aumentaría la atención en estos sectores, que apostaría por construir hospitales, pistas; ampliar los servicios de agua potable. Pero nada de eso ha pasado. Entonces, es un gobierno que termina siendo mediocre no solamente en términos generales, sino en los grandes temas del populismo”, considera.
El respaldo cayó menos que en los anteriores gobiernos
Con un 74% de rechazo Pedro Castillo es el presidente con menor respaldo al primer año de gobierno de los últimos 15 años. En las pasadas dos décadas, el único mandatario que lo supera en índices de desaprobación en el primer año de mandato es Alejandro Toledo, con un 76%.
Pero a pesar de los altos niveles de desaprobación, lo cierto es que Castillo es de los presidentes que menos apoyo perdieron en el primer año: mientras su aprobación cayó en 18 puntos porcentuales, todos los mandatarios de los últimos 20 años, salvo Ollanta Humala, tuvieron una caída más brusca de su respaldo en el primer año de gestión. Alejandro Toledo, por ejemplo, tuvo una disminución de 41 puntos porcentuales; Alan García de 31 y Pedro Pablo Kuczynski de 27.
Augusto señala que el hecho de que Pedro Castillo haya iniciado su gestión con el nivel de respaldo más bajo de las últimas dos décadas hace que “el descenso sea menor”. Además, considera que el hecho de que la popularidad el presidente no haya descendido más que sus predecesores, pese a los sucesivos escándalos del gobierno, se explica por diversas razones, “como, por ejemplo, el apoyo de quienes se definen de izquierda o la deslegitimidad que tienen otros poderes de Estado, como el Congreso”.
Según Banda, para que la tendencia a la baja en el respaldo no se mantenga, el jefe de Estado tendría que ser percibido como “un mal menor en medio del caos” por parte de la población. El politólogo sostiene que, pese a haber podido aprovechar los altos índices de rechazo al Congreso para aumentar su popularidad, Castillo “no la logrado construir esa animadversión” de la ciudadanía frente al Legislativo.
“(Castillo) Está tan limitado en su manejo político que ni siquiera ha sido desafiante con el Congreso, como sí lo hicieron Martín Vizcarra y PPK. Y ha tenido muchas oportunidades para hacerlo”, considera.