Desde la cúpula: 4 jóvenes hablan sobre las necesidades de las nuevas generaciones políticas

Creamos, junto con un compañero aprista, una red social que es la más grande del partido: Soy Aprista, en Facebook. Es la red más grande del partido, incluso más grande que la red oficial del Apra Comunicaciones. Este espacio nos permitió a nosotros los jóvenes tratar de tú a tú con la dirigencia del partido. 

Esto ocasionó una marcha de 60 personas pidiendo la expulsión de los que dirigimos el portal. ¿Por qué? Porque como el portal no le debe nada a la dirigencia, ponemos nuestros puntos y eso nos sirvió para organizar a militantes jóvenes a escala nacional. Organizamos toda una movida interna. Incluso hemos postulado en las elecciones internas. Hemos perdido, hemos ganado. Un político pierde más veces de las que gana. Eso es lo que la gente no entiende, pero a eso te acostumbras en un partido político.

Puedes ser joven, prepararte en una escuela de formación, estudiar una carrera y llegar al Parlamento. ¿Pero a quién conoces en Huancané? ¿A quién conoces en Chepén? ¿A quién conoces en Belén? ¿En Iquitos? Para eso tienes que hacer política partidaria.

La política es una carrera de resistencia. Siempre se convoca a los jóvenes, pero los políticos a una edad tienen cierta experiencia que les permiten bajar las pasiones, lograr acuerdos. Eso es lo que falta en el Perú, porque en el país no hay acuerdos. El Acuerdo Nacional ya no funciona. Ese es el problema. 

El estar en un partido me da la oportunidad de poder tener voz y voto dentro de un espacio político. Lamentablemente, los jóvenes sentimos mucho hartazgo porque los políticos nos vienen decepcionando. Pero no nos ponemos a pensar que, si nosotros no participamos, si nosotros no nos involucramos, otros van a tomar las decisiones.

En este mundo político lleno de adultos, ellos no tienen en cuenta cuáles son nuestras necesidades y potencialidades. La población joven tiene problemas transversales como la falta de oportunidades en educación y trabajo, donde las cifras son lamentables. Pero también tenemos una población joven bastante heterogénea. 

Tenemos comunidades que para los adultos son algo nuevo, como la población otaku, la población ‘gamer’, la población ‘geek’, también la población LGBTI. Cada una de estas tienen características, necesidades y potencialidades distintas que tienen que ser atendidas desde un punto de vista distinto. Los adultos quizás no conocen esta realidad. 

Desde Alianza para el Progreso, lo que proponemos es crear un ministerio de la juventud que englobe todos los proyectos de ley en favor de la juventud. A título personal, considero importante también la creación de una comisión de la juventud en el Congreso. 

Lo que me hizo recuperar la confianza es hacer militancia, pero desde el voluntariado. Entonces, cuando nosotros, por ejemplo, vamos a una comunidad, vamos por una cuestión de un bien común, a dar una charla sobre salud, sobre educación o sobre reforzamiento escolar, y al final nuestro premio es el “gracias” que nos dan en la comunidad. El trato directo con la gente va de la mano con la militancia activa y la formación, que es muy importante. 

La militancia me permitió salir de mi zona de confort y conocer las problemáticas del país. Puedo conocer las problemáticas de Piura, pero no puedo conocer las de Loreto. Entonces, en la escuela de formación política que tenemos con los jóvenes de Fuerza Popular, tuve la oportunidad de compartir con 44 jóvenes de todo el país, y logramos una interesante dinámica donde hicimos una simulación de un debate a la alcaldía. Surgió la idea de una carretera, la necesidad de un expediente técnico, el proceso de la aprobación final. 

Espacios como este te permiten conocer las problemáticas del país y la priorización que se requiere. Por ejemplo, la anemia es uno de los problemas principales y no veo que se esté atacando o buscando soluciones. Si no solucionamos el problema de la anemia, vamos a condenar a una generación a que muy probablemente tenga algunas deficiencias en el desarrollo cognitivo. 

Existe mucha incertidumbre por parte de los jóvenes porque no quieren pensar y no quieren meterse en el tema de elegir entre tantos partidos, entre tantas ideologías. Evitan eso porque creen que existe conflicto.

La noción general que se tiene de parte de los jóvenes es: la política no está funcionando, entonces no quiero ser parte de ella. Un informe de opinión dice que el 56% de los peruanos tiene poco o nada de interés en la política. Eso último no implica que el interés sea por no participar. Tenemos que hacer esa distinción, que es bien importante. 

Otro punto importante es la información que recibimos, sobre todo los jóvenes que no estamos dentro de los partidos políticos. Para poder elegir a los políticos, ¿qué tipo de información recibimos? 

Estamos plagados de muchas noticias nocivas, deprimentes, que los jóvenes buscamos evitar. Personalmente, ya no veo noticias y para muchos compañeros es normal decir lo mismo. Informarse implica, hoy en día, entre tanto exceso de información, saber encontrar y buscar. 

En el caso de los partidos políticos, lo ideal sería brindar información que tenga mucho más valor, con sentido de pertenencia. De lo contrario, nos llenamos de noticias que nos decepcionan mucho. Es muy importante hacer la distinción y mejorar esa noción que nosotros tenemos respecto de la política.