Así lucen sus laureles: Julio Gutiérrez Pebe, Guido Aguila y, arriba a la derecha, el presidente del CNM, Orlando Velásquez. (Ilustración: Giovanni Tazza/El Comercio)
Así lucen sus laureles: Julio Gutiérrez Pebe, Guido Aguila y, arriba a la derecha, el presidente del CNM, Orlando Velásquez. (Ilustración: Giovanni Tazza/El Comercio)
Fernando Vivas

No era ‘chuponeo’ ilícito, eran escuchas legales ordenadas por el juez Cerapio Roque y pedidas por la fiscal Rocío Sánchez. Siguiendo la cháchara de unos cacos chalacos, ¡zas!, apareció un contacto de estos, el juez Walter Ríos, nada menos que cabeza del PJ provincial. Y oímos que Walter ‘estamos para apoyarnos’ Ríos le cuenta a su asesor Gianfranco Paredes que, con un adelanto de ‘10 verdecitos’, podría asegurar una plaza de fiscal para un amigo. ¿Y cómo haría tal cosa si no es con palancas en el Consejo Nacional de la Magistratura ()? Y aparece otro audio donde el consejero Julio Gutiérrez Pebe le cuenta a Ríos cómo se ‘bajó’ a una candidata para darle el puesto a otro.

Así llegamos por la tangente al CNM y quedamos atontados al confirmar que un ente entero está podrido desde la raíz. Desde la mismísima elección de los consejeros que a su vez eligen a los jueces y fiscales del Perú, las cosas van mal: la mayoría de ellos (cinco de siete) representa a colegios profesionales (tres) y a facultades de Derecho. Opcionalmente, de acuerdo a ley, puede haber dos consejeros más, representantes de entes laborales y empresariales.

Resulta, pues, que controlando las elecciones en estas tres esferas –colegios, facultades, entes laborales y empresariales– se tiene la conducción plena del CNM. Los otros dos cargos son para un juez y un fiscal que poco deciden. En los primeros años del ente, hubo votaciones directas de colegiados y profesores universitarios. Con el tiempo, las elecciones se volvieron indirectas y así sentaron las bases para elegir el perfil de un Iván Noguera ‘Dr. Rock’ o un Gutiérrez Pebe ya pillado en audio de contenido delictivo o un Guido Aguila, a quien no le quedó otra que renunciar al consejo tras la aparición de un audio en el que un empresario le pide una ‘empujadita’ para un amigo.

La presencia de la sociedad civil en los entes públicos, representada por sus académicos y profesionales, es hoy un ideal de la izquierda cívica apodada caviar. Pero no fue la izquierda la que concibió el CNM. Aunque no lo crean, fue el oficialismo fujimorista en el Congreso Constituyente Democrático (CCD) que creó la Constitución de 1993. ¿Cómo así?

—Invento naranja—
Lourdes Flores fue miembro de la Comisión de Constitución que en 1993 redactó los artículos del 150 al 155 en los que se establece la esencia y estructura del CNM. Ella recuerda que el difunto Carlos Torres y Torres Lara, padre del actual congresista Miguel Torres, presidió la comisión e impulsó la idea del consejo. “Era la época en que el fujimorismo tenía un discurso de desconfianza ante los políticos tradicionales y, además, se decía que los abogados estábamos en todos los poderes y decisiones. Entonces, le dimos cabida a esa idea”. Lourdes concluye que, a juzgar por lo que se ha convertido hoy el CNM “fue un error”.

Ciertamente, antes del 93, el Poder Ejecutivo y el Congreso tenían injerencia directa en el nombramiento de jueces y fiscales supremos. Durante la década del 70, bajo la dictadura militar, hubo, incluso, un Consejo Nacional de Justicia, que concentró aún más ese poder. Fuera de ello, flotaba la sospecha, en parte leyenda, en parte confirmada con nombres y hechos concretos, de que el Apra forjaba cuadros para colocarlos en la administración de justicia y tener una suerte de control político difuso en casos trascendentes.

Frente a todo esto, la idea de un consejo en el que estuviera representada la ciudadanía a través de sus profesionales era música para oídos reformistas. Sin embargo, con el paso de los quinquenios, el aporte de la sociedad civil al CNM se convirtió en algo monstruoso.

—Feria de vanidades—
Todos estos personajes se han sentido tan a sus anchas en el consejo y en las facultades universitarias que les hacen eco, que tienen por costumbre premiarse, homenajearse, publicarse libros y agenciarse nombramientos de honoris causa. El propio portal del CNM ha difundido algunas de estas joyas de la pompa y la frescura.

Noguera, el ‘Dr. Rock’, es ‘honoris causa múltiple’ de la Universidad María Auxiliadora y PhD en Ciencias Políticas de la Atlantic International University, una oscura escuela online con sede en Honolulú que no tiene ni asiento en Wikipedia.

Sin embargo, el horror de honores se lo lleva Gutiérrez Pebe con esta reseña en el portal del CNM: “La Orden Premio Unión Nacional del Perú le otorgó tal distinción al doctor Gutiérrez Pebe en mérito a su brillante contribución a la paz mundial, al desarrollo, a la lucha contra la pobreza y a la paz de la nación”. Cinismo cum laude.

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