Es grave la imputación de terrorismo contra un congresista electo del próximo Congreso. Se trata del señor Guillermo Bermejo, candidato más votado del partido del lápiz sometido a juicio a dos meses de juramentar en el cargo.
Es grave la revelación de audios que confirmarían un ánimo totalitario del señor Bermejo. En ellos califica aquello que propicia la buena fe hacia su partido como pelotudeces democráticas.
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En otros registros propios, sus posteos en Facebook, el señor Bermejo registra una interesante contradicción existencial. Es un anti sistema que gusta de no pocos placeres materiales del capitalismo. Esto no es pecado ni delito, solo una señal de como el desorden estructural de su partido es un tema internalizado psicológicamente.
Pero lo que sí es gravísimo y amerita la urgente consideración de la opinión pública, es lo siguiente: el señor Guillermo Bermejo, congresista electo de la izquierda radical, es fanático de Ricardo Arjona.
Un post del Facebook de su señora esposa del 21 de abril de 2018 a las 8:21 pm, consigna que ese día el señor Bermejo y cónyuge acudieron al concierto del cantautor guatemalteco en las instalaciones del Jockey Plaza, bastión burgués. Fue en circunstancias en que el referido artista centro americano presentara su producción Circo Soledad, enésima reiteración de las rimas absurdas y contenido disparatado del músico que ha logrado hacer de la deficiencia auditiva un alivio.
Al señor Bermejo se le acusa de haber estado en el año 2009 en campamentos de Sendero Luminoso en el VRAEM. Es inexplicable como un luchador revolucionario acabó sucumbiendo ante la rima del señor Arjona. Aunque habla a favor de su temeridad imaginarlo en medio de la selva tarareando que hubiera escrito Neruda, que habría pintado Picasso[1] retando los fusiles de los Quispe Palomino.
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Sobre Ricardo Arjona queda poco qué decir. Las palabras no llegan a ese lugar donde el buen gusto muere y el guatemalteco reina. Para citar al propio músico, sería como encontrarle una pestaña a lo que nunca tuvo ojos[2]. Los seguidores de Arjona son fanáticos y no atienden razones, un primer punto en común con el pensamiento radical.
Acaso esta esquizofrenia donde conviven juntas y revueltas revolución y buen vivir, dogma castrista y arjonismo, haya sido gatillada también musicalmente. Una de las canciones más políticas e idiotas del susodicho se intitula Si el Norte fuera el Sur. Es la típica digestión arjioniana de auto ayuda, pastillas para la moral y lectura diagonal de Paulo Coelho, fraguadas bajo el correccionismo político más previsible. Dice así:
El norte, sus McDonald’s, basketball, y rock and roll/Sus topless, sus Madonnas y el abdomen de Stallone/ Intelectuales del bronceado, eruditos de supermercado/Tienen todo, pero nada lo han pagado
Esa canción transpira rechazo al capitalismo a través de caprichosos símbolos, pero al mismo tiempo encierra una admiración culposa por los mismos. Es la conjunción de opuestos que suele dar como fruto la desazón que nunca se cura, el resentimiento.
Los políticos suelen disfrazar sus rencores con fines electorales. Su mentor musical en su hit Dime que no establece la contradicción como credo, regalándole al señor Bermejo un neologismo estratégico:
- Lánzame un si camuflajeado.
Su partido, su candidatura, su doble discurso, son un claro ejemplo del camuflajeo político.
Una manera de decodificarlo es a través de una herramienta del razonamiento, la analogía: Bermejo es a la democracia lo que Arjona es a la poesía.
[1] ¨Mujeres¨, fue escrita en 1992 en el baño de una disquera.
[2] ¨El problema¨, 2002
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