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El cortometraje peruano que narra el duelo y la muerte en pandemia desde un cementerio en Comas
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Omar Lucas nunca se sintió el protagonista de sus imágenes. “Yo soy solo un intermediario”, dice. Su trabajo siempre buscó dar voz a otros. Pero hubo un momento en que la fotografía ya no le alcanzaba para todo lo que quería contar. “Sentía que lograba comunicar, pero faltaba algo más. El sonido, el movimiento, la atmósfera”, recuerda. Así comenzó su tránsito hacia el cine documental.
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Quienes lo conocemos o hemos trabajado con él sabemos que Omar es un fotógrafo meticuloso. Puede regresar una y otra vez al mismo lugar solo para capturar una luz. “Soy muy riguroso. Si no me convence un plano, espero el tiempo que sea necesario. Esa paciencia es parte de mi manera de trabajar”, confiesa.
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En ese proceso, se dejó guiar por influencias que marcaron su sensibilidad visual: desde el documental político de Patricio Guzmán hasta la mirada contemplativa de Andrei Tarkovski. “No es que busque copiar a nadie, pero sí me inspiran esas formas de mirar: observar con paciencia, dejar que la imagen respire y no apurar el relato”.
DETRÁS DE LA IMAGEN
‘Cuando el cielo vuelva a ser azul’, el cortometraje con el que debutó en el Festival de Cine de Lima y que recibió una mención honrosa, es un proyecto que nació en medio de la pandemia. Omar grabó durante meses en el cementerio Belaúnde de Comas, donde miles de familias se despidieron de sus muertos en condiciones vulnerables. “No quería hacer un corto testimonial. No quería pedirle a nadie que reviviera su dolor. Preferí mostrarlo desde la distancia, con respeto”, explica.
El cortometraje se construye con largas escenas de caminatas, ataúdes cargados a hombros, palas que golpean la tierra, humo, neblina y un silencio que dice más que las palabras. “El silencio también habla, a veces con más fuerza que cualquier entrevista”, añade.

El resultado es un documento conmovedor y necesario: la memoria visual de un país que enterró a sus muertos en soledad. “La pandemia me afectó muchísimo. Hubo un tiempo en que no podía ni mirar la cámara. Pero sentía que estas imágenes no podían quedarse guardadas. El cine me permitió darles otra vida”, confiesa Omar.
Por lo pronto, la idea es que esta pieza audiovisual viaje a otros festivales internacionales, para luego proyectarse en salas, centros culturales o espacios alternativos. “El corto tiene que viajar, porque lo que pasó con el Perú durante la pandemia también dialoga con la memoria de otros países. Es una historia local, pero con una dimensión universal”, comenta.
UN ESPACIO PARA MIRAR
Además de su faceta como fotógrafo y cineasta, Omar Lucas dirige RUIDO, un centro cultural en Lima que se ha convertido en punto de encuentro para quienes piensan la imagen como herramienta de memoria y resistencia. “No quería un lugar solo para mostrar mi trabajo, sino un espacio colectivo, donde otros pudieran intercambiar ideas y aprender”, cuenta.

En RUIDO se han realizado exposiciones fotográficas, ciclos de cine independiente, talleres y conversatorios que reúnen a artistas reconocidos y jóvenes en formación. También funciona como laboratorio creativo para sus propios proyectos, y como plataforma para voces emergentes que buscan un espacio fuera de los circuitos comerciales. “La pandemia obligó a repensar actividades, pero también reforzó la idea de que la cultura es necesaria incluso en los momentos más oscuros”, concluye Omar. Ese es su principal impulso: dar visibilidad a esas historias que suelen perderse en el olvido.//
“Cuando el cielo vuelva a ser azul” es el primer cortometraje de Omar Lucas, rodado en 2020 en el cementerio Belaúnde de Comas, uno de los más golpeados por la pandemia. Con una duración de 25 minutos, la obra apuesta por planos largos, silencios y sonido ambiente como recursos narrativos. Su proyección en salas de cine y centros culturales está prevista para el próximo año.

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