Un niño en la juguetería. Antenor Guerra-García abre la puerta de caoba de dos metros cuyo misterio se resuelve solo al ingresar. Alguien quita el pestillo, se prenda la luz roja de la cámara de seguridad y la puerta rechina como si adentro fuera el castillo de Drácula de las películas. El maravilloso olor a papel y barniz despeja, sin embargo, la duda: es la Hemeroteca de El Comercio, el archivo empastado de todas las ediciones publicadas por el diario, desde el 4 de mayo de 1839. Antenor Guerra-García conocía este lugar de sus tiempos de reportero fundador de Deporte Total, pero esta mañana, finales del 2017, es distinta: luego de cinco años de trabajo, Guerra-García publica el libro gráfico más fantástico que se ha editado sobre el fútbol nacional. Se llama, sin escalas, El fútbol peruano: protagonistas de su historia, y es una semilla del que hoy, cuatro años después, acaba de colocar en librerías.
“Mi padre —dice horas previas a la Navidad— es el gran responsable de que me interese tanto la historia del fútbol en el país. De hecho, el prólogo es para él”. El nuevo libro del periodista y comunicador Antenor Guerra-García se llama Equipos que fueron, una obra que rescata las historias de 78 clubes peruanos que desaparecieron misteriosamente del campeonato local.
Y que gracias a Guerra García, ahora tienen una segunda vida.
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—¿Cómo nació la idea del libro, tu cuarto rescate del pasado del fútbol peruano?
—Tú sabes que yo soy muy futbolero, es una pasión para mí, pero además, tengo la suerte de tener un archivo hemerográfico vasto, y los recuerdos de mi padre y su afición por la historia de los clubes peruanos. Fue una consecuencia natural, luego de los libros anteriores (El fútbol peruano: protagonistas de su historia, Seleccionario y Fútbol Macho). He viajado mucho por el interior del país, por mi trabajo, y allí encontré otras muchas historias.
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—¿La portada es un homenaje?
—Sí, es verdad. Fue un trabajo de artesanía familiar.
Lo que Antenor quiere decir está vinculado a la portada de Equipos que fueron, este nuevo libro: su familia entera lo acompañó a una casa de deportes donde mandó a fabricar una selección de 12 camisetas míticas del fútbol local, luego corrieron al frontis de la tribuna norte Estadio Nacional, hicieron un tendal y las fotografiaron. “Salen allí, Círcolo, Ciclista Lima, Defensor Lima, KDT del Callao, Atlético Chalaco, Mariscal Sucre, Octavio Espinoza, Estudiante de Medicina, San Agustín, Centro Iqueño, Defensor Arica y Porvenir Miraflores”. Uno de sus hijos tensó la cuerda, su esposa Marianne colgó las camisetas y listo.
—¿Qué es lo más curioso/misterioso que encontraste en la investigación previa a la escritura del libro?
—El factor mecenazgo es muy importante de contar y así entender lo que pasó con algunos clubes. El famoso Mariscal Sucre, de Carlos Cárdenas, por ejemplo, que tenía una fundición en Chacra Colorada, tiene una historia increíble. Él les pagaba de lo que ganaba de su fundición, él solventaba todo. Me contaba un arquero, Dorian Talavera, que el día en que fue a firmar su contrato, vio que en ese instante salía de la oficina un jugador de apellido Custodio, que se iba molesto, molestísimo... llevándose un grifo de agua de esos de color rojo de las esquinas de algunas calles, que usaban los bomberos. Se lo llevaba al hombro a cambio de pago, porque no le había dinero. “¿Dónde me he metido?”, se dijo Tavalera. Ese era el nivel de informalidad de entonces.
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—¿Era el único mecenas?
—No. Es una constante en los años 70. El Carlos Concha, por ejemplo, era de don José Ferreti. Centro Iqueño también tenía su mecenas, los Picasso. La familia Nicolini tenía el Defensor Arica, por ejemplo. Porvenir Miraflores, tenía a Enrique Saravia. Y el Defensor Lima, a Luis Banchero Rossi. Por el boom pesquero de los 70 en el Perú nacen equipos vinculados al la pesca; además del Defensor Lima, nació el José Gálvez de Chimbote, que era de Isaac Fulop, que se trajo a Rubén Techera, a César Cueto y formó un equipazo. Para Fulop era una cuestión de honor ganarle a Banchero Rossi por los negocios de la pesca. “Si les ganamos a Defensor —decía— les pago cien soles de premio”. Y él mismo entraba al vestuario si era triunfo. Entonces, la relación mecenas-club es muy importante en nuestra historia. Quiebra el mecenas, muere el club.
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Ese es el nuevo libro de Antenor Guerra García. Un obra que mezcla habilidades de arqueología, historia, espeleología. Trescientos siete páginas de memorabilia del fútbol peruano que se resiste a quedar en el archivo. Hubo un día en que un millonario abrió la billetera y compró a seis futbolistas titulares de Universitario de Deportes. Rubén Correa, Pedro Gonzales, José Fernández, Nicolás Fuentes, Enrique Casaretto y Roberto Chale. Pago varios millones de soles por los seis —los archivos cuentan que al menos cinco—. Con ese dinero, la ‘U’ compró parte del terreno de lo que hoy es Campo Mar. Era del Defensor Lima de Luis Banchero Rossi y una de las 78 historias que se pueden encontrar en este libro que, más que leer, se debe memorizar.
EL DATO:
Equipos que fueron, el nuevo libro del periodista Antenor Guerra-García, se puede encontrar en El Virrey de Miraflores y al teléfono 975 562 582.
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