La nueva tecnología rusa en el frente: cascos con antenas para combatir drones, ¿cómo funcionan?

El ejército ruso está probando un nuevo sistema portátil que permite a sus soldados bloquear drones enemigos directamente desde el campo de batalla. Se trata de una tecnología de guerra electrónica que se lleva en el cuerpo y utiliza antenas montadas sobre el casco para detectar drones y bloquear su señal de video, según narran en Forbes.

El sistema fue mostrado en un video publicado en redes sociales y destaca por su diseño compacto: incluye un módulo con dos antenas, una pantalla adherida al brazo del soldado y una batería. Detecta la señal del dron, muestra su transmisión en tiempo real y permite interrumpirla para dejar “ciego” al operador enemigo.

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A diferencia de los bloqueadores tradicionales que interfieren señales de control o navegación, este dispositivo apunta directamente a la transmisión de video, lo que requiere una mayor precisión técnica. Según los desarrolladores, el sistema identifica la frecuencia exacta del dron y aplica un bloqueo focalizado, sin afectar otras comunicaciones cercanas.

Esta estrategia busca evitar que se activen los sistemas de seguridad de los drones ucranianos, que en muchos casos responden automáticamente ante la pérdida de control. Al cortar solo la señal de video, el dron sigue volando, pero el operador pierde visión, lo que genera confusión sin alertar al sistema.

El auge de los drones en la guerra ha transformado el frente en un terreno donde cualquier movimiento puede ser detectado y atacado. Tanto Ucrania como Rusia están desarrollando soluciones para proteger a sus tropas, y este tipo de tecnología portátil marca un cambio frente a los grandes sistemas montados en vehículos.

Sin embargo, el dispositivo ruso tiene limitaciones. No funciona contra drones con transmisión por cable de fibra óptica y necesitará constantes actualizaciones conforme Ucrania mejore la seguridad de sus enlaces de video.

De ser efectivo en el campo, este sistema podría dar ventaja a las fuerzas rusas en zonas urbanas clave como Chasiv Yar o Kupiansk, donde el uso de drones ha dificultado cualquier avance militar significativo.