Hace unos días se propagó por internet la noticia de que WhatsApp podía bloquear la cuenta de un usuario en el caso de que este utilicen ciertas palabras prohibidas como “pornografía”, “pedofilia” o términos derivados. También se corrió el rumor de que una cuenta podría ser cancelada si se utilizan palabras amenazantes, difamatorias, obscenas, intimidantes y que inciten al odio.
En un mundo ideal quizás sería bueno que el bloqueo fuese real, pero la verdad es que tales afirmaciones no tienen ningún sustento. De hecho, no es algo malo que la aplicación de mensajería más popular del mundo no cancele una cuenta por más que se utilicen esas palabras, y la razón es muy sencilla: la protección de nuestros datos.
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Cifrado de extremo a extremo
“Ni WhatsApp ni Meta ven el contenido de las conversaciones de sus usuarios. Entonces, si tú en una conversación utilizas estas supuestas palabras, no hay modo de que nosotros lo sepamos”, comenta a El Comercio Paloma Szerman, gerenta de Políticas Públicas para América Latina en WhatsApp.
La ejecutiva es muy enfática en aclarar que la app de mensajería no tiene acceso al contenido que envían sus usuarios, ni a los mensajes ni a los audios o fotos, tampoco a las historias ni a las llamadas de audio o video. Toda la información que se envía está protegida por el cifrado de extremo a extremo, ya sea en chats individuales o grupales. ¿Pero qué quiere decir esto?
El cifrado de extremo a extremo es un sistema en el cual solo los usuarios que se comunican pueden leer los mensajes que envían. De esta manera, se garantiza que cuando el emisor original envíe su mensaje, instantáneamente, este se encripte y solamente pueda ser descifrado nuevamente por el receptor final. Con esto se evita que los espías potenciales, los proveedores de telecomunicaciones, los proveedores de internet e incluso el proveedor del servicio de comunicación puedan acceder a las claves criptográficas necesarias para conocer la conversación.
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“El cifrado, básicamente, es una tecnología que WhatsApp implementa en 2016. Actualmente, somos la aplicación de mensajería privada más utilizada de todo el mundo, de hecho, tenemos más de 2.000 millones de usuarios en más de 180 países que envíen más de 100 millones de mensajes por día. Que todas esas conversaciones estén cifradas de extremo a extremo y no puedan ser accedidas por nadie más que quienes forman parte de esas conversaciones no es algo menor”, explica Szerman.
“Gracias al cifrado, cada vez que yo envío un mensaje, ese mensaje va cerrado con un candado criptográfico especial. Y la única persona que va a tener la llave para abrir ese candado criptográfico es el receptor. Y si es en un grupo, es lo mismo. Yo envío ese mensaje a un grupo y ese mensaje va cerrado con un candado criptográfico especial, y los únicos que tienen la llave para abrirlo son quienes forman parte de él. El hecho de que solamente las personas que forman parte esa conversación pueden acceder al contenido significa que esto excluye también a Meta y WhatsApp”, agrega.
Toda esta seguridad queda demostrada cuando cambiamos de celular, pero no sincronizamos la copia de seguridad de WhatsApp. En tal caso, al abrir nuestra cuenta – incluso si lo hacemos con el mismo número– no vamos a tener el contenido de las conversaciones previas, por más que sí tengamos los contactos y los grupos en los que nos encontramos. Eso es así justamente porque el cifrado de extremo a extremo previene que WhatsApp tenga el acceso a nuestra información, por lo tanto, las conversaciones se almacenan en los mismos dispositivos o en la copia de seguridad en la nube, que –a fin y al cabo– es de los usuarios.
En ese sentido, sería imposible para WhatsApp conocer si una persona está utilizando alguna de las supuestas palabras prohibidas que mencionamos líneas más arriba, por ende, tampoco podrían bloquearnos solo por escribir algo.
¿Cuándo WhatsApp sí toma acción?
Ahora bien, eso no significa que WhatsApp deje de perseguir las conductas inapropiadas o delictivas, ya que en sus políticas sí especifica claramente que debemos hacer uso de la aplicación de forma responsable, respetuosa y siguiendo los términos de uso:
“Nuestras Condiciones del servicio prohíben, entre otras acciones, la publicación de material falso y el comportamiento ilegal, amenazante, intimidatorio, que incite al odio o que sea ofensivo en términos raciales o étnicos”, especifica la propia WhatsApp en su Centro de ayuda.
Y es cierto que la pederastia, amenazas, acoso y otras actitudes ilegales quedan estrictamente prohibidas (y son denunciables), pero no existe manera automática de que WhatsApp detecte los temas que se departen en los chats.
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Claro que un usuario siempre puede reportar una cuenta si es que tiene alguna sospecha o evidencia. En aquel caso -y dependiendo del número de reportes- WhatsApp sí podría tomar cartas en el asunto, pero nunca podrá acceder a las conversaciones.
“WhatsApp colabora con las autoridades judiciales en investigaciones y en procesos utilizando información que tienen los metadatos –o lo que nosotros llamamos la superficie no cifrada–, que puede ser el nombre de perfil de una persona o de un grupo, la descripción que tiene una persona o un grupo, incluso la foto de perfil que tenga cada uno de ellos. También hay otra serie de metadatos que se utilizan para colaborar con fuerzas de seguridad, por ejemplo, la fecha en la que una cuenta de WhatsApp fue creada, la última vez que una cuenta de WhatsApp fue utilizada o el correo que se ingresó para activar la verificación en dos pasos. Este tipo de información ha sido muy útil para las fuerzas de seguridad y autoridades judiciales, inclusive, para llevar a cabo arrestos”, señala Paloma Szerman a este Diario.
“Si existiera un grupo que en su nombre tenga algo que da a pensar que hay explotación infantil –por dar un ejemplo de algo muy feo, aunque sucede–, sobre la base de esa información no cifrada, si ese grupo, por ejemplo, es reportado por usuarios, WhatsApp puede hacer cruzamiento con grupos de Facebook que tenga el mismo nombre y que también comparta imágenes de explotación infantil. Ahí, por supuesto, WhatsApp toma acción. Sin embargo, que quede claro que no hacemos lo que se llama ‘client side scanning’ o escaneo del lado del cliente; es decir, que se escanee contenido desde el lado del usuario antes de ser compartido en WhatsApp. Y no lo hacemos justamente porque eso debilitaría el cifrado y dejaría expuesto a nuestros usuarios a vulnerabilidades de privacidad y seguridad”, añade la ejecutiva.
Esperamos que esta información te haya servido para entender que WhatsApp no va a bloquearte la cuenta por lo que le escribas a tus amigos. Mientras todo se de en un ambiente de confianza y respeto, no tendrías por qué tener ningún problema.