Filipinas reportó el domingo la primera muerte por coronavirus un nuevo virus fuera de China, donde las autoridades aplazaron la apertura de las escuelas en la provincia más afectada y estrecharon las medidas de cuarentena en una ciudad para permitir que solo un miembro de cada familia saliera a buscar presupuestos.
Un hombre chino de Wuhan fue ingresado el 25 de enero en un hospital con fiebre, tos y dolor de garganta, según el Departamento Filipino de Salud. Desarrolló una grave neumonía antes de fallecer. La acompañante del hombre, de 38 años y también procedente de Wuhan, dio positivo en el virus y seguía aislada en un hospital de Manila.
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El presidente, Rodrigo Duterte, aprobó un veto temporal a todos los viajeros no filipinos llegados de China y sus territorios semiautónomos. Estados Unidos, Japón, Singapur y Australia impusieron restricciones similares pese a las críticas de China y a una opinión de la Organización Mundial de la Salud, que consideró que perjudicaban de forma innecesaria el comercio y los viajes internacionales.
Por su parte, seis funcionarios de la ciudad de Huanggang, vecina a la de Wuhan -epicentro del nuevo virus- en la provincia de Hubei, fueron despedidos por su “deficiente desempeño” en el manejo del brote, según la Agencia oficial de Noticias Xinhua.
El alcalde dijo que “la capacidad para atender a los pacientes sigue siendo inadecuada y hay una severa escasez de suministros médicos como trajes protectores y mascarillas médicas” en la ciudad, de acuerdo con el despacho de Xinhua.
Las estadísticas de la Comisión Nacional de Salud de China muestran un incremento de 45 en la cifra de fallecimientos y de 2.590 en la de infectados para un total de 14.380 casos, muy por arriba del número de personas infectadas en el brote de 2002-2003 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS por sus siglas en inglés) que inició en China antes de propagarse a nivel mundial.
El núcleo manufacturero de Wenzhou, en la provincia costera de Zhejiang, también confinó a la gente a sus casas y permitió solo que un miembro de cada familia saliera uno de cada dos días para comprar suministros.
Dado que el brote no ha dado señales de disminuir, las autoridades de Hubei y otras regiones han extendido el periodo de asueto por el año nuevo lunar, que estaba programado por terminar esta semana, hasta mediados de febrero. Se cree que la aglomeración anual de millones de viajeros que regresan de sus lugares de origen a las ciudades represente una mayor amenaza de infecciones secundarias en un momento en que las autoridades están exhortando a la población a evitar los espacios públicos abarrotados.
Todas las escuelas de Hubei pospondrán el inicio del nuevo semestre de clases hasta nuevo aviso y los estudiantes de otras partes que visitaron la provincia tampoco acudirán a clases.
En Wenzhou se aplazó la apertura de oficinas gubernamentales hasta el 9 de febrero, los negocios privados hasta el 17 de febrero y las escuelas hasta el 1 de marzo.
Con una población de aproximadamente 10 millones de personas, Wenzhou ha reportado 241 casos confirmados del virus, lo que representa uno de los niveles más altos fuera de Hubei. Medidas similares han sido anunciadas en las provincias y ciudades de Heilongjiang, Shandong, Guizhou, Hebei y Hunan, mientras que las agencias de las metrópolis de Shanghái y Beijing se encuentran en cierre indefinido dependiendo de los acontecimientos.
A pesar de haber impuesto severas restricciones de viaje a nivel nacional, China ha expresado su malestar por las medidas adoptadas en otros países y criticó la orden emitida por Washington de prohibir el ingreso a Estados Unidos a la mayoría de los viajeros no estadounidenses que haya visitado China en las últimas dos semanas. Además de manchar la reputación de China en el extranjero, tales medidas podrían empeorar una economía nacional que de antemano crece a su índice más bajo en décadas.
Se trata de una nueva crisis para el presidente chino Xi Jinping, después de los meses de protestas antigubernamentales en la ciudad china semiautónoma de Hong Kong, la reelección del presidente separatista de Taiwán y las críticas por las violaciones a los derechos humanos en Xinjiang, un territorio noroccidental tradicionalmente musulmán. En lo económico, Xi enfrenta un crecimiento drásticamente lento a nivel nacional mientras que la guerra de aranceles con Estados Unidos sigue sin resolverse en su mayoría.
Por su parte, Nueva Zelanda anunció el domingo la prohibición temporal de personas provenientes de China para proteger a la región sur del Pacífico del virus. La veda de 14 días aplica a los extranjeros que salen de China pero no a los residentes de Nueva Zelanda. El gobierno neozelandés también elevó al máximo su alerta de viajes al país asiático recomendando no visitarlo.
Qatar Airways se sumó al creciente número de aerolíneas que suspendieron sus vuelos a la China continental. La operadora con sede en Doha dijo que en su sitio web que los vuelos se detendrían el domingo.
Indonesia y Omán también cancelaron los vuelos a China, al igual que la aerolínea nacional saudí, Saudia.
Diez estudiantes saudíes fueron evacuados de Wuhan en un vuelo especial autorizado por el rey Salman, según la televisora estatal saudí.
Corea del Sur e India evacuaron durante el fin de semana a centenares de sus ciudadanos en Wuhan, la ciudad ubicada en el centro de una zona con unos 50 millones de habitantes a los que no se permite marcharse, una medida drástica para impedir la propagación del virus. Las personas evacuadas fueron puestas en una cuarentena de dos semanas. Indonesia también envió un avión.
Corea del Sur reportó tres nuevos casos el domingo, hasta sumar 15. India informó de un segundo caso en el estado sureño de Kerala.
El gobierno surcoreano prohibió la entrada de extranjeros que hubieran pasado por la provincia de Hubei en los 14 días anteriores a intentar entrar en el país.
Vietnam reportó su séptimo caso, un vietnamita-estadounidense que hizo una escala de dos horas en Wuhan en su viaje desde Estados Unidos a la Ciudad Ho Chi Minh.
Debido a la veloz propagación del virus en dos meses, la Organización Mundial de la Salud declaró el jueves una emergencia global.
Esa declaración “activó el interruptor” de una actitud de cautela a recomendar a los gobiernos prepararse ante una posible propagación del virus, dijo el representante de la OMS en Beijing, Gauden Galea. La mayoría de los casos reportados a la fecha corresponde a personas que visitaron China o a miembros de sus familias.
Agencia AP
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