La inteligencia artificial ha revolucionado numerosos aspectos de nuestras vidas, desde la automatización de tareas hasta la creación de contenido. Sin embargo, un nuevo estudio ha planteado una pregunta intrigante: ¿puede la IA ser graciosa?
Desde su llegada, la IA ha demostrado una gran capacidad para realizar tareas complejas, lo que ha generado temor sobre su impacto en el empleo. Sin embargo, a pesar de sus avances, la IA aún enfrenta limitaciones significativas, especialmente en el ámbito del humor.
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Así lo demuestra un estudio publicado por el New York Times, que revela una profesión que la IA no podrá reemplazar: la comedia. El estudio fue realizado por Piotr Mirowski, un cómico y científico, quien comparó el ingenio de varios comediantes con el de modelos de lenguaje de IA. El objetivo era evaluar quién tenía un humor más agudo y efectivo en la creación de nuevos números cómicos.
Lo que se descubrió fue revelador: la inteligencia artificial, a pesar de sus capacidades para realizar tareas complejas y creativas en otros campos, mostró ser incapaz de generar el mismo nivel de humor ingenioso y fresco que los comediantes humanos.
Según el New York Times, los intentos de la IA por crear material humorístico resultaron en bromas anticuadas y poco ocurrentes, más propias de décadas pasadas que del humor contemporáneo.
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