Si sospechas que tu engreído está obeso, lo mejor es que, como dueño responsable, lo lleves inmediatamente al veterinario para que puedan evaluar su estado de salud, y bridarte recomendaciones específicas para tratar la obesidad.
Y es que la obesidad en gatos no es un juego, ya que puede originar diabetes, lipidosis hepática, alteraciones ortopédicas, alteraciones urinarias y hasta alteraciones dermatológicas, que podrían generar malestar en tu mascota.
“Además, agrava otras patologías, como la artrosis o los problemas cardíacos o respiratorios, y complica el manejo anestésico y, en general, cualquier procedimiento clínico. En conjunto, reduce su esperanza de vida”, explica la clínica veterinaria Mivet.
Obesidad en gatos: causas
Seguro te estás preguntando, ¿por qué mi gato ha ganado tanto peso? Si bien una mala alimentación es una de las principales causas de la obesidad en gatos, la falta de ejercicio, así como la predisposición genética, la edad y la castración, también pueden dar origen a esta enfermedad.
Incluso, algunas enfermedades también pueden ocasionar obesidad en gatos, así como la ingesta de medicamentos específicos.
Lo bueno es que la obesidad en gatos tiene solución, pero es importante atravesar esta enfermedad de la mano de un profesional. “Para conseguir una pérdida adecuada y controlada de peso es imprescindible acudir al veterinario”, recalca Mivet.
En paralelo a esto, hay que tener en cuenta que aumentar la actividad del gato favorece la pérdida de calorías. En ese sentido, lanzarle pelotas o motivarlo a capturar objetos, puede ser beneficioso para su salud.
En relación a la dieta, es importante recalcar que esta debe ser baja en grasas y alta en fibra; y reducir la cantidad de premios (es decir, snacks) que se le brinda al gato.
Finalmente y no menos importante, hay que brindarle un ambiente adecuado, “en donde el gato pueda desplegar su comportamiento natural, como trepar o escalar”, ya que esto lo mantiene activo y, a la vez, entretenido.
Cuidado integral
Para Olga Martiniere, fundadora de Mish, uno de los aspectos más difíciles de esterilizar un gato es lidiar con la obesidad, ya que la esterilización los hace propensos a la gordura. “Si a esto le sumamos que ya no realizan mayor actividad física, tenemos la combinación perfecta para que pronto sean obesos”, explica.
Por eso, a los gatos que han sido rescatados por Mish, sólo se les brinda alimento especial para gatos esterilizados, ya que esto contribuye a que no engorden de más, cuida su tracto urinario, y previene otras enfermedades.
“Como método de control, también tenemos la asesoría nutricional de un médico veterinario que, en base a la comida que usamos, nos ha señalado la cantidad adecuada en gramos. Esta medida se ajusta cada dos meses, de acuerdo a la revisión que se les hace a los gatos”, cuenta Martiniere.
“Aunque es difícil controlar cuánto come cada gato, repartimos el alimento siempre en un rango medio dentro de las medidas otorgadas por el nutricionista. En la actualidad, solo tenemos dos gatitos con leve sobrepeso, los cuales están siendo controlados de cerca por la doctora del staff”, agrega.
Para leer más artículos acerca de tenencia responsable de mascotas, ingresa a Consultorio WUF. Si quieres apadrinar una mascota esta Navidad, ¡conoce los planes de ayuda de Club WUF y súmate hoy!