Cuando debemos hacernos un chequeo de rutina para saber cómo nos encontramos de salud, es fundamental tener en claro que existen estudios generales donde la extracción de sangre, las muestras de orina y las radiografías son básicas para dar una mirada general. Además, la conversación que se tenga con el médico permitirá que el especialista pueda tomar nota sobre nuestra sintomatología, en caso existiera. Gracias a ello, luego de leer los análisis, el experto encargado puede optar por pedir algunas pruebas adicionales, según la historia clínica, donde los antecedentes personales son de vital importancia.
En los antecedentes personales, por ejemplo, se hace referencia a la existencia de episodios antiguos de enfermedades o accidentes que hayamos sufrido a lo largo de nuestras vidas previo a la fecha de la historia clínica. Del mismo modo, es importante la data sobre las patologías que han sufrido nuestros familiares para descartar cualquier herencia genética que podría -o no- activarse con el transcurso del tiempo.
Asimismo, también se evalúa la presencia de alergias a algunos medicamentos. Por ende, es vital mencionar las medicinas que venimos tomando o algún tipo especial de alimentación, sea alta en sodio, baja en calorías o alta en proteínas, por ejemplo. Así, se avanza hacia las pruebas básicas, como el nivel de glucosa, el perfil hepático y de lípidos, el examen de orina completo, el hemograma y la radiografía de pulmones, para luego proceder a exámenes más específicos según nuestros antecedentes.
¿Qué chequeos son fundamentales para nuestra salud?
El examen de esputo, por ejemplo, nos ayuda a determinar la calidad de la secreción salival, además de la posibilidad de que las secreciones bronquiales eliminadas en conjunto tengan alguna bacteria capaz de causar inflamación, dificultad respiratoria, fiebre, tos u otras manifestaciones clínicas.
Por otro lado, las endoscopías digestivas ayudan a determinar la calidad del epitelio gástrico, el cual muchas veces se inflama produciendo gastritis, afección que causa dolor tipo ardor proyectado en la zona abdominal alta, justo por debajo del esternón. De la misma manera, la colonoscopía sirve para poder detectar cualquier alteración en el epitelio del colon, por ejemplo, en pacientes con estreñimiento crónico, diverticulosis, pólipos, entre otros.
Hoy por hoy, las imágenes son vitales en el campo de la traumatología, pues nos ayudan a definir la técnica quirúrgica en pacientes que hayan sufrido alguna fractura o que, quizás, tengan dolor en huesos como la tibia o la cadera, donde podrían existir fracturas por estrés. La resonancia magnética nos brinda una resolución más amplia que la ofrecida por los rayos X, pues también nos permite ver las partes blandas del cuerpo humano. Esto es super útil para pacientes con una patología oncológica o en aquellos que deben realizarse un examen de rutina por antecedentes familiares importantes.
En el campo de la ginecología, pruebas como el papanicolau ayudan a determinar la posibilidad de que una mujer pueda o no tener cáncer de cuello uterino, uno de los más frecuentes. De igual manera, la mamografía ayudará a descartar patologías oncológicas en la mama.
La cardiología nos ayuda, a través de la prueba de esfuerzo, a determinar la respuesta del corazón frente al estrés físico. Además, con sus líneas, el electrocardiograma nos narra la buena o defectuosa conducción eléctrica en el corazón.
El espermatograma es vital para poder hacerle seguimiento a la motilidad de los espermas, así como a la ausencia o presencia de una infección en el semen. Por otro lado, la ecografía también es sumamente importante en la obstetricia y el campo de la medicina deportiva.
Así tenemos múltiples exámenes y pruebas que nos ayudan a determinar si tenemos un estado de salud óptimo o no. Si mantenemos ordenados todos nuestros expedientes para hacer nuestros controles anuales, tenemos la posibilidad de aplicar la prevención en su máximo nivel. Incluso, creería que más del 70% de enfermedades se pueden evitar teniendo control y monitoreo de nuestra salud en forma disciplinada.
En ese sentido, es fundamental hacer una reflexión sobre nuestros objetivos a favor de la salud para este 2024. Por ejemplo, pueden plantearse rehabilitar alguna articulación en especial, buscar controlar la presión arterial con ejercicio y reducción de sodio en la dieta, mejorar nuestra calidad de sueño, hacer actividad física cinco veces por semana, mejorar mis controles hormonales, entre otros.
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