Ayrton Senna cumple 60 años. (Foto: AP)
Ayrton Senna cumple 60 años. (Foto: AP)
Eliezer Benedetti

Los motores y las velas se encienden para celebrar el cumpleaños 60 de una leyenda: Ayrton Senna. De esos 60 años, vivió solo 34 pero ello le bastó para dejar un legado enorme en el mundo del automovilismo. Senna, aquel hombre tan religioso que leía un pasaje de la biblia antes de aventurarse en cada Gran Premio de Fórmula 1, no podía hablar de ídolos; sin embargo, se convirtió en uno para muchísimos fanáticos de los motores que hasta el día de hoy lo veneran.

En una rueda de prensa en 1993, en medio de la emoción que significaba correr el histórico Gran Premio de Adelaida, surge una interrogante típica, con cierto sabor curioso, que frecuentemente le hacen a los referentes de cada deporte. ¿Cuál fue el piloto con quién más satisfactorio te sentiste al competir? “Fullerton… Terry Fullerton…”, respondió Senna sin dudarlo un segundo.

La mayoría de los presentes quedó estupefacta. No era la respuesta que esperaban. Los periodistas cotejaban los nombres de Alain Prost, Nigel Mansell o cualquier otro de la Fórmula 1 de entonces, pero resultó ser un tal Fullerton, un hombre totalmente desconocido para ellos. Y la duda aquel momento era obvia: ¿Quién rayos es Terry Fullerton?

Entonces, hubo muchas piezas por unir para responder a ese pregunta. Como muchos pilotos, para emprender su aventura en los monoplazas, primero pasan por el karting. Así fue con Ayrton Senna. A sus 4 años se subió a su primer kart y lo usó cual juguete de infancia. Sin embargo, lo que empezó como un juego terminó por forjar los caminos de una leyenda inigualable.

En ese camino Senna coincidió con aquel Terry Fullerton, que tan desconocido no era. El piloto nacido en Londres también escribió su propia historia desde muy pequeño en el karting, convirtiéndose en el primer británico en conquistar el Campeonato Mundial FIA CIK. Ya con 25 años y Senna con 17, ambos fueron equipo en 1978 corriendo para la escuadra DAP.

“Estábamos preparando el equipo para ir a una prueba para el Campeonato del Mundo. Él no era más que un chico joven, bastante delgado, un niño casi. Se notaba que había una intensidad en él. Fuimos la prueba en un lugar llamado Parma, en Italia, que estaba a unas 50 millas de la fábrica de DAP. Él era muy rápido desde el primer día. Así que de inmediato nos dimos cuenta de que teníamos un conductor dotado”, contó Fullerton en una entrevista con Motorsport.com.

Ayrton Senna y Terry Fullerton compitiendo en el Campeonato Mundial de Estoril 1979. (Foto: web oficial de Terry Fullerton)
Ayrton Senna y Terry Fullerton compitiendo en el Campeonato Mundial de Estoril 1979. (Foto: web oficial de Terry Fullerton)

Es así que nació una nueva amistad, pero también una nueva rivalidad. Al comienzo todo parecía color de rosas en su relación; sin embargo, dos soles no puede brillar en un mismo cielo. Por ello, la tensión creció entre ambos, pese a ser compañeros de equipo. Para seguir creciendo, había que competir y eso lo tenía muy claro Senna.

“Durante el primer año y la mayor parte del segundo año fue una relación amistosa. Pero luego se convirtió en un poco más intensa. Se volvió en un poco más distante, menos amable, menos amistosa. Me vio como un competidor más, en alguien que estaba bastante desesperado en superar y que estaba luchando para hacerlo. El trato entre nosotros se hizo más distante”, explicó a Motorsport.com.

La competitividad aumentó considerablemente entre los dos. Fullerton siempre le puso el camino difícil a Senna y lo llevaba hasta su límite. Por ello, el brasileño siempre vio en Terry a un enemigo por quebrar. Le superó varias veces, aunque algunas maniobras del piloto británico lo sacaban de quicio.

Senna aprendió mucho de esa rivalidad. Le ayudó a superarse a sí mismo y nunca tener límites. A su enorme velocidad sobre el circuito le añadió otras habilidades necesarias, algunos aprendidos de Fullerton, para convertirse en una leyenda de la Fórmula 1.

A pulso ganó sus tres títulos mundiales y no pudo más. Nadie le puso un límite. La vida sí. En la peligrosa y temida curva de Tamburello. Ahí acabó todo para él, pero su nombre sigue trascendiendo todos los tiempos. Ha sido ídolo de Michael Schumacher (siete veces campeón mundial), también es espejo del vigente rey de la F1, Lewis Hamilton (seis coronas), los dos más ganadores en la historia.

Senna aún permanece vivo en muchos corazones, como en el de Terry Fullerton. El británico tiene muy gratos recuerdos con quien es considerado uno de los mejores pilotos de la Fórmula 1. Nunca podrá olvidar la dura rivalidad que mantuvo con el brasileño. Es algo simplemente único.

Un joven fanático de Ayrton Senna deja flores en las puertas de la fábrica de Williams-Renault en Didcot, Gran Bretaña, el 3 de mayo de 1994. (AFP)
Un joven fanático de Ayrton Senna deja flores en las puertas de la fábrica de Williams-Renault en Didcot, Gran Bretaña, el 3 de mayo de 1994. (AFP)

“La Copa de Campeones de Jesolo en 1980 fue la mejor. El adelantamiento que le hice en la última vuelta es todavía un recuerdo imborrable. Después de llegar, pensé que había sido la mejor carrera de mi trayectoria deportiva. En esa ocasión nos jugamos el título, Ayrton defendía la posición, pero no pudo predecir mi maniobra en la última vuelta. Y su reacción no fue para nada de resignación, no lograba aceptar la derrota”, relató Fullerton para el portal español Vroomkart.

Fullerton nunca dio el salto a la Fórmula 1 como Senna. El británico se sentía cómodo en los karts y, además, sabía el riesgo que correría si se subía a los monoplazas. Eso sí, Terry dedica toda su vida al karting. Luego de retirarse como competidor, se convirtió en entrenador y lo es hasta hoy. Trabaja con la nueva generación desde entonces, mientras la imagen del mítico Ayrton Senna sigue presente en los pilotos del futuro.

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